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Padilla de Arriba

Casa «El Hospital» - Arte románico incrustado 

Tiene, incrustadas en sus muros exteriores, canecillos y relieves procedentes de otros edificios. Fue construida el en siglo XVIII, con adobe y entramado de roble y olmo, con posterior añadido de piedra caliza y ladrillo en su fachada (1873). Los bajorrelieves (seis) de la fachada y los canecillos (quince), ambos románicos y del siglo XII, podrían proceder de la iglesia de Santa María (parece improbable) o del desaparecido monasterio premostratense de San Miguel, de Villamayor de Treviño, si bien, estudios recientes parecen indicar que proceden de un desaparecido monasterio ubicado en el paraje de El Torco de las Monjas de Padilla de Arriba, posiblemente adquiridos durante un proceso desamortizador. La iconografía de estos relieves y canecillos, como era habitual en el arte románico, tiene una finalidad didáctica, doctrinal y moralizante.​ La clave de piedra del dintel de la puerta que da a la calle tiene grabado AÑO DE 1873. (Wikipedia)

Como se puede apreciar en las fotografías, entre 2016 y 2019, ha desaparecido la casa que se ubicaba a la izquerda, según se mira, de la Casa Hospital.

Al pie de la página se explican los relieves y los canecillos.

 

                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   


                   






Texto del panel explicativo de relieves y canecillos, que hay en la fachada de la casa
 
Interpretación iconográfica del románico

La iconografía románica está cargada de una clara finalidad didáctica, pero también doctrinal y moralizante. No es realista, sino simbólica. Los programas escultóricos son temas religiosos y devocionales. En los capiteles de los aleros y en los relieves se utilizan motivos vegetales esquemáticos, figuras humanas y también animales

Las bestias son seres inferiores y sirven para representar a los pecadores, según transcripción literal del Apocalipsis. En la Edad Media, el Maligno (el diablo) adopta cualquier forma animal: oso, cerdo, gato, perro, mono, serpiente, dragón... El animal sería como el espejo de la parte más corpórea y pecaminosa del hombre y, especialmente, el pecado de la carne -de ahí representaciones de contenido sexual- y le adoctrina sobre aquello que le alejaba del espíritu y que debía evitar si quería llegar a Dios.

Los seis bajorrelieves representan varios temas. Uno, motivos vegetales (tallos abrazados por anillas que albergan tres hojas cada uno), otros dos representan escenas de caza, los otros tres son leones.

Los canecillos reutilizados bajo el alero muestran temas vegetales, geométricos y figurativos: un porteador de toneles flanqueado de dos serpientes, un hombre desnudo mesándose las barbas, una simia mostrando el sexo acompañada de seres demoníacos, dos serpientes antropomorfas y varios animales.


Bajorrelieves
 
Motivo vegetal:
Tallos abrazados por anillas, que albergan tres hojas cada uno.

 

Escena de caza:
Un hombre se enfrenta a un oso o cerdo, al que sujeta por el rabo, mientras a los pies de animal yace otro personaje ataviado con túnica y caperuza, posiblemente herido por la fiera, y un tercero observa sentado.
Un oso, símbolo de la violencia desenfrenada, dominado y vencido en esta escena de caza.

 

Escena de caza:
Un hombre dispara con su arco a una gran águila, que se le enrfrenta, mientras otra ave más pequeña sale volando.
Arquero atacando a un águila, o sea, pecador atacando al bien.
 

  

Tres relieves de leones, que casi siempre tienen cuerpo de serpiente.
Los dos que miran hacia atrás son guardianes.
El otro, más amenazante, podría tratarse de un devorador, símbolo del demonio.

Canecillos


Personaje oferente, aunque no está muy claro lo que ofrece a causa del deterioro que presenta en manos y brazos.


Este canecillo está lo suficientemente deteriorado como para no saber si es un oso. También podría ser interpretado como un gato. En cualquier caso, ambos son representantes del mal.


Dos lobos están devorando una posible oveja o, lo que es lo mismo, el demonio devora al pecador.


Oso, símbolo de la violencia desenfrenada.


Borracho sosteniendo los toneles (el cuerpo del delito). En los laterales, serpientes y un oso, definiendo las características irracionales de la mente de un borracho: la violencia y la lujuria.


Dos serpientes con cabezas femeninas enlazadas, lo cual es una clara referencia a la perniciosa influencia que ejerció Eva en lo referente a la escena del pecado original.


  

A la izquierda, un León, que es una de las representaciones de la divinidad que, además, pertenece a la representación del Tetramorfos, que se completa con el Toro (centro) y Águila (derecha).

 


Personaje masculino que se mesa las barbas mientras muestra su pene bajo la ropa, lo cual debe interpretarse como alusión típica al pecado de la lujuria.

 

Personaje femenino que muestra la vulva, en consonancia con el anterior (el personaje masculino que se mesa las barbas). La cabeza femenina tiene rasgos simiescos, lo cual abunda en la interpretación relacionada con el pecado de la lujuria.


Dos nereidas ocupan los laterales de este canecillo. Son el símbolo de las tendencias concupiscentes y lujuriosas de los pecadores.


Motivo geométrico.


Motivo vegetal.

 

Motivo geométrico o vegetal.

 

imágenes de julio de 2016 y de octubre de 2019
página creada el 17/10/2019