Real Abadía Cisterciense de San Andrés de Arroyo
Está en la provincia de Palencia, al norte.
Su nombre oficial es «Monasterio de Santa María y San Andrés» y se le conoce comúnmente como «Monasterio de San Andrés de Arroyo».
Es una abadía de monjas cistercienses, de la Congregación de San Bernardo o de Castilla.
La visita turística por el monasterio fue guiada por por sor Angelina García.
* Sabiniana Díez García nació en Sandoval en 1879 o 1880. |
Acceso y señalización | Extramuros | Entrada y fachada |
Plaza intramuros | Iglesia | Cilla y bodega |
Claustro y anexos | Vistas aéreas | Pastas de monasterio |
Folleto informativo | Video | --- |
Acceso y señalización en la carretera
Llegando, en el cruce, hay dos indicadores de dirección y un panel explicativo de la abadía con seis imágenes y este texto:
Monasterio de San Andrés de Arroyo En este estrecho y escondido valle fundó la condesa Mencía de Lara, biznieta de Alfonso VI, el monasterio de San Andrés de Arroyo, en el año 1181. La dedicación a este santo se debe, según una leyenda local, a la aparición de una imagen suya en el arroyo inmediato. Ella fue la primera abadesa y tenía jurisdicción civil y criminal sobre un total de once villas de su entorno. Como recuerdo de estas atribuciones se conserva a la entrada del recinto un rollo de justicia. Recibió importantes donaciones de la Corona y la estrecha vinculación con esta se plasma en tres inscripciones alusivas al reinado de Alfonso XI, ubicadas en un dependencia adosada al lateral septentrional de la iglesia. Esta comunidad de monjas bernardas se regía por la regla de San Benito, cuyo principal mandato es ora et labora y regula el horario de las actividades -trabajo, meditación y oración- teniendo en cuenta el aprovechamiento de la luz solar. Consumían las verduras y hortalizas que ellas mismas cultivaban. El monasterio, declarado Bien de Interés Cultural en 1931, se organiza en torno al claustro. De planta trapezoidal, se levanta sobre un zócalo corrido, interrumpido únicamente para acceder al patio central mediante columnillas pareadas y arcos apuntados. Los capiteles muestran decoración vegetal, como es típico en los edificios del Císter. Las esquinas están resaltadas por columnas más gruesas, labradas con acanalados y flores de seis pétalos, de las que solo se conservan dos. Las similitudes con Las Huelgas de Burgos llevan a pensar que fueron diseñados por el mismo arquitecto. La sala capitular se abre en la crujía oriental del claustro mediante un hueco de paso flanqueado por dos ventanales a cada lado, todo ello remarcado por arquivoltas que apoyan sobre tres columnas pareadas. El interior se cubre con bóveda de crucería. Aquí se hallan los sarcófagos de las abadesas doña Mencía y de su sobrina María Díaz de Haro, apoyados sobre leones y con relieves de escenas de los Evangelios y escudos de la familia de Lara. La iglesia, consagrada en 1222, se ubica en el lateral septentrional. Es de planta de cruz latina, una sola nave, crucero y triple cabecera. Los ábsides laterales son cuadrados, con bóveda de crucería, mientras que el central es poligonal, con nervaduras radiales que apoyan en columnas y convergen en una clave. Cinco estrechos y alargados vanos de medio punto iluminan el altar mayor. Tiene dos puertas de acceso, una por el norte -la del vestíbulo- y otra por el sur -la reglar-, que repiten un esquema de arquivoltas apuntadas con dentados y calados romboidales y capiteles vegetales. Camino Natural del Románico Palentino |
Fuera del recinto del monasterio, a unas decenas de metros de su entrada, hay algunos edificios civiles, deshabitados, que, seguramente, formaban el pueblo de San Andrés de Arroyo.
A medio camino entre el pueblo y la entrada al monasterio, hay una cruz jurisdiccional con epigrafía en su basa. En 1960, fue declarada Monumento Histórico-Artístico.
Entrada al monasterio y su fachada
Este amplio espacio da entrada al claustro y sus secciones, a la iglesia, a la capilla de forasteros y a varias dependencias de servicios. Además, sirve de recepción de visitantes, taquilla y despacho de productos fabricados por las monjas para su venta (repostería y cerámica).
Igual que en el resto de la abadía, las distintas partes y servicios están anunciados con unas baldosas blancas con caligrafía antigua de color azul. A la vista están: aljibe, botica, casa del mandadero (persona que hace los mandados de los conventos), caballerizas, alberguería (casa destinada a acoger a los pobres), patio de carruajes, fragua, información, aseos, repostería y porcelana, cilla (granero), bodega, claustro, casa del capellán, archivo, hospedería, locutorio, compás (atrio o lonja de una iglesia o convento) y capilla de forasteros.
Según se entra, a la izquierda, hay un rollo jurisdiccional.
Fue consagrada en 1222, hace 800 años.
Dentro se pueden ver dos imágenes junto a la de Nuestra Señora, la de San Benito, padre del monatismo occidental, y San Bernardo, quien desde la abadía de Cistercium será el segundo fundador de esta orden monástica.
Este espacio se usa como exposición de objetos de uso tradicional casero y agrícola (etnografía) y de sepulcros descubiertos en excavaciones arqueológicas que eran anteriores a la construcción de la cilla. En las tres primeras fotos se ve el vestíbulo de acceso a esta dependencia y al claustro.
Algunos anexos no se pueden visitar y las imágenes son solo de los vanos que dan acceso a ellos.
Aquí tenemos: entrada a la iglesia, armarium y sacristía, celda, sala de monjas, sala capitular (con los sarcófagos de doña Mencía y su sobrina, la condesa María Díaz de Haro, segunda abadesa), zona de clausura, refectorio, puerta reglar y torno (junto al que hay un intercomunicador moderno).
La escultura que hay delante de los sepulcros es la del apóstol San Andrés y fue hallada
a orillas del arroyo que pasa junto al convento.
Se aprecia bien la distribución del monasterio, con sus zonas visitables y privadas, la hospedería, su estupenda huerta bien cuidada, etc. Se puede ver el discurrir del arroyo San Andrés por el estrecho vallejo en el que se ubica la abadía. En algunas imágenes aparece el entorno, incluida la localidad de San Andrés de Arroyo. En la lejanía, en las fotos del pueblo se percibe, a la izquierda, la capital del municipio, Santibáñez de Ecla.
Son pastas artesanas elaboradas por las monjas en el mismo monasterio.
En su obrador de repostería elaboran: raquelitos (hojaldre fino con azúcar glas), pastas de té, mantecados, polvorones, tortos, magdalenas, bizcochos y herraduras de hojaldre. Además, por encargo, empanadas de bonito y chorizo, tartas de bizcocho u hojaldre y pasteles variados.
Folleto informativo de la abadía
De Sandoval de la Reina a la Abadía Cisterciense de San Andrés de Arroyo hay 35 km