Casilla de Peón Caminero (restos) - Sandoval de la Reina
Hubo una casilla de peón caminero entre Sandoval de la Reina y Sotresgudo llamada «Casilla de Quintanacimas». En 2023, se veían unos cascotes amontonados junto al camino que, antiguamente, llevaba de Guadilla de Villamar a Villavedón, si bien la casilla estaba al otro lado del camino. Ni siquiera se sabe si los cascotes corresponden a aquella edificación.
Se conocen los nombres de algunos de los peones camineros que vivieron aquí: Fermín Gutiérrez Carpintero, que tenía 61 años en 1912; Guillermo Estrada Fernández, que en 1928 tenía 48 años y era viudo; Isaías.
Cuentan en Sandoval, hablando en 2023 con José Luis Dehesa, Bernardo González, Alejandro Pérez y Juan Carlos Pérez, que en la década de 1950 vivía en la casilla de Sandoval a Sotresgudo una familia, que hacía allí la vida. Allí había unos castaños pilongos y unos nogales muy buenos. La edificación no era de piedra, a diferencia de otras casillas, sino de cemento y ladrillo macizo, cal y arena. Se acuerdan de haberla visto cuando todavía estaba en pie. Era un sitio muy popular, paraba mucha gente allí. Además, los que hacían el recorrido de Guadilla a Villavedón, también solían parar allí a saludar a la familia. No recuerdan cómo se llamaba aquel caminero.
Javier Ortega, de Guadilla de Villamar, se acuerda que de pequeño todos los años su madre, que era de Sandoval de la Reina y estaba casada en Guadilla, y él con ella, tomaba en camino de Guadilla a Villavedón para visitar a una hermana. Y se acuerda de que su madre se paraba un rato a conversar en la casilla con la mujer del peón caminero, pues se conocían. Dice que tenían gallinas (década de 1950).
Tras el abandono de la tradición de la romería a la ermita de Castro Rubio todo fue en declive para ese edificio y sus aledaños. Entre otras cosas, las tejas se las llevaron para retejar la casa de peón caminero de Quintanacimas.