Antigua adobera, hoy microespacio natural
Cuando la adobera se enoja, Guadilla se moja.
Los abobes
son un material de construcción que era muy utilizado en los pueblos de la
comarca.
En la mayor parte de esos pueblos había algún paraje de uso público con agua, arena y
arcilla suficientes y adecuados.
Permitían construir y reparar las casas de una manera económica en régimen de
autoconstrucción.
Para ello, en Guadilla por ejemplo, primero se construía el armazón con
vigas, generalmente de olmo, procedente de las
raigadas
propias.
Después se rellenaban los espacios con adobes sin función de sustentación.
Los adobes podían tener también función de sustentación, por ejemplo en casas y
casetas de una planta.
La reactivación de una arquitectura en adobe en gran medida se debe al ahorro de energía que las edificaciones con este material suelen implicar, en efecto el adobe resulta un excelente aislante térmico motivo por el cual se reducen las demandas de energía para refrescar o caldear las viviendas (Wikipedia)
Habiendo perdido ya su primitivo uso, en Guadilla de Villamar han sabido preservar este paraje con dos medidas:
- Plantando árboles.
- Creando una pequeña laguna seminatural, que aprovecha el aporte de agua
que vierte en el lugar.
Mantiene durante casi todo el año una pequeña mancha de agua.
Habitado por ranas, es frecuentemente utilizado por aves acuáticas y 3 ó 4 cigüeñas.
Hay una propuesta para utilizar el sobrante del agua del depósito para conseguir que no se seque en verano.
información facilitada por Javier Ortega González
Espacio que ocupaba la adobera, hoy con vegetación espontánea y árboles plantados.
Está pensado para que en el futuro se convierta en un microespacio natural o seminatural destinado al ocio y disfrute de los bubillos.
Palomar visto desde la adobera.
En las fotos siguientes, la laguna. Tiene una pequeño islote en el centro.