Villaute
El núcleo urbano se ubica a la derecha, a pocos metros, del río Brullés.
El núcleo urbano de Villaute se encuentra junto a la orilla derecha del río Brullés. Al otro lado hay unas pocas edificaciones, que se arriman a la carretera de va de Coculina a Villadiego.
Entre ellas está este edificio que fue, posiblemente, parada de carreteros, arrieros y diligencias.
Por sus dimensiones, bien podía albergar huéspedes y alojar carretas y sus animales de tiro.
También fue cantina.
En su pared sur tiene un pequeño escudo de piedra con las armas de la familia Aldana.
Así reza un escrito en el dintel de la puerta.
¿Tuvo este uso? Posiblemente, porque en los pueblos, y este es pequeño, hubo un tiempo, décadas de 1950 y 1960 sobre todo, en que se habilitaba un local modesto o mayor para hacer bailes públicos.
O puede ser un rótulo guasón, si es que fue un cortín.
Otras edificaciones de este lado del río Brullés
Son tres casas de campo muy cucas, con amplio jardín. La pared que da a la carretera de una de ellas es de mampostería tradicional, conservando los vanos por donde de descargaban el grano, la paja, etc.
Para los tiempos que corren, destaca la ausencia de naves agrícolas modernas dentro del pueblo, lo que es de agradecer desde el punto de vista urbanístico.
La construcción tradicional es, casi en su totalidad, de piedra, mampostería de calidad y, en algún caso, sillería, especialmente en puertas y ventanas. Se ve algo de adobe y ladrillo. Hay un par de arcos de muy buena hechura. Se vieron dos ventanas de estilo renacentista, alguna casa blasonada e inscripciones epigráficas civiles.
Esta casa, de la que solo quedan cuatro paredes, es un especímen peculiar, tal vez único, y que merece la pena que entre en la lista de patrimonio protegido del municipio de Villadiego.
Su fachada principal está hecha, en gran parte, de sillares de gran calidad. La ventana izquierda del piso superior parece de tipo renacentista sencilla y, sustentándola, tiene una gran piedra con esta inscripción epigráfica:
«MEFEZIZ ALONSO GVTIEREZ RODRIGUEZ - AÑO DE 1658».
Tanto la piedra como la inscripción están en un estado excelente ¡Y han pasado 364 años!
La casa está rotulada con el número 7.
«Mefeziz» es un nombre de origen hebreo muy poco difundido. Nada más sabemos de Mefeziz Alonso.
Están a la derecha de la calle principal, según se va a Las Hormazas.
Son dos jardines y un parque infantil con columpios, tobogán, etc.
Hay una fuente pública en el parque infantil.
Es una cabaña infantil nombrada «caballa», según está grabado en la madera, seguramente por una ingenua y cándida alteración infantil de la palabra «cabaña». Más abajo, en la puerta, se lee «Club de Villaute» y los nombres de los niños Ana María, Leire, Sara P.C., Sara P.L., Iván, Mara y Laura. Hay un nombre tachado y otro grabado en la madera que resulta ilegible.
El parque de aerogeneradores «Brullés», no pertenece al término de Villaute, sino al de Las Hormazas.
Sin embargo, está muy relacionado con Villaute y no solo por razones paisajísticas.
Resulta que, cuando se hizo, el transporte de las aspas y las secciones de los mástiles pasó por el centro del pueblo, con la agravante de que, al pasar junto a la iglesia, la curva cerrada donde está hacía que estos largos y pesados vehículos pasaran a pocos centímetros del templo, una joya del arte románico del siglo XII-XIII. Se daba incluso el caso de que los había que podían hacer el giro solo con mucha dificultad, por lo que la empresa tuvo que comprar parte de una tierra, desmontarla y hacer un tramo de 100 m para poder pasar con más solvencia.
El parque eólico tiene 20 aerogeneradores. Solo teniendo en cuenta esto, debieron pasar junto a la iglesia 60 aspas (suelen ser de 20 m de largo) y las correspondientes secciones de los mástiles (normalmente de 20 a 30 m de largo).
La carretera BU-V-6015 que lleva de Villaute a Las Hormazas sufrió tales desperfectos a raíz de este tráfico que hubo ser reparada (nuevo asfaltado).
Coincidiendo en el tiempo, uno de los muros de la fachada sur de la iglesia se desestabilizó, con riesgo de derrumbe y hubo que inyectarle un producto entre las piedras (ver fotos) para consolidarlo. Es razonable pensar que, al pasar los camiones, las vibraciones y presiones del peso sobre la calzada, posiblemente con cierto hundimiento, pudieron haber influido en estos daños, cosa que no había ocurrido en unos 700 años.
Las autoridades de Villaute informaron a la empresa (actualmente Brullés Eólica SL) de esta situación para que, en su caso y si fuera pertinente, se hiciera cargo de las reparaciones; hasta donde sabemos, la empresa rehusó tratar el asunto con las autoridades locales, aduciendo que el templo era de la responsabilidad de la autoridad religiosa y no de la civil, y así se quedaron las cosas, sin más recorrido.
La empresa eólica sigue siendo propietaria del tramo vial que compró para facilitar el tránsito de los transportes y lo tiene cerrado (ver fotos). Hoy, la eventual apertura de ese tramo en ocasiones puntuales, cuando transitan grandes transportes, incluyendo los agrícolas con sus grandes y pesadas bañeras cuando van cargadas, ayudaría a la conservación de la iglesia, reduciendo las vibraciones y efectos sobre el terreno. De momento, no es el caso.
Repetidor de telecomunicaciones
Torre de Villaute o de los Varona
Del siglo XVI, en 1539 estaba vinculada al mayorazgo de los Varona, Varaona o Barahona (según las fuentes).
Los Varona tuvieron distintas ramas: Villanañe, que es la primogénita, Arroyo de Valdivielso, Villaute, Villangómez, Villaverde Mogina, Villarcayo, Valhermosa de Valdivielso, Guatemala, etc.*
(*) El nobiliario de Luis Varona de Saravia. Un tesoro genealógico del siglo XVII. Hidalguía: la revista de genealogía, nobleza y armas, ISSN 0018-1285, Nº. 369, 2015, págs. 317-354. David Huidobro Sanz.
Tiene 20 metros de altura. El piso superior está aterrazado, actualmente en forma de galería o mirador.
Es de propiedad privada y no es visitable.
Alfonso Fernando, de Villaute hace este relato. Torre de Villaute La torre es de los Varaona. Tiene sobre 19,5 m de altura. La casa está a la mitad. Antes la bordeaba. Todo lo que se ve blanco [de color más claro] bordeaba la torre. Ahí metían animales, porque la llevó un vecino de aquí. Estuvo muchos años. El vecino se marchó a Burgos y [la torre] quedó abandonada. Los dueños, a los que no he conocido nunca, debían estar en Madrid. El dueño actual, como se dedicaba a la construcción se puso en contacto con aquellos y, al final, se la compró. Antiguamente, no estaba el tejado no estaba como está ahora. Estaba apoyado en el frontal de la piedra. El tejado era de cuatro caras, como está ahora, pero no levantado. Ahí hicieron un mirador, digamos. A mí me gustaba más antes. En el terreno que bordea a la torre, esto eran huertas y el resto eran fincas que las araban, yo me acuerdo. La parte de arriba no la araban, le llamaban el 'prao'. Pegado a la casa, donde ves la casa pequeña, tenían el horno. Al reconstruirla, lo quitaron. Me acuerdo de que nos metíamos ahí de chavales, el antiguo dueño también tenía hijos, y jugábamos con ellos al 'esconderite'. Han restaurado toda la parte norte, recogidas las piedras [rejunteadas], porque toda la parte esa estaba descarnada. A la parte sur es por donde tiene la entrada. Antiguamente, cuando la casa bordeaba entera [a la torre], se accedía a la torre por unos arcos, que los han conservado. Ahora, al quitar la media casa, tienen que salir para poder entrar a la torre. En el portillo ese que se ve, había una escalera. En el piso que se subía a la parte de arriba de la casa, había una escalera que se entraba por ahí. Un portiquillo, un pórtico más pequeño. Llegaron a conservar los arcos, quitaron las piedras y lo dejaron en la calle. En la parte de abajo, el grueso de las piedras es de 2,5 m. A medida que va subiendo el grosor de los muros de la torre, o más bien torreón, se quedará en 1 m o así. La antigüedad, según los libros que tengo estará entre 1500 y 1600. Tuvo función de protección, ahí están las aberturas para los fusiles, las saeteras. Las saeteras ya se ve que tienen justo la anchura para sacar un fusil por fuera, pues por dentro tienen unas aberturas..., igual un metro y medio. Entran buenas luceras. Las ventanas de arriba lo mismo, por dentro igual de anchura tienen igual 2 metros, para que entraría la luz. El actual propietario, en restaurar la torre, se ha pasado varios años, cuatro o cinco. Los propietarios originales, los Varaona, tenían por Medina o por allí alguna torre. Yo creo que debían descender de por la zona de Santander o por ahí. Por la zona de Medina he oído que hay bastantes torres. Alfonso Fernando López Martínez, Villaute |
Iglesia de san Martín Obispo (exterior)
De estilo románico, posee dos naves, cada una de ellas con su ábside semicircular. Posiblemente, esta ampliación se hizo para que cupieran todos los fieles. La nave más antigua, la norte, es del siglo XII y la otra del XIII.
En un sillar en el lienzo septentrional hay una inscripción con una fecha: E : N : CCXXXI
Sobre cada uno de los tres grupos de letras aparece la vírgula de la abreviatura y debemos entender además que la N –que está bien clara–, en realidad debiera ser una M, de modo que la lectura sería: «Era milésima ducentésima trigésima primera», o lo que es lo mismo, el año 1193, fecha que hemos de entender como la de la construcción de toda esta parte norte.Villaute. Iglesia de San Martín. romanicodigital.com. Texto: AGG/JNG.
Como se aprecia en las fotografías del sillar, que en realidad son dos sillares, junto a las letras hay una serie de puntos en forma de huequecillos.
Varios capiteles y canecillos decoran el exterior de la iglesia. Como curiosidad, uno de los canecillos muestra a un monje en postura obscena, mostrando el sexo por debajo del hábito. Resulta interesante la presencia del ajedrezado, tanto en el exterior como en el interior de la nave más antigua, propio, especialmente, de edificios religiosos del camino de peregrinación de Jaca a Santiago de Compostela. En la ventana del ábside los capiteles representan a una sirena de dos colas y a dos aves entrelazando sus cuellos.
Esta iglesia está en algunas rutas del románico y ha sido objeto de dos talleres didácticos del románico de la Fundación Santa María la Real.
Iglesia de san Martín Obispo (interior)
Una de las tapas de sepulcros tiene una estrella de cinco puntas grabada y otra una espada.
Alfonso Fernando, de Villaute hace este relato. Interior de la iglesia de Villaute Estamos aquí un domingo, un poco fresco, el día 27 de febrero de 2022. Aquí con un amigo, Rafael, que viene gustosamente a ver la iglesia de Villaute. Le faltaba de ver interiores. Le voy a explicar un poco de lo que sé, que no sé mucho del tema. La iglesia tiene [dos naves con] dos ábsides. Uno es del siglo XII y el otro es posterior. Aquí, en Villaute, hay una torre, El Torreón que decimos, y este ábside, el posterior [en el tiempo], entre los siglos XV y XVI pertenecía a los Varona, que eran los del castillo [o torre]. Esa gente pudiente tenía su capilla correspondiente [que era este ábside]. Llevamos reestructurando la iglesia cinco o seis años. A continuación de eso, como todas las iglesias, por el tema de las pestes estaba encalada y aprovechamos para picar la piedra [para retirar el encalado]. Después, los de la torre alguna vez nos han echado una mano. En concreto, teníamos una madera muy mala y comentó el de la torre que ya vendría un día con los obreros [que trabajaban en la restauración de la torre] y quitaríamos la madera. Estuvieron aquí unos días quitando la madera, con la sorpresa de que nos encontramos unas tapas medievales [de sepulcros]. Se supone que pertenecen a [la familia de] los de la torre, los enterramientos de la torre. Hay seis tapas. Dos son más pequeñitas, serían de niños o de gente más pequeñita. Las demás son de gente adulta. Se ve que están abiertas y separadas; cuando estuvieron aquí los franceses [mil ochocientos y algo], se supone que [por eso] están un poco manipuladas y separadas. Estuvieron por muchas iglesias. Nos encontramos [que] los huesos esparcidos y calaveras [estaban] por fuera de las tapas. Por dentro hemos hecho bastantes obras. Hicimos toda la cubierta. Fue una de las etapas, porque en una iglesia hay muchas cosas que hacer. La cubierta la hicimos hace unos cuatro o cinco años. Estará para unas cuantas generaciones, que no se nos caiga (refiriéndose a la calidad como está hecha). El ábside románico tiene al exterior una ventana con sus figuras. Por dentro, nos impide verla el retablo. Si se asoma uno, sí que se puede ver por dentro. El retablo no está [del todo] adaptado, está un poco superpuesto. Es el retablo de San Martín de Tours. El día de la fiesta aquí es el 11 de noviembre. Ahí tenemos, en el retablo, al obispo y dos imágenes más. El retablo de la nave sur sí está adaptado. Pasamos a otra parte. Como tuvimos que arreglar la cubierta... Antes subíamos [a tocar] por donde está el coro, donde había una escalera por la que se subía a la parte de arriba [a un habitáculo de ladrillo adosado a la espadaña] para tornear las campanas, que nos gustaba mucho a la familia, a mi padre, a mi madre y yo. Siempre en las fiestas y en alguna celebración, nos gustaba tornear las campanas. Iban muy bien. Son unas campanas que se repararon hace ya muchos años. Una persona con una campana la podía dar [la vuelta] perfectamente bien. Al tirar el campanario [el habitáculo] que es posterior [a la espadaña], dijimos que había que dejarla como antiguamente. Lo habían puesto para proteger y para subir la gente a tocar las campanas. Decidimos quitarlo. Al quitarlo, tuvimos que alargar la cubierta y ahora, esto nos impide subir al campanario. Solo podemos tocar la campana con un cable que nos dejaron y con el que la tocamos. Ahora, los paramentos, las paredes... se ve más bonito, más limpio, porque antes estaba todo tapado. La nave románica [norte], como muchas iglesias, tiene enterramientos, unos veinte, con sus tapas y dos filas [cuatro, en realidad]. La otra nave, la posterior, ya no los tiene. Tiene una pila bautismal [románica], no sé de qué siglo es. Es de una pieza, enorme, labrada. Esta es un poco algo de la historia de la iglesia de Villaute. Gracias. Espero haberme explicado bien de lo que sé. Alfonso Fernando López Martínez, Villaute
Alfonso Fernando ha sido y es la piedra angular de la restauración, conservación En 2014:
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De Sandoval de la Reina a Villaute hay 15 km