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A C T O S E G U N D O
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---- Cuadro Primero ----
La escena representa el despacho del Ayuntamiento. En escena, el
Alcalde, Secretario, Concejales y Recaudador.-
Escena 1ª
Alcalde, Secretario, Concejales
y Recaudador
Alcalde.- En todo esto se ve clara la mano del Sr. Melgosa.-
Recaudador.- ¿Y eso porqué?.-
Alcalde.- Estoy seguro de que si el pueblo de Sandoval no
hubiese concertado para sí los impuestos y contribuciones, a estas
horas no estaríamos metidos en este embrollo, pues él se hubiese
encargado de no sacar a relucir esto. Mientras que, así, ha sido él
quien ha ido a decirle a usted lo que hay sobre el particular, para
que se aprovechase inicuamente de una mala redacción, o lo que
fuera, de una orden, y con ello dejarnos para siempre en la
miseria, ya que no hemos consentido el que él poco a poco nos fuese
desangrando y, vive Dios, que lo que ahora pretendéis es la más
grande de las injusticias.-
Recaudador.- Reportaos, señor; mas ved lo que dice la Real
Orden.-
Alcalde.- Ya lo he visto.
Secretario.- Protestaremos en contra de esta arbitrariedad.
Concejal 1º.- Esto no se puede consentir.-
Concejal 2º.- Es la miseria.-
Concejal 3º.- No se dónde iremos a parar.-
Recaudador.- Señores, un poco de calma.-
Alcalde.- Pero es que esto no lo podemos cumplir; entre todo
el pueblo no tenemos dinero para ello.-
Concejal 1º.- Hay que buscar una solución.-
Recaudador.- La única solución posible es pagar, de acuerdo
con lo que dice la Real Orden.-
Alcalde- ¿Pero no está oyendo que ni juntando todo el dinero
del pueblo, y vendiendo todo lo que tenemos, llegaría para poder
pagar lo que dice esa maldita Ley, que Dios confunda?.-
Secretario.- Un momento, señor Recaudador. Como ve, es
imposible completamente poder pagar todo de acuerdo con esa Orden.-
Recaudador.-
Pues entonces haré que les embarguen todo.-
Secretario.- ¿Y qué iba a adelantar con ello ? Sacar menos
dinero.-
Recaudador.- Pues no veo otra solución.-
Secretario.- Yo creo que si Vd. quisiera ayudarnos, acaso
sí.-
Recaudador.- No veo cómo les voy a poder ayudar y lo que voy
a ganar con ello.-
Secretario.- Ya lo creo que ganaría; Vd. más que nadie.-
Recaudador.- Usted dirá cómo.-
Secretario.- Como ha podido ver, es completamente imposible,
aunque para ello hiciésemos esfuerzos supremos, el poder pagarle,
porque de donde no hay no se puede sacar. No obstante, si Vd.
quisiera darnos una prórroga de diez a veinte años, se podría pagar
todo ¿No le parece?.-
Concejal 1º.- Sí, hombre, sí.-
Concejal 2º.- Es lo mejor; muy bien, muy bien.-
Concejal 3º.- Se puede hacer de lo malo lo mejor.-
Alcalde.-
(Tocando la campanilla.) Orden, señores.
(Dirigiéndose al recaudador.)
Señor recaudador, creo que la idea del Sr. Secretario es excelente y
la única viable. ¿Qué le parece?.-
Recaudador.-
(Pensando, como ausente.) Diez o veinte años... Diez o veinte años... Diez o veinte años...
Imposible; tanto tiempo, imposible. Ahora bien, con la condición de
que me lo paguen, les podré conceder dos años.-
Alcalde.- ¿Y qué adelantamos con dos años? Dentro de dos años
la situación es casi idéntica a la de hoy.-
Secretario.- Comprenda el señor Recaudador que no se trata de
un año más o menos, sino de que Vd. pueda cobrar toda la cantidad
que, amparado en esa injusta Orden, nos reclama. Y, para ello, hay
que fijar un plazo prudencial en que, aunque sea con mucho
sacrificio, podamos abonarle los suyo, sin que por ello perdamos
definitivamente nuestras posesiones, y podamos en lo sucesivo seguir
subsistiendo, aun a costa de supremos esfuerzos.-
Recaudador.- Pero ¿cómo voy a concederles veinte años? Antes
me muero.-
Concejal 1º. al 2º.-
(Aparte.)
No nos caerá esa breva.
Concejal 2º. al 1º.-
[(Aparte.)]
Sería demasiada suerte.
Secretario.- Yo he propuesto un tiempo dilatado para que con
ello tenga Vd. absoluta certeza de cobrar, pues así a nosotros no
nos sería muy gravoso y pagaríamos con un poco de comodidad hasta el
último céntimo.
Recaudador.-
Pero a mí no me interesa su comodidad. A mí me interesa cumplir la
ley.-
Alcalde.- A Vd. que lo que le interesa es chuparnos la
sangre, amparado en una ley injusta.-
Recaudador.- Antes Vds. de una forma ladina se la han chupado
al Estado.-
Alcalde.- ¡Mentira! Nosotros jamás hemos ocultado nada.-
Recaudador.- ¡Cómo que mentira! ¿Es mentira que Vds. adeudan
45.000 pesetas, que han dejado de pagar, en concepto de alcabalas y
el servicio ordinario y extraordinario?.-
Alcalde.- Como no tengo ningún justificante ni noticia que
pruebe que esto se ha satisfecho, creo que efectivamente debemos esa
cantidad, que no me explico por qué no se ha pagado ya.-
Recaudador.- ¿Y acaso consta en este documento que Vds. están
exentos del pago de tercias? Aquí sólo consta el de alcabalas y el
servicio ordinario y extraordinario.-
Alcalde.- ¿Y tengo yo la culpa de una mala redacción? ¿Íbamos
a pagar por dos conceptos tanto como por los tres?.-
Recaudador.- Yo de eso no sé nada. Sólo sé que, de acuerdo
con lo que dice esta Real Orden, Vds. han estafado a la Hacienda
Pública.-
Alcalde.- ¡Nosotros no estafamos a nadie! Aquí quien
únicamente... .-
Secretario.- Calma, Sr. Alcalde; así no conseguiremos nada.
Lo que hay que hacer es unirse, no distanciarse... Les ruego a Vds.
que se unan y vean la mejor forma de llegar a un acuerdo en este
enojoso asunto.-
Recaudador.- Mi postura está amparada en la ley.-
Secretario.- La ley fluctúa; máxime como en este caso, cuando
puede ser interpretada a su capricho.-
Recaudador.- A mí me dan lo que ordena este documento, y
asunto concluido.-
Secretario.- Conforme en parte. Si hoy quiere cobrar esa
cantidad, ni embargándonos todos los bienes podrá. Dénos una
moratoria, y entonces podremos pagar.-
Recaudador.- ¿Y quién me garantiza a mí todo esto?.-
Secretario.- ¿Quién sino nosotros?.-
Recaudador.- ¿Vds.? Pero si terminan
de decir que no tienen para poder pagar ¿O es que se están burlando
de mí?.-
Secretario.-
Tenga calma y escuche. Nosotros le hemos dicho toda la verdad. Ahora
bien, si, como le decimos, hoy pretende cobrar toda la cantidad, ni
con mucho llegará a sacar para cubrir la mitad de la deuda. Mientras
que, si nos concede una demora, cada año le entregaremos la cantidad
estipulada, salvo posterior acuerdo o por alguna circunstancia que
nos obligue a modificarla. Si nosotros llegara a un año en que nos
negáramos a pagar lo estipulado, entonces Vd. se encontraría en la
misma situación que hoy, y nos embargaría, con la diferencia a su
favor que habría cobrado uno, dos o tres plazos. Nosotros tenemos
que hacer lo imposible para no encontrarnos completamente en la
miseria. De todas formas, quien más va a ganar va a ser Vd., que, o
cobra todo, o, en el peor de los casos, siempre ha de cobrar más que
ahora y sigue con el derecho de embargo. ¿Conformes?
(El Alcalde hace una señal aprobatoria.)
Concejales 1º. y 2º.- Conformes.-
Concejal 3º.- Pero ¿en cuántos plazos?.-
Secretario.- Eso es lo que tenemos que dilucidar.-
Recaudador.- Veinte años, de ninguna manera; ni diez tan
siquiera.-
Secretario.- Tenga en cuenta el señor Recaudador que para que
todo tenga que salir bien, y con ello quien más ganará será Vd., no
hay que estrujar tanto que no se pueda llevar a cabo la propuesta; y
entonces no se queje de su terquedad.-
Recaudador.- ¿Pero se da cuenta de lo que son diez años? Para
mí será mucho mejor cobrar lo que sea
enseguida.-
Secretario.- ¿Y no ve que así no va a cobrar ni la tercera
parte? Piénselo bien y vea que el más ganancioso con este arreglo va
a ser Vd. .-
Recaudador.- Bien; pero ¿en cuanto tiempo?.-
Secretario.- Puestas todas las cosas a nuestro favor, creo
que no podrá hacerse antes de ocho años.-
Recaudador.- De ninguna manera consiento más de tres años.-
Alcalde.- Sr. Recaudador, con la condición de que si viene
algún año en que no cojamos nada y nos sea completamente imposible
pagar, se nos deje uno más, nos comprometemos a pagar en cinco años.
De ninguna forma podemos hacerlo antes, y yo, como alcalde, desde
este momento me opongo a cualquier otro arreglo, que no sé cómo
podré cumplir.
Por lo tanto, decida lo que mejor le parezca.-
Recaudador.-
Cinco años son muchos.-
Alcalde.- No admito ni uno menos.-
Recaudador.- Será con algún interés.-
Alcalde.- ¿Le parece poco lo que ya nos cobra? No es bastante
el interés que ya nos cobra por una cosa completamente injusta y que
es muy nuestra? ¡Intereses! ¡Aún robándonos descaradamente! No se le
vuelva a ocurrir decirlo o no respondo que, saliendo de mis
casillas, cometa un disparate.-
Secretario.- Ruego a todos un poco de calma.
(Dirigiéndose al Recaudador:)
Sr. Recaudador, creo que el Sr. Alcalde se ha puesto en la tesitura
más favorable para Vd. y que veo difícil pueda cumplir. Así pues, de
Vd. depende. Y, para que no se tenga que arrepentir, puede tomarse
unos días para pensarlo, al cabo de los cuales puede optar por una
de las resoluciones: o dejarnos en la miseria, cobrar una tercera
parte, o extender un documento en el cual consten las cláusulas de
que anteriormente hemos hablado.-
Recaudador.-
(Aparte) Procuraremos perder lo menos posible y aceptaremos la propuesta
del pueblo.
(Alto.) Bueno, señores, espero pueda aceptar lo que Vds. proponen y, en el
momento oportuno, les comunicaré mi solución, qu, les puedo
anticipar será favorable para Vds. Ahora, con el permiso de Vds. voy
a retirarme.-
Alcalde.- Usted le tiene y que Dios quiera que para cosas
como ésta no le volvamos a ver por aquí.-
Concejal 2º.- Eso es, que no le veamos en el
cumplimiento de su cargo y menos aún en casos como éste.-
Recaudador.-
(Despidiéndose de todos:) Que les vaya a todos bien y ojalá que para todos sea provechosa
está reunión.-
Concejal 1º.-
(Aparte.) Sobre todo para Vd. .-
Todos.- Más vale que así sea. Adiós. Adiós.
(Sale el Recaudador.)
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