Padilla de Arriba
Cuentos
Son cuentos que los abuelos contaban en el pueblo a sus nietos, y que se venían transmitiendo oralmente de unas generaciones a otras.
Cuentos en Padilla de Arriba Gumersinda, Apolinaria y Rumersinda
Esta versión está recogida por Herminia Pérez Cifuentes, en 2009, en su libro de cuentos Alicia en el País de su Abuela y otros cuentos. Gumersinda, Apolinaria y Rumersinda (o Romersinda) Gumersinda, Romersinda y Apolinaria eran tres brujas que vivían en una cueva en lo más profundo del bosque. Gumersinda y Roumersinda eran muy pero que muy malas, mientras que Apolinaria era una bruja muy, muy buena. Un día, mientras desenterraban la raíz de una mandrágora, oyeron a lo lejos lo que parecían llantos de niño. María y Mario se habían perdido y gritaban pidiendo ayuda. Gumersinda y Romersinda se miraron sonrientes; sus ojos grises desprendían un brillo malvado. Apolinaria, sin embargo, temblaba pensando en la mala suerte de aquellos pobres chiquillos. Las dos brujas corrieron al encuentro de los niños; Apolinaria las seguía con cara triste. - Hola pequeños. Pobrecitos. ¿Os habéis perdido?- preguntaron con voz acaramelada. Y así, confiando a los niños hacia lo que creían que sería algo mejor, los condujeron a la cueva y los hicieron sus esclavos… María y Mario tenían que levantarse muy temprano para ir a recoger leña. Luego encendían la olla donde las malvadas cocían sus pócimas. Barrían, fregaban, y así hasta la noche, un día tras otro. Solo antes de acostarse, Gumersinda les echaba las sobras de la comida como si fuesen gansos. Dormían en el suelo acurrucados el uno al otro y soñaban con la cara blanca y hermosa de su madre. Pobre María -pensaba Apolinaria-, cada día está más flacucha. Y se le partía el corazón viendo los bracitos de los niños. - Pero, ¿qué puedo hacer? Un día en que las brujas malas cazaban tritones en el río para hacer su famoso conjuro: cola de ratón, sangre de tritón, alas de murciélago, raíz de mandrágora, aquí y ahora, Apolinaria, reuniendo toda su valentía, condujo a los niños hasta el camino que llevaba a la aldea. Cuando las dos brujas regresaron y vieron que no estaban se pusieron coloradas de rabia. Tras un cruel y largo interrogatorio, ataron a la buena de Apolinaria a la entrada de la cueva de los murciélagos colocando en su cabeza una corona de espino. Durante muchos meses, esta fue la suerte de la pobre bruja. Hasta que un día, María, que recogía moras con su madre para hacer un pastel, oyó unos terribles lamentos. María cogió la mano de su madre y, juntas se dirigieron al lugar de donde salían los llantos. ... Cuentos burgaleses de tradición oral Además, Pablo Ortín, en la comunicación de su colaboración, menciona el libro Cuentos burgaleses de tradición oral (teoría, etnotextos y comparatismo) (Burgos: Colección Tentenublo, 2002), de Elías Rubio Marcos, César Javier Palacios Palomar y José Manuel Pedrosa Bartolomé. En la página a la que lleva el enlace se puede descargar el libro completo en formato pdf. Contiene 211 cuentos, recopilados en distintas localidades de la provincia de Burgos. Los autores agrupan los cuentos en:
Para la recopilación de los cuentos se entrevistó a 48 lugareños, entre los años 2000 y 2002. La media de edad en el momento de la entrevista era de 77 años. Los de mayor edad tenían 93 años (4 personas). La persona más joven tenía 46 años de edad. Las entrevistas se hicieron a lugareños de 35 localidades burgalesas:
Colaboración Pablo Ortín Ramos, hijo de Padilla de Arriba. |