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El pan nuestro (por Jesús de Lózar)

Jesús de Lózar de Grado, natural de Villadiego, es colaborador de El Día de Soria, con artículos de opinión que giran en torno a vivencias personales.

El que ilustra esta página, «El pan nuestro», trata del pan y los que lo elaboran, y surge a raíz del cierre definitivo por jubilación de la Tahona de los hermanos Morales, «El Bendito».

 

 


El pan nuestro

El pan nuestro de cada día, dánosle hoy, rezamos desde siempre. El pan ha sido alimento fundamental de muchas generaciones. No se tiraba y si se caía, rápidamente lo recogía, besaba y volvía a colocar en la mesa. En mi pueblo [Villadiego] llegó a haber hasta tres panaderías, el Chirola, la Maura y más adelante el Bendito. El Chirolita estaba al lado, al final de la calleja. La Maura tenía el obrador enfrente. Cruzando la calle abandonabas el frío de casa donde sólo se encendía la cocina de carbón a la hora de preparar la comida y la cena y la gloria era el terreno exclusivo de la oficina de mi padre y te encontrabas con un aire cálido y acogedor y el olor inconfundible del pan y de vez en cuando el de los lechazos asándose en el horno de leña. El pan se repartía por las casas. El Bendito, por lo del Pan Bendito, como el barrio de Madrid, llegaba a diario y en cuanto llamaba, como el cartero, bajabas corriendo las estrechas escaleras de madera. Casualidades. Me casé con la hija de un panadero, el director de la fábrica de Pan Bimbo en Madrid. Y en Soria conocí al hijo de Emilio Alonso Munárriz, el promotor de la guerra del pan barato en 1976 en Madrid que aquí había montado la Panificadora Eléctrica Soriana.

En los 80 Sandro Imbriani abrió un horno en San Pedro Manrique con el apoyo de su alcalde. Panesa cerró hace tiempo, Sandro también lo hizo y en febrero de este año el Bendito. Hoy en mi pueblo no queda ningún obrador y en Tierras Altas reparten los de Almajano. Cuando cierra la panadería del pueblo algo de la vida de ese pueblo se ha perdido para siempre. Es la expresión concentrada de la despoblación. Porque cada pueblo tiene su pan y el pan es signo de identidad para muchos pueblos. Han ido desapareciendo panaderías pero también es cierto que en los últimos tiempos la sustitución de la leña por otras fuentes de energía, la mejora de los hornos y los métodos de producción han contribuido a la modernización del sector y a elaborar productos de calidad. En la ciudad de Soria hoy podemos degustar muy buen pan de Ágreda, Almajano, Almarza, Almenar, Berlanga, Deza, Gómara, Martialay, Pinares, Los Rábanos, sin olvidar a Valdeavellano para los del Valle.

Hogaza de kilo, medio, torta, barra grande, pequeña. Pan de pueblo.

Jesús de Lózar, 26 de septiembre de 2020. El Día de Soria.

 

agradecimiento al autor, Jesús de Lózar, por esta colaboración, que se publica aquí con su permiso
página creada el 02/12/2020