Recuerdos de una hortelana de Herrera de Pisuerga (1950)
Cuenta una mujer cántabra, que ahora (2023), roza los 90 años y que prefiere no figurar con su nombre, que su familia estuvo unos años en Herrera de Pisuerga como hortelanos. Después, regresaron a Cantabria.
El padre se ocupaba de las huertas que tenían en Herrera de Pisuerga (dos).
Ella y su hermana iban con el carro y el caballo un día a la semana desde Herrera de Pisuerga haciendo un recorrido por varios pueblos vendiendo verdura y fruta. Duró desde que tenía 15 años hasta que se casó a los 21, sobre la primera mitad de la década de 1950. Cada día de la semana hacían ella y su hermana un recorrido distinto, la mayoría por la provincia de Palencia. Uno de los días subían a Sotovellanos, Cañizar de Amaya, Sotresgudo y Sandoval de la Reina. Aquella carretera tenía muchas piedras.
De Sandoval de la Reina recuerda que tenía un río que pasaba por enmedio del pueblo [La Jarama]. La gente de este pueblo era muy cariñosa, amable y buena gente. Si ellas tenían algún problema o avería con el carro, iban rápidamente a ayudarlas. La gente les compraba todo lo que llevaban, aunque alguna vez ya se les había acabado en Sotresgudo. En general, los sandovaleses hacían durar las lechugas y otras verduras toda la semana hasta que volvían, y las decían que no querían que dejaran de ir. Su hermana, que era algo friolera, en los tiempos de frío se metía en las cocinas para calentarse, pero ella prefería no hacerlo porque luego le costaba mucho salir cuando reinaban las bajas temperaturas. Notaba que en Sandoval había dinero porque, sobre todo los que más tierras tenían, mandaban a los hijos a estudiar fuera, lo que, por aquel entonces, era inusual en los pueblos por motivos económicos.
Como ejemplo, esta es una de las casas que, en Herrera de Pisuerga, están en la zona de huertas.
