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 Támara de Campos  (Palencia) 

Pueblo monumental con un gran iglesia, de San Hipólito, con un interior extraordinario.
Concha Gallardo, guía de la iglesia y enamorada de su pueblo, fue la que estuvo este día mostrando a los visitantes la riqueza y el mérito del interior del templo.

De acuerdo con uno de los paneles informativos ubicado en el pueblo la Támara monumental y de servicios tiene:

• Arco y murallas
• Fuente del Caño
• Bodegas
• Zona de ocio
• Iglesia Hospital del Peregrinos
• Museo etnográfico
• Ayuntamiento
• Mirador
• Iglesia de San Hipólito el Real
• Plaza de San Hipólito
• Casa natal de Sinesio Delgado
• Casa Mayorazgo Don Juan Gallardo
• C. Turismo Rural S. Hipólito
• Café Bar el Lagar de S. Hipólito
• Casa de Turismo Rural Jesús el Zapatero
• Escuelas, Centro médico, Asoc. 3ª Edad, Club Recreativo, Pista Deportiva
• Villa Julia
• Iglesia y Casa Priorato San Miguel
• Fuente de San Roque, Glorieta
• Parada de Peregrinos
• Parque infantil
• Sede de la Asociación Juvenil «Pelayuelo», Acuvita
• Aseos públicos

 

En esta página se recogen imágenes de parte de Támara de Campos.

Por el pueblo Puerta del Caño Fuentes Esculturas
Bodegas Casa e Iglesia del Priorato Hospital de peregrinos Exterior de la iglesia
Interior de la iglesia Letra del «Himno a la Bandera», de Sinesio Delgado La Batalla de Támara

 

Por Támara

En el Mirador hay un panel informativo que dice:

Mirador. Obra reciente que ha servido para consolidar el terreno, así como servir de acceso, gracias a su forma en zig zag, por un estimulante paseo lleno de vegetación autóctona y asientos para el descanso a todo tipo de visitantes sin impedimentos por la edad o el estado físico.

Dividido en varias alturas, se aprovecha como museo al exterior, con carros, útiles de bodega, etc., para llegar a la parte más elevada que ofrece al espectador una vastísima y bella vista de Tierra de Campos, salpicada, a lo lejos, de pueblos vecinos: Amusco, Piña, Villoldo, Población, Fromista, Boadilla del Camino... y, más lejos aún, en los días claros, aparecen los Picos de Europa.

Más cerca, contemplamos el campo de Támara con sus majuelos, palomares, casetas, eras... y apreciamos cómo rompe el páramo con sus recias linderas, dando paso a la llanura colmándonos con este viento tan característico.

Ya en el mismo pueblo, podemos ojear el casco histórico: los tejados, las casas, la disposición de las calles... y, desde luego, deleitarnos con hermosísimas perspectivas de la iglesia de San Hipólito.

             


             


             


             


             


Puerta del Caño

El panel informativo está dedicado a la puerta, la muralla y la fuente del Caño.

Muralla, Arco y Fuente del Caño.
La Muralla, que data del siglo XI, está realizada en diferentes materiales. Domina la mampostería y el tapial, quedando reducidas a piedra de sillería las cuatro puertas de acceso a la villa, de las cuales solo se conserva la del Caño y escasísimos restos de la Puerta de Santoyo, el llamado Arco de San Miguel.

En el arco se observan los anclajes de los goznes de las puertas y el canal por donde descendía el rastrillo de hierro. En la parte interior está la imagen de la Virgen, falsa talla que sustituye a la original, robada en los años 90, de estilo románico.

Fuente del Caño de estilo renacentista, con pilón rectangular, que hoy alberga peces. Su función es la de abrevadero de los animales.

             


                              


                              


Fuentes

La primera es la Fuente del Caño. La otra está próxima al Hospital de Peregrinos.

             





Esculturas, placas y elementos de vendimia

Las que se ven en las imágenes están en la cuesta del Mirador. Hay una dedicada a los mayores, apareciendo un labrador arando. Una escultura vertical métalica tiene el texto «ACUVITA» y símbolos relacionados con el vino. Hay un tornillo y una piedra de una mesa de exprimir la uva y una cuba en un sorporte decorativo metálico. En una especie de monolito hay dos placas, una dedicada a la batalla de Támara y la otra a Sinesio Delgado.

Textos:

Labrador. «VIII Aniversario de la Asociación S, Hipólito. A la memoria de nuestros mayores por su esfuerzo y tesón. Agosto 2001».

Batalla de Támara. «En esta villa tuvo lugar la primera unión de los reinos de Castilla y de León tras la batalla de Támara en el año 1037. Támara 21 de mayo de 1995».

Sinesio Delgado. «El Ayuntamiento y la S.G.A.E. a Sinesio Delgado en el centenario de la fundación de la Sociedad de Autores Españoles. Támara, 10 de diciembre de 1999».

             


             


             


Bodegas

En el panel se explican:

Rodeando toda la falda este del cerro donde se encuentra el pueblo, están las bodegas, uno de los símbolos más personalísimos de la arquitectura rural de los pueblos de Castilla. De diversas dimensiones, en ocasiones grandiosas, son el testimonio de la gran producción vitícola que tuvo la villa y de la importancia de la cultura del vino en estas tierras. Hoy en día, quedan cuatro viñas, aquí llamadas majuelos, gracias a la ilusión de unos pocos que conservan con fervor las tradiciones de la vendimia. La bodega es un lugar de expansión y alegría de los habitantes de los pueblos donde se merienda, se ríe, se canta y se va uno mucho más animado que cuando llegó. Además, en los periodos estivales son los lugares más frescos que hay.

En el exterior hay zonas de ocio con mesas y bancos, una fuente y barbacoas repartidas por la ladera.

En el recinto se encuentran también los enclaves de dos de los juegos más típicamente castellanos: la chana -con morrillos y un cuerno de vaca-, y los bolos, dando así la oportunidad de alternar el ocio con el deporte.

Próximo al Hospital de Peregrinos hay una bodega subterránea visitable. En una placa adosada a la entrada se hace una síntesis sobre esta bodega y este tipo de bodegas y se dan las instrucciones para la visita:

Bodega visitable

Bodega subterránea típica castellana (R. 2011 y 2022).
La bodega actual está formada por la entrada, pasadizo descendente, cueva central y dos sisas o celdas para el almacenamiento del vino. De sus elementos constructivos cabe destacar la bóveda de cañón de sillares y escaleras realizadas en piedra.

La bodega está situada debajo de donde se encontraría el hoy desaparecido hospital de peregrinos de la Orden de San Juan de Jerusalén (siglo XII) y que su ubicación pertenece al actual ayuntamiento de Támara de Campos. Tuvo que ser restaurada en el año 2011 por problemas estructurales y para recuperar la entrada de acceso a la bodega que se encontraba oculta.

El uso de bodegas subterráneas excavadas en la tierra fue muy habitual en muchas zonas castellano leonesas, concentrándose su construcción entre la Edad Media y principios del siglo XX, siendo los siglos XVI al XVIII fundamentales para la proliferación de este tipo de construcciones para la elaboración y conservación de los vinos. En Támara de Campos predominaron las bodegas excavadas en torno al cerro, aprovechando la superficie natural elevada. La mayoría de ellas cuenta con un acceso independiente desde la ladera del cerro, pero las situadas a los pies de la loma se encuentran debajo de las viviendas a las que pertenecen con acceso desde el interior.

La tipología interna de las bodegas es variable. Si bien es cierto que la mayoría de ellas consta de un lagar para la prensa y pilas para los mostos, y después sisas, celdas o estancias para el almacenamiento del vino, bien sea en barricas tinajas o botella.

Instrucciones de uso
- Inserte la moneda de 1 € en la cerradura y abra la puerta.
- Acceda al interior y baje las escaleras con precaución. Preste atención a los peldaños, son irregulares y resbaladizos.
- Cuando finalice la visita salga al exterior y cierre la puerta.
- La visita no es aconsejable para personas con movilidad reducida o claustrofobia.
Aforo máximo seis personas.

                              


                              

 

Casa e Iglesia del Priorato

             


             

Hospital de Peregrinos o de San Juan de Jerusalén

De todo el conjunto arquitectónico solo queda el templo, obra románica del siglo XII conocida como «iglesia románica del Castillo». Las estructuras restantes del hospital se derribaron y en su lugar se construyó, a principios del siglo XX, el edificio que es la sede del Ayuntamiento, cuyas estancias comparte con un pequeño museo municipal etnográfico. (Wikipedia)

El panel informativo reza:

Iglesia Capilla del Hospital de Peregrinos
Iglesia de estilo románico, siglo XII. Planta rectangular y única nave apoyada sobre pilastras adosadas al muro. Destaca la espadaña de tres arcos sobre el ábside. Portada de arquivoltas románicas con motivos geométricos, vegetales, taqueado jaqués...

La orden sanjuanista tenía como fin principal el cuidado de los peregrinos enfermos que acudían a los Santos Lugares. El hospital de Támara, a petición de doña María de Almenara, fue fundado por Alfonso VII en 1190 y supuso una gran afluencia de peregrinos que contribuyeron con sus limosnas a la financiación de la construcción de la iglesia de San Hipólito.

Museo etnográfico en el que destacan aperos agrícolas, como una antigua escuela, y el original del himno a la bandera compuesto por don Sinesio Delgado.

             


             


             


             


             


                              

Exterior de la Iglesia de San Hipólito el Real

Panel informativo en el exterior de la iglesia:

Iglesia de San Hipólito el Real
Magnífico templo gótico del siglo XIV, al que se han ido añadiendo otros estilos arquitectónicos, así como escultóricos, a lo largo de los siglos, hasta nuestros días.
A las bóvedas, arcos, columnas, capiteles, arbotantes, rosetones, vanos, contrafuertes, pináculos, arquivoltas... de la arquitectura gótica, les acompañan dos elementos posteriores, la esbelta torre, obra de principios del siglo XVII, de influencias herrerianas, dividida en cuatro cuerpos: el pórtico, el honorífico y patronímico, con el escudo de los Reyes Católicos y la hornacina donde se ubicaba la estatua ecuestre de San Hipólito, el cuerpo del reloj y el de campanas; rematados por una balaustrada que culmina en una bóveda semiesférica coronada por una veleta.
El otro elemento es la sacristía, también del siglo XVII, adosada a la cabecera gótica, de planta cuadrada, cubierta con bóveda sobre pechinas, que alberga una preciosa cajonería rococó.
En el interior destacan los magníficos retablos barrocos y rococós, de los siglos XVII y XVIII, donde el dorado alcanza su máxima expresión. Asímismo, hay ejemplos de retablos renacentistas en piedra y también neoclásicos. Despuntan, en uno de los retablos barrocos, cinco conjuntos escultóricos renacentistas, cuatro relativos a la vida de San Hipólito y otro que es el Santo Entierro de Jesús.
El bellísimo coro, en su exterior gótico florido del siglo XV, con los doce apóstoles, y en su interior con una sillería renacentista en nogal obra de Hernando de la Nestosa. Adosado al coro, el singular emplazamiento del órgano, del siglo XVIII, que dejará al público encantado, tanto con su bello sonido, como con su excepcional perspectiva, su colorido y su esplendor.
La pila bautismal es otra valiosa muestra de estilo gótico florido, relacionada con la escuela de Burgos, que logra que la piedra transmita el mensaje cristiano.
El púlpito, bella combinación artística mezcla de gótico mudéjar y renacimiento, conserva vivísimos los colores originales.
La reja del presbiterio, del siglo XVI, de decoración plateresca, combina elementos religiosos, mitológicos y heráldicos, completando y resaltando el altar mayor.
Templo maravilloso que no dejará indiferente al espectador que le podrá gozar tanto en detalle como en las espectaculares perspectivas sensoriales que ofrece.

                         


             


             


             


             


                              


Interior de la Iglesia de San Hipólito el Real

En el interior de la iglesia de San Hipólito hay un atril con este texto sobre el templo:

La iglesia de San Hipólito
Pudo existir una iglesia románica anterior al gran templo actual, que iría enriqueciéndose con las donaciones de un número creciente de fieles y peregrinos.

Esta primera iglesia, dedicada a San Hipólito, pudo ser testigo de la consagración de Castilla en el siglo XI, por lo que, segundo Jesús Pérez Palacios, «adquirió gran fama y a ella acudieron en la XI, XII y XIII centurias muchísimos peregrinos nacionales y extranjeros, llevados allí por los grandes milagros obrados por el mártir San Hipólito y por las muchas indulgencias concedidas por los RR Pontífices y los Obispos de Castilla y otras naciones. El templo primitivo resultaba insuficiente a tan grande afluencia de devotos, sobre todo peregrinos que se dirigían por el Camino de Santiago a Compostela, de aquí la necesidad de construir en el mismo sitio otro más espacioso y hermoso dando principio a las obras a finales del siglo XIII».

El dinero se consiguió por las limosnas de los fieles que visitaban el santuario, las rentas de la iglesia y las donaciones reales a través de «privilegios». Así, Alfonso XI, nacido el día de San Hipólito, Sancho IV y Fernando IV tomaron bajo su encomienda el templo.

Otros monarcas también se añaden a este empeño, siendo destacados los casos de los Reyes Católicos y Carlos I.

La Iglesia-Santuario (diríamos por su volumen Iglesia-Catedral) de San Hipólito se encuentra dentro de lo que llamamos «Gótico Trecentista». Iniciada su construcción en el siglo XIV, continuaron las obras en el XV, para que, en el XVI, a causa del derrumbe de la torre y seis capillas a los pies, continúen las obras en un estilo gótico tardío, o clasicista en el caso de la torre.

San Hipólito de Támara, con su sobriedad, su volumen y el tipo de su planta, es una iglesia del tipo «rural» (para diferenciarlas de las góticas «urbanas» situadas en un burgo que evoluciona hacia ciudad), frecuentes en Castilla en ese momento.

 

             


                                                     


                             


             


             


                                     


             


                     


             


                             


                             


                              


Letra del «Himno a la Bandera», de Sinesio Delgado

Escrita en 1906.

La música es, según las fuentes, atribuida a Juan B. Lambert (variación sobre la música de la Marcha Real Española), Francisco A. González, A. Xancó y M. Baylos Albéniz. Tal vez esta variedad de atribuciones de la música se deba a que, en distintas ocasiones en que se interpretó, se encargó a uno u otro músico la adaptación de la Marcha Real.

¡Salve, bandera de mi patria!, ¡salve!
y en alto siempre desafía al viento
tal como en triunfo por la tierra toda
te llevaron indómitos guerreros.

Tu eres España en las desdichas grande
Y en ti palpita con latido eterno
el aliento inmortal de los soldados
que a tu sombra, adorándote, murieron.

Cubres el templo en que mi madre reza,
las chozas de los míseros labriegos,
las cunas donde duermen mis hermanos
la tierra en que descansan mis abuelos.

Por eso eres sagrada. En torno tuyo,
a través del espacio y de los tiempos,
el eco de las glorias españolas
vibra y retumba con marcial estruendo.

¡Salve bandera de mi Patria!, ¡salve!
y en alto siempre desafía al viento,
manchada con el polvo de las tumbas,
teñida con la sangre de los muertos.

Sinesio Delgado

 

La Batalla de Támara

En la iglesia de San Hipólito hay un atril con este texto sobre la batalla de Támara:

La batalla de Támara
Sancho III el Mayor de Navarra ocupa el Condado de Castilla en 1029 en nombre de Doña Mayor, su esposa, después del asesinato del conde García Sánchez. A continuación, reconstruye Palencia restableciendo su sede episcopal. Estas acciones preocupan a Bermudo III de León.

El malestar desemboca en una guerra que comienza en 1031, durante la cual Sancho se apodera de los territorios leoneses entre el Cea y el Pisuerga.

La guerra termina con el matrimonio de la hermana de Bermudo III, doña Sancha y el hijo del rey de Navarra, don Fernando, tomando el título de Reyes de Castilla. Bermudo entrega como dote a su hermana las tierras comprendidas entre el Pisuerga y el Cea.

En 1033, Sancho el Mayor, rey de Navarra, se apodera de Astorga y León. Pero en 1035 fallece don Sancho dividiendo su poderoso reino entre sus hijos. Bermudo III aprovecha esta ocasión para recuperar León y las tierras al oeste del Cea, reclamando a Fernando I de Castilla el territorio entre el Cea y el Pisuerga. La negativa de Fernando les lleva a un nuevo enfrentamiento.

Bermudo prepara un poderoso ejército. Fernando, al verse en inferioridad de condiciones, recurre a su hermano García Sánchez de Navarra.

El 4 de septiembre de 1037, se enfrentan en la llamada «Batalla de Támara» donde pierde la vida Bermudo. Fernando toma León y se corona con su esposa rey de Castilla y León.

Así se realiza la primera unión entre los reinos de Castilla y León.

La localización exacta del lugar de la batalla ha hecho dudar a los expertos. Unos la sitúan en Tamarón (Burgos). Otros, en cambio la localizan en Palencia, cerca de Támara. Si atendemos a la reivindicaciones de Bermudo, nos inclinaremos por el Támara palentino.

 

 

De Sandoval de la Reina a Támara de Campos hay 74 km

página creada el 07/08/2024