Villahernando
Esta localidad aparece en la Cartas de Arras del Cid, citándola como Villa Fredinando (Villa de Fernando).
Es un pueblo eminentemente
agrícola. En sus tiempos, también tuvo ganadería.
El material constructivo predominante en las casas tradicionales es la piedra, habiendo también ejemplos de edificaciones en adobe.
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Por carretera, se puede venir desde Villaúte por el sur y desde Villanueva de Puerta desde el norte.
Es la carretera provincial BU-V-6013. Tiene como vecinos inmediatos también a Boada y Melgosa.
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
Cuenta Emiliano Nebreda Perdiguero en su libro «Amo a mi Pueblo» (2016) sobre la iglesia:
Tiene su iglesia dedicada a la Asunción de Nuestra Señora. Gótica. Una nave con arcos y nervaturas estrelladas de piedra en cabecera. Conserva restos románicos en fustes y capiteles en el cuerpo y canes al exterior. Ábside rectangular. Portada gótica, bajo pórtico abierto, [con artesonado] de madera, y dos pilastrones. Torre cuadrada, con dos huecos y dos campanas. Pila bautismal románica, con gallones, formando venera y anillo. Retablo mayor barroco-churrigueresco, de Luis García, hacia 1750, con una Virgen sedente con Niño del siglo XV.
En la «Enciclopedia del Románico», de la Fundación Santa María La Real podemos leer:
En el exterior, lado norte, se conserva parte de la cornisa con decoración de entrelazo de cestería y dos canecillos, el primero con dos serpientes que se muerden entre sí y el segundo parece simular unos tacos. En el lado sur hay también restos de la cornisa con decoración de ajedrezado y cestería, así como varios canecillos: nacelas superpuestas, decoración geométrica de dos estrellas, figura humana que se lleva las manos a la cabeza ... En la cabecera norte, restos de la cornisa con la misma decoración, siendo sustentada por sencillos canecillos y un capitel con una rudimentaria liebre.
En el interior hay dos capiteles románicos uno «triunfal» y el otro con la escena del pesaje de las almas por San Miguel («de la psicostasis»).
(texto adaptado de JMMF)
No por serlo, ruinas, dejan de ser edificaciones singulares y dignas de ser recuperadas y conservadas.
Destaca un complejo de casa, carretera, troje y cuadra, con el primer piso en piedra seca y el segundo en adobe que presenta una imagen notable, especial, se podría decir que artística.
Decir que son pocas las ruinas y que Villahernando es un pueblo muy bien conservado con casas bien cuidadas.
El arroyo de la Teja pasa al borde del pueblo por el sur y es el eje del desarrollo y refugio vegetal de esta localidad rodeada de campos de cultivo cerealístico. A 160 m al oeste de las últimas casas se junta con el río Villahernando.
De Sandoval de la Reina a Villahernando hay, por carretera, 17 km.