Sandoval de la Reina en la literatura
- En el Quijote apócrifo
- Locuciones populares andaluzas
- En el Criticón
- En El Diablo Cojuelo
- En el Prólogo a la segunda parte de El Quijote
- Corridas de toros (Larra)
- Espasa Calpe 1926
- Villadiego, de una villa de señorío al señorío de una villa
Don Quijote, volviendo las riendas a Rocinante hacía la gente que le tenía cercado en corrillo, dijo a todos con voz reposada y grave, sin reparar en lo que el alcalde le había dicho: Valerosos leoneses, reliquias de aquella ilustre sangre de los godos, que, por entrar Muza por España, perdida por la alevosía del conde Julián, en venganza de Rodrigo y de su incontinencia y en desagravio de su hija Florinda, llamada la Cava, os fue forzoso haberos de retirar a la inculta Vizcaya, Asturias y Galicia, para que se conservase en las inaccesibles quiebras de sus montes y bosques la nobilísima y generosa sangre que había de ser, como ha sido, azote de los moros africanos, pues alentados del invencible y gloriosísimo Pelayo y del esclarecido Sandoval, su suegro, amparo y fidelísima defensa, a cuyo celo debe España la sucesión de los católicos reyes de que goza, pues dél nació el valor con que los filos de vuestras cortadoras espadas tornaron cumplidamente a recobrar todo lo perdido y a conquistar nuevos reinos y mundos, con envidia del mismo sol, que sólo hasta que vosotros les asaltastes sabía dellos y los conocía. de El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (el
Quijote apócrifo) |
El gazpacho del tío Sandoval, mucho caldo y poco pan. de Locuciones populares andaluzas de Fernán Caballero
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de El Criticón —Aguarda, yo digo lo que debrían hacer por oficio, pero está ya el mundo tan depravado, que los mismos remediadores de los males los causan en todo género de daños. Éstos, que habían de acabar las guerras, las alargan; su empleo es pelear, que no tienen otros juros ni otra renta, y como acabada la guerra quedarían sin oficio ni beneficio, ellos popan al enemigo, porque papan dél. ... —¿Qué será —dijo Andrenio— que no vemos pasar ningún hombre de bien? —Ésos —acudió Quirón— no pasan, porque eternamente duran, permanece inmortal su fama. Hállanse pocos, y éstos están muy retirados: Oírnoslos nombrar como al unicornio en la Arabia y la fénix en su Oriente. Con todo, si queréis ver alguno, buscad un cardenal Sandoval en Toledo, un conde de Lemos gobernando Aragón, un archiduque Leopoldo en Flandes. Y si queréis ver la integridad, la rectitud, la verdad y todo lo bueno en uno, buscad un don Luis de Haro en el centro que merece. Primera parte de El Criticón |
Allí va el Conde de Altamira, Moscoso y Sandoval, gran señor y caballero en todo, caballerizo mayor de Su Majestad de la Reina.
de El Diablo Cojuelo |
Dile también que de la amenaza que me hace, que me ha de quitar la ganancia con su libro, no se me da un ardite, que, acomodándome al entremés famoso de La Perendenga, le respondo que me viva el Veinte y cuatro, mi señor, y Cristo con todos. Viva el gran conde de Lemos, cuya cristiandad y liberalidad, bien conocida, contra todos los golpes de mi corta fortuna me tiene en pie, y vívame la suma caridad del ilustrísimo de Toledo, don Bernardo de Sandoval y Rojas, y siquiera no haya emprentas en el mundo, y siquiera se impriman contra mí más libros que tienen letras las Coplas de Mingo Revulgo. Estos dos príncipes, sin que los solicite adulación mía ni otro género de aplauso, por sola su bondad, han tomado a su cargo el hacerme merced y favorecerme; en lo que me tengo por más dichoso y más rico que si la fortuna por camino ordinario me hubiera puesto en su cumbre. La honra puédela tener el pobre, pero no el vicioso; la pobreza puede anublar a la nobleza, pero no escurecerla del todo; pero, como la virtud dé alguna luz de sí, aunque sea por los inconvenientes y resquicios de la estrecheza, viene a ser estimada de los altos y nobles espíritus, y, por el consiguiente, favorecida.
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El hijo y sucesor de Carlos I, Felipe II, que no pudo heredar de su padre el valor, tampoco heredó el gusto a las fiestas de toros. Él fue el primero que las prohibió por una Real cédula. Reinando este soberano en el año 1565, se juntó por su influjo un Concilio en Toledo para el remedio de los abusos del reino, al cual asistieron los obispos de Sigüenza, Segovia, Palencia, Cuenca, Osma, el abad de Alcalá y otros distinguidos varones. Le presidió el ilustrísimo señor don Cristóbal Rojas de Sandoval, obispo de Córdoba, el más antiguo de los seis que concurrieron. En este Concilio se declaró que las funciones de toros son muy desagradables a Dios, y que si algún cristiano hiciese voto de correr o lidiar toros no estaba obligado a cumplirlo. Prohíbe, bajo pena de excomunión, hacer tales votos, y manda que no se tengan estos espectáculos en días de fiesta.
de Corridas de Toros |
Los orígenes y la antigüedad El Neolítico Los Metales La presencia romana Las villas romanas Las vías de comunicación [romanas]
Edad Media y Moderna
de Villadiego, de una villa de señorío al señorío de una villa (2012) |