El día de San Isidro, patrón de los labradores, se bendicen las tierras.
Hay varios puntos alrededor del pueblo con unas pequeñas cruces que marcan los lugares donde tiene lugar el rito.
Las cruces de la imagen están en CarreLoma.

Otras cruces están puestas en el Alto de la Almarnaza (por el puente de las bodegas a la izquierda), en San Millán donde se ubica el depósito, CarreVillusto.

Antiguamente también se ponían en las rayas o límites del término.

Antes se ponían las cruces el día de la Ascensión, hasta que se cayó y desmontó la techumbre de la ermita (años 1970).
El lunes a San Juan. El martes de letanía (anterior a la Ascensión que eran los jueves) a Castrorrubio, día en que se ponían las cruces. El miércoles se iba a las letanías a la ermita de San Roque. El jueves era La Ascensión.

El martes de letanía en que se iba a Castarruyo el cura se pegaba una paliza. Andaba unos cuantos kilómetros. Castarruyo, después, por la tarde a poner las cruces por todo el campo. Raya de Tapia, Villanueva de Odra, Guadilla, ...
A poner las otras cruces iban solo las autoridades del concejo y el cura. Otros estaban torneando las campanas todo el día.
Los recién casados tenían que llevar los pendones o estandartes a Castarruyo. Al ir se iban cantando las letanías y al venir cantando el Rosario (Rosario cantado).
En aquel tiempo había mucha gente en Sandoval, al pie de quinientos habitantes.

Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el jueves de la Ascensión.

Esa semana de la Ascensión se decía: Faltó un niño toda la semana a la escuela y le preguntó el maestro que dónde había estado toda esa semana que no había ido. Y el niño le contestó: "verá, lunes letaina, martes letaina, miércoles letaina, jueves La Ascensión, el viernes coció mi madre y el sábado no quise ir yo".