Diario de Burgos - 5 de diciembre de 1968

Sasamón, faro luminoso a la vera del Camino de Santiago
Por Alejandro Orive Salazar, párroco

XIX
La Guerra de la Independencia

Dado el privilegiado emplazamiento de nuestra villa, fue en todas las contiendas bélicas lugar apetecido para los ejércitos invasores y, así como los celtas primero y después los romanos, ya en nuestros tiempos lo ocuparon los franceses con avidez y codicia y, desde ella, hicieron numerosas excursiones en busca de botín. En una ocasión exigieron al próximo pueblo de Sandoval de la Reina tributo de cebada para su caballería y de trigo para las tropas, mas al disponerse a repetir la experiencia con intención de diezmar la población -¿por alguna escaramuza o guerrilla precedente? ¿por la negativa del pueblo a entregarle sus cosechas?- se encontraron con la dura sorpresa de que la gente del pueblo, en masa, salió a contenerles, adelantándose Manuel Ortega a responsabilizarse.

Era un día de niebla y [los franceses] se extraviaron, llegando a encontrarse los dos bandos en el término denominado Las Cárcavas, donde fusilaron a Manuel, el cual contaba treinta años, y se retiraron sin conseguir su avieso objetivo, se cree [que] porque oportunamente aparecieron los guerrilleros, distrayéndoles, con lo que se salvó el pueblo de la matanza y de la destrucción.

Sandoval de la Reina, reconocido a su héroe, celebra una misa votiva y de acción de gracias, a su memoria todos los 25 de marzo, fecha de su inmolación.

En una primera visita que hice a la referida parroquia vi, con sorpresa, que, en la lápida de los caídos por Dios y por la Patria, contrariamente a la norma habitual de colocar en primer lugar a José Antonio Primo de Rivera, ocupaba el primer puesto Manuel Ortega. Indagué la razón y el párroco arcipreste amablemente me informó de los extremos expuestos, recogidos en la partida de defunción del referido mártir de la Patria y los demás datos de la tradición del pueblo, aún en nuestros días existente.