El tesoro que esconde la fortaleza de Amaya.

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«Amaya ha sido tan importante en la historia de España por la geografía que tiene la Peña, es inexpugnable, no se puede asaltar y solo se puede conseguir rodeándola sin dejarles comer», manifiesta Carlos Vara Thorbeck. Médico e historiador burgalés, ayer disertó sobre la Batalla de Amaya y definió esta zona como una «fortaleza natural única». Argumentó de forma visual el recorrido que atravesaron las tropas de Tariq para lograr un tesoro de 9000 kilos de oro que escondían los visigodos y a quienes ganaron precisamente por sitiarles.

Ahora se cumplen 1300 años de la famosa Batalla de Covadonga que tuvo lugar en el 722 -y tan solo once años antes se desarrolló la Batalla de la Laguna de la Janda donde las tropas árabes, con Tariq al frente, derrotaron a los ejércitos visigodos del Rey Don Rodrigo. Así, subieron a Toledo en busca del «importantísimo» tesoro visigodo, «una bestialidad», como expresó Vara. Al llegar allí se encontraron con que la mayoría ya se habían marchado con la fortuna y por eso llegaron hasta Amaya.

«¡Y de repente te encuentras con que subes hasta Amaya en busca del tesoro!», manifestó el historiador para presentar a través de diferentes mapas e ilustraciones el camino que siguieron las tropas de Tariq, que atravesaron Segovia, Cuevas de Roa y de ahí cogieron el camino que va por la antigua calzada romana desde Clunia y hasta llegar a Sotresgudo para luego alcanzar Amaya.

La historia de la Peña también ocupa un lugar muy relevante al tratarse del punto donde atacaron los musulmanes. Les sitiaron y ganaron debido a que finalmente todos los visigodos se metieron en lo alto de la reserva natural, lo que causó que se tuvieran que rendir debido a la hambruna.

Tras tomar Amaya, Tariq se marchó a Astorga y posteriormente regresó a Andalucía a finales del 712. «Fue todo de una tirada», aseguró. Jugó con la baza de que tenía un ejército de unos 7000 hombres, que, aunque anteriormente era todo de infantería, tras la Batalla de la Janda pasó a dominar la caballería y por ello se movieron rápidamente. A sus adversarios en esta fortaleza burgalesa no les quedó más remedio que claudicar.

En numerosas ocasiones se ha hablado de la necesidad de poner en valor la Peña Amaya y darle aún más vida con diferentes proyectos. Este relevante hecho histórico, del que ayer se ofrecieron una infinidad de detalles, pone aún más de manifiesto la necesidad de que esta fortaleza tenga la repercusión que merece. Eso sí, como recuerda Vara, esta zona se encuentra muy bien estudiada arqueológicamente. Igualmente, lamenta que el puente de Tordómar, por el que también se pasó en aquel momento, se encuentre en la actualidad abandonado. «Se trata de algo fantástico, pero es una pena que no se hayan molestado en cuidarlo y en ello se debería trabajar, a quien corresponda», explica el historiador sobre su conservación.

Mayo, 2022.