¡Que vienen los de Barruelo! (a matar gente), se gritó.
Entonces las mujeres con piedras, las piedras puestas en los delantales, se subieron al alto, al otro lado de la carretera, junto a la casa del tío Higinio, familiar de Sara, la del peluquero, para hacerles frente.
Se recuerda también que don Fidel el cura, se puso unos pantalones para poder correr mejor y marchó por los campos.
Aquellos de Barruelo, finalmente, no pasaron por aquí.
Ya con las aguas tranquilas la gente comentaba con humor lo de don Fidel, no por el hecho de haber intentado ponerse a salvo, sino porque por aquél entonces no se había visto a un cura que no vistiera sotana, y nunca con pantalones.
Un caso parecido al de las mujeres de Sandoval ocurrió en Guadilla de Villamar, en donde los vecinos, hicieron una zanja a la salida del pueblo, en la carretera que va a la caseta del cruce. El relato concreto se lo pedimos más detallado a Javier Ortega que nos lo mandó el día 16 de diciembre de 2016:
Parece ser que aquí en Guadilla también tuvieron miedo de los mineros de Barruelo el día que estalló la guerra del 36. Los motivos de este temor no están muy claros. Es cierto que después de la revolución de Asturias vino a Guadilla un maestro asturiano que ordenó quitar el crucifijo de la escuela. Este acto trastornó un tanto la mentalidad tan religiosa del pueblo. Hay dos versiones de la labor pedagógica de este maestro. Unos que era muy buen profesor y que enseñaba muy bien a los niños y otros, por motivos de la actitud anticlerical o no religiosa del maestro, no enviaban sus hijos a la escuela.
Para colmo de males, el maestro formó una gestora de tendencia comunista para las elecciones municipales. Con esto se acabó la estancia de "tres pelos", así llamaban al maestro en el pueblo. Tuvo que buscar pensión en Sotresgudo y volver por las mañanas a dar clase a Guadilla. Pocos días antes de estallar la guerra desapareció y no volvió más. Parece ser que la amenaza lanzada por él fue "ojalá vengan los mineros de Asturias a invadir estas tierras". Pero como los mineros más cercanos estaban en "Barruelo las Minas" fueron para el pueblo los más temerosos. De ahí el "que vienen los de Barruelo" Recuerdo que, siendo niño, oía todos los años las explosiones de la dinamita que por santa Bárbara, patrona de los mineros, detonaban para celebrar su fiesta. Barruelo está a 44 km de Guadilla en línea recta y a 55 por carretera.
Quizá pensando en esto y por las amenazas del maestro, los de Guadilla determinaron demoler el puente de Las Costanas para evitar el paso de los mineros "fantasmas". Pero la cordura del Sr. Alcalde se impuso y solamente hicieron una zanja a unos metros del puente "para que no pasaran los cañones".
Allí los que dicen que pasó y aquí el que os lo cuenta que a quien por entonces le faltaban unos años para nacer.
Me cuentan que los mozos, después de hacer la zanja, se fueron a Villanueva de Odra. Juntos los bubillos con los renacuajos compraron una lata grande de bonito y un garrafón de vino y celebraron no sé si el miedo que tenían en el cuerpo o la invasión de los mineros que nunca llegó.
Rafa esto que te cuento es lo que se decía por el pueblo. ¿Fue todo verdad ? Lo que sí es cierto es que cuando el río suena...
Javier Ortega
|