Lucio Negrete tenía taxi y vendía y reparaba bicicletas.

Recuerda con cariño un villadieguense, hoy ya sesentón, y así nos lo ha contado, que al señor Lucio le llamaban entre los chavales el tío Mecachis. Era porque alquilaba bicicletas por horas y los chavales le pagaban una hora y volvían al cabo de hora y media o dos horas y Lucio les decía ¡mecachis!. Pero nunca les cobraba el tiempo de más. Además con buen humor, porque a veces las bicis no volvían lo sanas que habían marchado y Lucio reparaba los desperfectos en su taller y no les pedía nada por ello.

Y Pablo Ortín, de Padilla de Arriba, que vivió muchos años en Villanoño recuerda esto:

Contaba en mi historia familiar que mi hermano mellizo, Ramón, gracias al practicante de Sandoval de la Reina, José Luis, salvó su vida, pues él determinó que debía llevársele urgentísimo a Burgos y fue él, el que se encargó de avisar a ese teléfono que se indica en el rótulo de entrada y el mismo sr. Lucio (Negrete) [el 42 de Villadiego] lo condujo en un taxi. Recuerdo que era de color negro, cuadrado y pequeño. Desde Sandoval y con la urgencia que permitían aquellas carreteras en agosto de 1954, lo llevó hasta la Clínica del Carmen de Burgos, que actualmente ya no existe. Ramón tenía peritonitis aguda.

Recuerdo su cara amable siempre morena por el sol (haciendo honor a su apellido, Negrete) y al que, como comenta ese villadieguense, años después desde Villanoño le llevábamos nuestras bicicletas a reparar.

Recuerdo también su amabilidad con todo el mundo y al que recurríamos para el transporte de la familia entre pueblos.