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A C T O T E R C E R O
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---- Cuadro Primero ----
La escena representa la casa de sesiones de la Casa Ayuntamiento de
Sandoval de la Reina.-
Escena 1ª
Alcalde, Concejales y vecinos
Alcalde.-
Quisiera que todos Ustedes comprendieran la gravedad de este
momento.-
Vecino.-
De sobra que lo comprendemos.-
Alcalde.- Pero no basta con comprenderlo; entre todos hemos
de ver la forma de salir airosos de esta situación.-
Vecino.- Eso es más difícil.-
Alcalde.- Por ser más difícil es por lo que este acto se
celebra, pues se ha estimado que ha de ser resuelto no sólo por los
Sres. Regidores sino por el pueblo en general. Tal vez entre todos.-
Vecino.- Pero éstos condenados de franceses no comprenderán
estas razones.-
Alcalde.- Yo no sé si las comprenderán; lo que sé que no
quieren comprenderlas.-
Vecino.- Nosotros, por nuestro privilegios, estamos exentos
de ayudarles en la guerra.-
Vecino.- Ya hemos sufragado las cantidades que por este
privilegio tenemos que pagar todos.-
Alcalde.- Sí, pero estas cantidades han sido satisfechas a
las guerrillas que luchan en contra de los franceses.-
Vecino.- Que las hubieran pedido ellos.-
Alcalde.- Aunque las hubieran pedido, no se las hubiéramos
dado.-
Vecino.- ¡Pero por qué? Si con ellas nos libramos de la guerra,
¿por qué no darlas?.-
Alcalde.- Nunca uno que se trate de español puede dar
cantidad ninguna a quien está matando a sus hermanos y hollando
nuestro suelo patrio.-
Vecino.- Pero es que, así, moriremos todos nosotros.-
Alcalde.- ¿Y qué? ¿De la otra forma no puedes morir igual?
Porque los franceses, además de dinero, se llevan a todo personal
que esté en condiciones de manejar un arma, para hacerles luchar por
su causa o fusilarles.-
Vecino.- Yo nunca lucharé a su lado.-
Otro.- Ni yo.-
Todos.- Ni yo, ni yo, ni yo...... .-
Vecino.- Pero es que acaso, dándoles el dinero que nos piden,
se conformen.-
Alcalde.-
¿Pero es que no sería una traición que haríamos a todos los
españoles que luchan en defensa de su patria, que es la nuestra?.
Para mí es más criminal el que agazapado proporciona armas para que
otro mate, que aquél que defendiendo una causa injusta muere con las
armas defendiendo su vida. El primero cometerá una equivocación; el
segundo una cobardía, una villanía merecedora de que todos le
escupan a la cara. ¿Y es esto lo que pretendéis? ¿Que no podamos
pisar el terreno que nos vio nacer con la cara levantada, porque se
lo hemos vendido a los enemigos de nuestra patria, por no haber
tenido suficientes puños para defenderlo, como saben defender los
hombres las cosas que les pertenecen? ¿Es eso lo que pretendéis: ser
unos traidores?.-
Varios.- ¡No, no! Eso nunca: ¡antes la muerte!.-
Vecino.- Sí, ¡antes la muerte con las armas en la mano!.-
Todos.- ¿Dónde están esas
armas?.-
Vecino.- Y, al volver, caso de no encontrarlas, ¿qué
hallaremos aquí?.-
Alcalde.- Si los franceses se nos hubieran adelantado por
otros lugares, ya conocéis la respuesta: nuestras casas saqueadas,
nuestras mujeres escarnecidas y deshonradas, nuestras haciendas
confiscadas; en fin, desolación y ruina sobre nuestro pueblo.-
Vecino.- ¿Pero es que esos endemoniados, no han dejado
ninguna vía de arreglo?.-
Alcalde.- Al aparecer, ninguna. Ya sabéis cómo comisionamos a
los vecinos D. Juan Martínez y Manuel Ortega, aquí presentes, para
que fuesen a Sasamón y viesen la forma de poder llegar a un acuerdo
con los franceses, haciéndoles ver nuestros derechos. Pues bien, que
sea uno de ellos, Vd. Juan, que es el mayor, quien les dé a conocer
su gestión.-
Juan.-
Cumplido lo acordado en la última reunión del Ayuntamiento, el
vecino Manuel Ortega, aquí presente, y un servidor de Vds., nos
trasladamos al pueblo de Sasamón, donde tienen establecido su
cuartel general esos perros gabachos… Y perdonad la expresión, pero
no sé cómo calificarles con palabra que mejor les cuadre, porque si
hubieran visto Vds....... bueno, ¡para qué cansarles! El caso es
que, como decía, fuimos a Sasamón el vecino aquí presente y un
servidor de Vds. y solicitamos ser recibidos por el General de
esos..., bueno, de los franceses. Efectivamente, fuimos recibidos
por el General. Le dijimos que íbamos en representación del pueblo
de Sandoval y nos preguntó si estábamos dispuestos a colaborar con
ellos y pagarle lo que nos pedía; nosotros le dijimos que teníamos
un privilegio que nos libraba de pagar cosa alguna en casos como
éste. Entonces él se puso hecho una fiera; nos llamó oscurantistas y no sé cuantos disparates más.
Parecía un loco. Si le hubieran visto Vds... Bueno, ¡para qué
cansarles! El caso es que, como les decía, nosotros nos aferramos a
la ley que nos protegía. Él nos dijo que no conocía otras leyes que
las que él daba. Fuimos testigos de una repugnante escena sucedida
con una moza, a la cual llevaron prisionera por tener una tijera; si
la hubieran visto Vds.... Bueno, ¡para qué cansarles! La cosa es que
mandó llamar a un ordenanza, le habló en esa condenada lengua que no
hay quien entienda (no sé ni como ellos mismos se entienden). Salió
el ordenanza, empezaron a chapurrear todos ellos; formaron un
guirigay que si hubieran visto Vds... El caso es que volvió el
ordenanza y nos dio un papel que hemos entregado al señor Alcalde. Y
eso es todo, como puede testificar el vecino que me acompañó, aquí
presente.-
Alcalde.- Efectivamente, en ese papel se nos dice que si para
el día de hoy no hemos acordado pagar lo que él nos pide, mañana al
amanecer el pueblo será pasado a cuchillo y quemadas todas las
casas, hasta quedar completamente destruido, para que sirva de
escarmiento a todos los demás.-
Vecino.- ¡Condenados franceses!.-
Otro.- ¡Son unos bárbaros!.-
Otro.- ¡Que vengan! ¡Ya les daremos!.-
Vecino.- ¿Y qué piden?.-
Alcalde.-
Aparte de una cantidad de dinero, que se nos exigirá en su día, nos
piden para el sostenimiento de sus tropas todos los meses lo
siguiente: 1.000 kgs. de carne, 1.000 de trigo, 5.000 de cebada y
6.000 de yeros, almortas, algarrobas, etcétera.-
Vecino.- ¡Imposible!.-
Todos.- Eso no lo podemos consentir.-
Vecino.- Antes la muerte.-
Alcalde.- Así lo estimo yo, y por ello los he reunido a Vds.,
pues hemos de ver lo que hacemos, porque los franceses se
presentarán al amanecer dispuestos a destruir el pueblo.-
Vecino.- ¡Nosotros lo defenderemos!.-
Vecino.- Moriremos con las armas en la mano.-
Vecino.- ¡Sabremos defendernos!.-
Vecino.- Esos franceses se acordarán de nosotros.-
Vecino.- ¡Mueran los franceses!.-
Todos.- Mueran, mueran, mueran... .-
Alcalde.- Entonces, ¿todos dispuestos a morir en defensa de
nuestra patria?.-
Todos.- Sí, sí, sí, sí,... .-
Mujer.- Y nosotras también.-
Alcalde.- Toda hará falta, mas si alguno flaquea y luego no
habrá de cumplir como un hombre, que se marche ahora
(Nadie se mueve.)
Vecino.- Entre morir de una forma o de otra, sabremos hacerlo
de una manera positiva: es decir, defendiendo nuestra patria.-
Alcalde.- Muy bien. Si sabemos defendernos, demostraremos a
esos gabachos que cada uno de nosotros vale por cada diez de ellos.
Así pues, veamos: ¿Cuántos de vosotros tenéis un arma?.-
Vecino.- Yo tengo una.-
Otros.- Y yo, y yo, y yo, y yo,... .-
Otro.- Aunque mala, para matar franceses, también la mía
vale.-
Alcalde.- Éstas, unidas a las veintitantas que hay en el
Ayuntamiento y que fueron cogidas a la patrulla que vino, cuando,
saliendo de casa de "Moralejas", se les hizo aquella emboscada en
que se les mató a todos, hacen un total de unas treinta armas... Muy
poco para lo que necesitamos. Pero vale, si sabemos distribuir
nuestras fuerzas. Vean lo que pensado y Vds. decidirán si están
conformes, o hay otro plan mejor. Como disponemos de muy poco
tiempo, lo mejor será aprovechar todo lo mejor posible las defensas
naturales.-
Concejal 1º.- Pues sí, en el Torrejón podemos
defendernos muy bien. Con apostar unos cuantos hombres y piedras en
la parte alta, ahí no hay quien suba: basta dejar caer las piedras
para impedirlo.-
Concejal
2º.- Sobre todo si cortamos ese par de caminillos de acceso
que hay para poder subir. Así, con media docena de hombres sobra
para que nadie pueda subir.-
Alcalde.- Efectivamente, así es. El río es otra defensa
natural que podemos aprovechar fácilmente; y desde aquí podemos
tirar unas líneas que vayan a las eras de Mercado, donde apostaremos
una cuadrilla de hombres tiradores con armas; otra la pondremos en
el Alto del Mirador y una tercera parte en el Alto de San Millán.
Estas tres partidas podrán así concentrar su fuego sobre el lugar
donde ataque el grueso de la tropa enemiga, uniendo estos tres
grupos o núcleos principales con carros, troncos, etc., En esos
lugares se pondrá personal que tenga espadas, horcas, hachas, que
todo vale, y tendrán por misión el acabar con aquellos franchutes
que logren salvarse del fuego de nuestros tiradores. A todo enemigo
de éstos que caiga se le cogerá inmediatamente el arma y municiones
y con estas armas se formará un grupo volante que acudirá a los
sitios donde más empuje el enemigo.-
Concejal 3º.- Falta unir por medio de carros y troncos
el Alto de San Millán con las casas del pueblo. ¿No es eso?.-
Alcalde.- Así es, y, cortando la entrada por el mismo medio a
las calles del pueblo, podremos hacer una defensa buena de él,
siempre que todos cumplamos con nuestro deber.-
Concejal 3º.- Para estar bien organizados, falta que
se nos señale a cada uno nuestro lugar.-
Alcalde.- Efectivamente. Dividiremos al pueblo en cuatro
grupos. A todos los comprendidos entre los quince y sesenta años los
dividiremos en tres. Uno estará mandado por el concejal José, y
tendrá por misión defender la línea comprendida entre el río y las
eras del Mercado. Un segundo grupo estará mandado por el concejal
Evaristo y tendrá por misión defender el Alto de San Millán con la
línea del pueblo. Y el tercero, sobre el cual creo que pesará la de
mayor responsabilidad, pues creo que el enemigo ha de venir por el
Camino de Villanueva, estará directamente bajo mi mandato.-
Concejal 3º.- Yo también pido tener parte en la
defensa.-
Alcalde.- La tendrás, pese a tus 70 años: tú mandarás el
grupo de los varones mayores de 70 años y las mujeres para defender
la línea más fácil, es decir el Alto del Torrejón y las casas del
pueblo. Vosotros mismos tendréis que elegir los medios para vuestra
defensa, y, teniendo como enlaces unos cuantos chavales que corran
bien, si algún momento te ves apurado, puedes llamar en tu auxilio a
la patrulla volante. Al mismo tiempo, elegirás a un grupo de mujeres
para curar de momento a los heridos.-
Concejal 3º.-Conforme, pero hubiera preferido un
puesto en primera línea.-
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