Alrededores de Sandoval de la Reina - Provincia de León
Dehesa y Ganadería de Lidia de Valdellán
La Dehesa de Valdellán tiene una extensión de unas 500 ha.
Formó parte del patrimonio del monasterio de Santa María de Sandoval.
Alberga la única ganadería de lidia que hay actualmente (2014) en la provincia de León (España).
Se pueden hacer
visitas
guiadas previa cita.
Las imágenes y video de esta página corresponden a una visita que
hicieron, el 12 de abril de 2014, un pequeño grupo de Sandoval de la
Reina y un grupo más nutrido de Huerta del Rey.
Te reciben con una invitación a café y un almuerzo, con vino de la tierra.
De la carne de sus vacas elabora cecina que comercializa con el mismo nombre: "Cecina de Valdellán".
Las pruebas funcionales de las vacas las suelen hacer en la plaza de toros de Sahagún, dada la afición taurina del pueblo y la colaboración de la asociación taurina local.
Para una reseña de Valdellán más completa ver abajo.
Las instalaciones: Centro de visitantes, tentadero, corrales, mangas, ...
La visita del 12 de abril de 2014
Algunos trofeos y recuerdos
La dehesa y la ganadería
La tienta de las vacas de Valdellán en la plaza de toros de Sahagún
Es la prueba funcional que se hace a las vacas para valorar su aptitud para convertirse en madres.
Dehesa y Ganadería de Lidia de Valdellán (León) 12 de abril de 2014 Recogido, en su mayor parte, de la charla a los visitantes que nos dio Jesús M. Martínez Pinilla, gerente de Valdellán, y quien nos guió durante la visita. Es la única ganadería de lidia que hay actualmente en la provincia de León (España). Tiene una extensión de unas 500 ha. Es necesario entender las nociones básicas de este negocio. Qué es una dehesa La palabra dehesa deriva del latín defensa en el sentido de defendida, acotada. Entre España y Portugal hay unas 3 800 000 ha de dehesas. De ellas 2 500 000 ha están en España. La dehesa es un hábitat creado por el hombre. Al domesticar a los animales y estabularlos, necesitaba pastos y fue eliminando, desbrozando, ganando terreno al monte. Para que se considere dehesa tiene que tener como mínimo 100 h y como mínimo 50 pies de árbol por ha, que pueden ser robles, alcornoques, encinas. La dehesa alberga una gran variedad de flora y fauna. El entorno leonés En la provincia de León casi no hay fincas grandes, salvo en el sureste. En otras provincias vecinas como Salamanca, Cáceres o Badajoz es muy frecuente la existencia de grandes fincas, aunque cada vez se reducen más por motivo de las herencias. En la zona de Sahagún, en la que estamos, que está al oeste de León, influyeron los monjes benedictinos en los siglos XI y XII, los cuales tenían grandes fincas y en que la economía del lugar la sostenía la iglesia, con cultivos como vides, trigo, etc, en grandes cotos o fincas. Esa influencia fue lo que creó varias fincas grandes en esta zona: Valdellán, Maudes, Valdelaguna. El resto de propiedades de León son, por el contrario, minifundios. Valdellán El documento más antiguo hallado sobre Valdellán es la donación de la dehesa, en el siglo XIII, por rey Fernando III el Santo, a los monjes del monasterio cisterciense de Santa María de Sandoval, ubicado provincia de León, localidad de Villaverde de Sandoval, de la orden benedictina. Los monjes tenían la dehesa para el retiro y descanso. La casa principal del actual Valdellán es lo que queda del monasterio ubicado en la finca. Era un edificio bastante rústico hecho de adobe y ladrillo. En una ocasión, a principios del siglo XXI, por atizar demás el fuego se quemó el edificio, quedando solo la campana, algunos cuadros, algún crucifijo y alguna pila bautismal. En los archivos eclesiásticos consta que hubo un poblamiento de benedictinos y se conoce dónde reposan sus restos en Valdellán. La posesión por los benedictinos duró hasta 1836, cuando se produce la desamortización de Mendizábal. El Estado expropia estas tierras a la Iglesia y se las vende a los Martínez de Azcoitia, familia vasca asentada en Palencia. Después fue propiedad de un industrial vallisoletano. En el año 2000, un empresario burgalés asentado en Madrid, Fernando Álvarez Sobrado, compró la finca y creó la empresa y Dehesa de Valdellán, con el propósito de crear una nueva ganadería de reses bravas. En ese momento los anteriores propietarios tenían ganado vacuno limousin y porcino ibérico. A las instalaciones que había entonces, la nueva empresa añadió la plaza de tientas, corrales y cerramientos adaptados al ganado bravo. El ganado actual es toro de lidia y una pequeña cantidad de ganado manso. La intención es que se convierta al 100% en una explotación de lidia. La ganadería de lidia Valdellán En Valdellán son pioneros en establecerse tan al norte o en una provincia con tan poca afición taurina, como es León, salvo el reducto de Sahagún y el sur de la provincia, donde sí hay mucha afición. ¿Cómo se llega a formar una ganadería brava? Es necesario tener un hierro o ganadería acreditada, o bien pertenecer a una asociación de ganaderos. Esto es necesario para poder obtener los certificados de nacimiento y estar dentro de un registro en el Ministerio del Interior. Todo ello indispensable para poder llevar los animales a los espectáculos taurinos. Para ello, Valdellán compró los derechos de otro hierro, de “El Castrillón”. No se heredaron ni el hierro, ni la divisa, ni las fincas. Se mantiene la antigüedad, del año 2000. Se tiene la finca, una finca grande, adehesada para explotación en extensivo. Se hacen las inversiones asociadas a la misma, incluyendo el tentadero, obligatorio y necesario para realizar las pruebas funcionales a las vacas, futuras madres. En los carteles de los festejos aparecen en caracteres grandes los toreros y en letras pequeñas los nombres de las ganaderías. El buen aficionado mira en los carteles tanto el nombre de la ganadería como los de los toreros. En la ganadería vemos
Una vez que se tiene todo esto, es el momento primero de crear y después de mejorar la ganadería. Hay que elegir un tipo de ganado, un encaste o variedad dentro de la raza de lidia. El ganadero, en una apuesta personal dado que la finca lo merece, vio sus virtudes, pues es muy buena, tanto en pastos como en la ondulación que tiene. El agua, que nunca falta al contrario que en Salamanca y, sobre todo, que en Extremadura, donde hay periodos secos, incluso sequía algunos años. A ello se añade el cómo se está poniendo ahora el clima, suavizándose en estas latitudes. La elección del encaste fue crucial. Santa Coloma es un ganado que entonces muchos toreros no lo querían torear, aunque parece que hoy se abren un poco más a torearlo, porque es un ganado exigente, listo, un ganado al que hay que hacerle bien la lidia, en resumen una lidia poco fácil. Esa fue la elección. En 2002 se metieron las primeras vacas del encaste Santa Coloma, de la línea Graciliano con Buendía. Eran de dos orígenes, las ganaderías Hoyo de la Gitana y de Pilar Población. Es un toro Graciliano con un salpicado de Buendía. El Graciliano es un toro más armónico, más pequeño, que no tiene una encornadura especial. Dentro del encaste Santa Coloma quizás es el que más cara tenga. Es más ibarreño, más tonel. Hay algún individuo, alrededor del 5%, que está como salpicadito, con manchas blancas o entrepeladas en blanco, cardenito; esto procede de algunos sementales que se metieron de Buendía, que es un toro cárdeno. El resto, sobre el 95% de las reses son de color negro. Valdellán está en la Unión de Criadores de Toros de Lidia. El 1905, cuando se creó la Unión de Criadores de Toros de Lidia, los ganaderos, que había pocos, se unieron ante las amenazas de algunos tratantes, contra el uso de determinadas puyas que mermaban mucho las cualidades de los toros, y porque había toreros que no querían torear animales de determinadas ganaderías. El motivo definitivo que dio lugar a la alianza de los ganaderos fue que el Estado promulgó la ley del Descanso Dominical, prohibiendo las corridas de toros los domingos. Fue la de San Quintín y el Estado tuvo que dar marcha atrás en ese sentido. En 2014 la emblemática y centenaria Unión de Criadores está más fragmentada ya que, al tener un elevado número de asociados, es más difícil de encauzar, habiendo perdido influencia. La raza de lidia Valdellán milita a favor de esta raza. Van quedando pocas vacas bravas. Es necesario cuidar la raza porque es una herencia genética de siglos atrás. Romper una lanza a favor de la raza es uno de los mensajes que transmite la ganadería de Valdellán. Lo deberían hacer también los aficionados a la tauromaquia y los amantes del campo y de lo rural. Es una raza con la más antigua trazabilidad genética del mundo. En los libros que ha podido consultar Valdellán vemos que podemos retrotraernos 150 años atrás con los datos fenotípicos y funcionales (color del pelo, como resultó la tienta, etc). La raza de lidia es la mayor defensora de la dehesa. Otras especies como el cerdo y la oveja que resultan más agresivas para ese sistema natural humanizado. Son animales agradables, que aprovechan equilibradamente el medio adehesado. Las dehesas y su explotación tradicional ayudan a defender el medio rural, pues se encuentran en entornos económicamente desfavorecidos, donde hay poca o ninguna industria de calado. Ayudan a mantener una población y una mano de obra especializada (hay que montar a caballo, hay que tener conocimientos). La cría de la raza de lidia se hace en extensivo, en espacios abiertos, en semilibertad. Las fincas están acuarteladas para, siempre que se introduce un semental, conocer con seguridad la paternidad de los becerros. No debemos olvidar la riqueza gastronómica, con las especialidades que derivan de la carne de lidia, tanto de los animales lidiados como del desvieje de vacas y sementales. Así, por ejemplo, Valdellán elabora cecina de vaca de lidia, que comercializa como un valor añadido a la explotación, buscando la sostenibilidad de la explotación. La calidad de esta carne resulta excepcional y con características específicas. Es una carne ecológica, con una alimentación sin duda natural, dado su carácter extensivo, criada en un entorno con un mínimo impacto de tratamientos químicos. También se vende carne fresca.
El sistema tradicional de explotación del mundo del toro, no es suficiente para garantizar su rentabilidad, lo que representa una amenaza para su supervivencia. Salvo 3 o 4 ganaderías, el resto es romanticismo y apuesta personal de los ganaderos. El tentadero La bravura se mide en el caballo. Es fundamental. Lo vimos después, durante la mañana, en la plaza de toros de Sahagún. El caballo del picador siempre se tiene que poner contra querencia, de los animales cuando salen de toriles. En Valdellán consideran que, en la prueba funcional, es fundamental que se incluya al caballo. Peculiaridades de las instalaciones El potro, de diseño mejicano, permite sujetar con firmeza a los toros, dejándoles inmóviles. Se le pone un peto en los ojos y, con esto, el animal ya no se mueve. De esta manera permite con facilidad y seguridad realizar intervenciones al ganadero y al veterinario, como sacar semen al toro, etc. En los corrales la parte inferior de las paredes está pintada de negro, porque, de lo contrario, el animal puede ver su sombra y a veces la embisten y pueden dañarse la encornadura. El cargadero está en curva. Ya lo estaba cuando el propietario actual se hizo cargo de las instalaciones. Los animales no ven el final de la manga y cuando se quieren dar cuenta tienen el primer tercio del cuerpo metido dentro del camión, se baja la guillotina y ya está dentro. Esto facilita mucho la carga y disminuye sus riesgos. Festejos Los toros de Valdellán se están destinando, fundamentalmente, a festejos del norte de España (Navarra, País Vasco, etc) y a festejos de Francia.
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De Sandoval de la Reina a la Dehesa de Valdellán hay 124 km