El agro en Sandoval de la Reina
Pajeros
Un producto de la economía, mayoritariamente cerealista, de Sandoval de la Reina, de la comarca y de la Castilla rural en general, es, además del grano, la paja.
De toda la vida, un gran volumen de esta paja ha ido a la Montaña de Santander y a Asturias para servir de complemento alimenticio a las vacas y, en menor medida, para cama del ganado. Es un producto muy querido por aquellos ganaderos norteños, más la paja de cebada que la de trigo.
Y, ¿quién ha llevado la paja de estas tierras a aquellas? Tradicionalmente, los pajeros. En el momento en el que hubo camiones, primero pequeños, luego más grandes, fue ya habitual su transporte, tras la cosecha del cereal. También, de la meseta, llevan forraje en pacas.
El pajero tradicional no es ese industrial que, en los tiempos actuales, acondiciona en grandes camiones, con maquinaria pesada, unas pacas, o alpacas, enormes, inmanejables a mano y que tienen varios destinos, algunos industriales. No. El pajero genuino es más artesano.
Antiguamente, las gavillas se llevaban a las eras y la paja trillada se disponía en sacos, que se almacenaban hasta uso o su venta al pajero. Se llenaban con la horca.
A medida que fue avanzando la mecanización del campo, las cosechadoras sustituyeron a la siega a mano, el acarreo y la trilla. Las cosechadoras llevan el grano en sus entrañas hasta los remolques y bañeras, y dejan la paja en la tierra. Con las empacadoras se hacen pacas de esa paja, pacas que pueden ser movidas a mano, mejorando, en este formato, su almacenamiento y manejo. En casi todas las casas de labradores había empacadora propia o en copropiedad familiar.
Los camiones podían cargar las pacas ya almacenadas en los pajares, que, desde el bocarón, se iban pasando al pajero que las colocaba en su vehículo. O bien, si aun estaban en las tierras, las pacas se cargaban en el camión con la horca; el camión iba avanzando por la tierra, donde estaban las pacas agrupadas en montones distribuidos por esa tierra, y, desde el suelo, una persona, a base de fuerza muscular y maña, subía las pacas con la horca una a una a lo alto del camión para que el que estaba arriba las cogiera y colocara. Al principio de la carga, con las cartolas del camión o el remolque bajadas, costaba menos.
Más tarde, vinieron los autocargadores. Se aplicaban a un lateral del camión o remolque y, cuando se posaba la paca, el autocargador, conectado a una toma de fuerza, las subía al notar que tenía peso, luego volvía a bajar para esperar la siguiente paca.
En las imágenes que siguen, ya estas pacas tradicionales se recogen y suben con una gran cesta con la que se ha armado un tractor, la cual viene cargando entre 6 y 10 pacas cada vez, y, el tractorista, a mano, pueden llegar a colocar unas 14. En las imágenes, Ángel y Jesús, pajeros de Panes (Asturias), y Juan Carlos, labrador de Sandoval de la Reina (Burgos), cargando pacas en Sandoval de la Reina, el 8 de agosto de 2020.