Relato de Sandoval de la Reina (2018)
Escrito para el espacio en Internet de Villanueva de Odra.
El 20 de febrero de 2018, Miguel Ángel Cibrián Dehesa, natural de Villanueva de Odra, hijo de Crescencio, mandó a la web de Sandoval de la Reina un correo electrónico en los siguientes términos:
... Estoy "conformando" un amplio serial historiador sobre Villanueva de Odra (unos 80 capítulos). Y digo "conformando", no escribiendo, porque pretendo que esté al servicio de todos los renacuajos (gentilicio), y yo solamente soy uno más. Y, por ello, no dudo en pedir colaboración cuando sea necesario. El trabajo está bastante avanzado, o al menos encauzado. Puedes ver un índice de enlaces en: Índice del historiador. Como verás en el índice, se proyecta un capítulo "poblaciones limítrofes: Sandoval de la Reina". Quiero pedirte que lo escribas tú... Respecto al espacio, no hay límite, a tu conveniencia. ... |
Miguel Ángel padece Ataxia de Friedreich.
Decir que el «serial» sobre Villanueva de Odra, desarrollado en Internet por Miguel Ángel Cibrián es un trabajo notable.
El texto sobre Sandoval se terminó de redactar y se remitió en julio de 2018.
Está publicado en «Villanueva de Odra».
El texto es el siguiente:
Sandoval de la Reina Un pueblo con nombre, con himno, con leyenda, con romance, con literatura, con su Habla, con estatutos antiguos, con arte, con historia, con su geografía y, sobre todo, con su gente. Así reza en la página inicial de una web dedicada a este pueblo, que se encuentra, como dicen ellos, entre renacuajos. Apodos de los de de Villavedón, al norte, siguiendo el curso del río Odra y de los de Villanueva de Odra, al sur, también ribereño del Odra. El río Odra, que besa el oriente de Sandoval, se domina desde la atalaya de su torrejón y, desde ahí, se puede escudriñar el horizonte y vislumbrar la lejana Sierra de la Demanda.
El porqué de la importancia de su nombre, viene de la primera parte, Sandoval. Hasta el año 1599 o 1600 no recibió el apelativo de de la Reina, más probablemente por la reina Margarita de Austria (1584 – 1611), que por Urraca I de León (1081 – 1126), como tradicionalmente se ha creído en el pueblo. «Sandoval» tiene su origen etimológico establecido, aunque hay teorías alternativas. Es importante por ser apellido. Un apellido con una historia de favoritos y personas políticamente importantes en el Medioevo y principios de la Edad Moderna en España. Un apellido de conquistadores de América, Gonzalo de Sandoval, el principal. Y sobre todo es un gran patrimonio del pueblo por la gran cantidad de personas en América y en España que lo tienen como apellido y lo llevan a gala. Los antiguos Sandovales no eran de aquí. Tomaron su apellido del pueblo por haber sido el centro de su señorío y, durante un tiempo, su casa solariega, torre y monasterio. Tal vez nuestro pueblo ya tuviera un prestigio bien ganado antes de su llegada.
Alguien, enamorado del pueblo, escribió un himno con una letra que emociona y una música con unas tonalidades particulares. Se olvidó y, después de tiempo, otro enamorado de Sandoval lo redescubrió. Ahora se canta una vez al año, en agosto, en iglesia, donde se ha visto gente llorar de emoción al oírlo. Esos hijos, tu embeleso, no te dejarán morir.
¿Y su leyenda? No, no es aquella que dice que subimos un burro a la torre atado por el cuello con una soga para que comiera una mielga que había nacido en altura entre las piedras del campanario. Ni por llamarnos mielgueros por ese, supuesto, episodio que nos endilgaron jocosamente nuestros vecinos, del norte, del sur o de los lados, quién sabe. Y no es que cuando llegaba a la mielga el burro con la lengua fuera y exánime, a alguno se le ocurriera dirigirse al curandero, que siempre los ha tenido Sandoval, diciéndole «mira, ya se relame». Tampoco es, porque es historia, no leyenda, la de aquel héroe, Manuel Ortega Carpintero, que entregó su vida en Las Cárcavas, fusilado por los franceses para salvar a sus convecinos del castigo que nos venían al infligir por levantiscos durante la Guerra de la Independencia. No. La leyenda es otra y es doble: Se trata del amor imposible entre Don Gómez de Sandoval, conde de Candespina, y Doña Urraca, reina de Castilla y León; era allá sobre el año 1111.
No es un romance épico. Se escribió en recuerdo de otro tipo de héroe, cercano a la gente. Lo escribió un poeta que cantó la belleza de toda la diócesis de Burgos, su naturaleza, el arte, los frutos, a sus gentes, al invierno y al verano: Bonifacio Zamora Usábel. Y escribió el romance para la memoria y gloria del ya citado arriba Manuel Ortega Carpintero.
Fue el 24 de marzo de 1809 y, todos los años, el 24 de marzo, también 209 años después, se dice una misa por él. Antes, la víspera, el pregonero pregonaba la misa. Tuvimos la gran suerte de que un hijo del pueblo, estudioso de la historia, de nombre Cirilo, se patease archivos y bibliotecas, así como algunos documentos históricos de Sandoval de la Reina, alguno de ellos de la importancia del Archivo de Simancas. Y tuvimos la fortuna de que plasmara por escrito lo que descubrió en un libro que él mismo costeó. Fue un esfuerzo inaudito, el de Cirilo. La tituló: Sandoval de la Reina y sus Fundadores. La familia de los Sandovales.
Y no es la única obra literaria. Ya sabemos que tenemos nuestro romance, una obra en verso, patrimonio del pueblo. O la letra del himno, de autor hasta ahora desconocido. Está la «Memoria escenificada de Sandoval de la Reina», del maestro nacional y practicante, tanto monta, Don Andrés Hernández Macías, tan importante fue para el pueblo. Esa memoria escenificada, en formato de obra teatral, es una especie de novela histórica, basada en documentos locales y en las obras de Prudencio de Sandoval. Son tres actos con varias escenas cada uno, que relatan tres historias de Sandoval con sus consecuencias para el pueblo. Esta obra teatral se representó en Sandoval de la Reina en 1957. La representación se encuadraba en las famosas «Comedias», que, con gente del pueblo como actores, se representaban periódicamente aquí. Tenemos nuestras retahílas, de tradición oral. Esos dichosos dichos, como aquel, que es como un emblema local que dice «Sandoval de la Reina, corral de vacas, donde nacen los niños con alpargatas», no sabemos si por pobres, por lo modesto del calzado, o por ricos, porque ya nacían calzados. Paco Labrador le ha dedicado varios de los numerosos poemas que brotan de su pluma, como su Oda a Sandoval o Desolación. Paco es arrimado al pueblo, como el que escribe esto, lo cual no es moco de pavo, como veremos más adelante. Y unas poesías dedicadas expresamente por Sandovales del mundo: Poema a Sandoval de la Reina (Roberto Sandoval López, Chile), Agreste y sencilla... (Oscar Sandoval Martínez, Argentina). Y también prosa de viajeros como Cosas de Sandoval de la Reina (Cuaderno de Viaje de Ana y Ángel, Salamanca, otoño de 2017). El Habla y la Toponimia de Sandoval, son otros dos ensayos excepcionales.
Un tesoro lexicográfico es su Habla. Una obra escrita e impulsada por un erudito local, afincado en el Levante valenciano, de nombre Julio. Si no hubiera sido por él, esta joya, patrimonio del pueblo, con sus variantes, y de la comarca, habría caído en el olvido. Hecha la salvedad de las recopilaciones hechas por esos locos de Villahizán (José Corral) y Guadilla (Javier Ortega y Aventino, que tiene la suerte que otros no tenemos, de que no hace falta apellidarle para saber quién es). El «Habla de Sandoval» lo escribimos con mayúsculas porque es una obra única, es un nombre propio. Todavía en los años 1950, 1960 y ya menos en 1970, era una forma de expresarse común entre muchas personas del pueblo. Dicen que fue la llegada de la televisión, con su lenguaje tipo y normalizado, la que acabó con el Habla y con la forma de expresarse en español de muchos sitios de España. Aun perdura el uso de algunas palabras propias de esa forma de hablar, que se usan poco, no por falta de ocasiones, sino por falta de gente. Para que no se nos subleve el autor, hay que decir que mucho del material incluido en la obra, tanto de palabras expresiones como de matices y explicaciones, son aportaciones originales de varios colaboradores y coautores, como le gusta decir, unos por saberlo al ser del pueblo y otros por trabajos de investigación a pie de calle.
Aunque no es un documento acabado, porque siguen llegando nuevas aportaciones, los números son estos: el Habla tiene 1720 palabras y 187 expresiones. De las palabras, 925 no están en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE), 400 están pero con distinto significado, 49 están, en sus varias acepciones, con igual y distinto significado. Las 346 restantes tienen el mismo significado, si bien muchas de ellas vienen recogidas en DRAE como de uso anticuado o de uso en zonas limitadas (Burgos, Palencia, Cantabria). Seguro que Villanueva de Odra tiene mucho que decir en este tema, con sus particularidades, por ser comunidad con los demás pueblos de la zona. Esta es una asignatura pendiente que tiene.
Los pueblos siempre han tenido derecho a tener sus ordenanzas en lo que tenían competencia y jurisdicción, que antiguamente se podían llamar estatutos. En 1511 se dictaron unas ordenanzas, que en su preámbulo dicen, entre otras cosas:
Palabras sin desperdicio. Son el total 69 ordenanzas. Entre lo dispuesto, para cumplimiento por los sandovaleses, podemos escoger cuatro:
Una delicia el conjunto de ellas.
En todos los pueblos de esta vieja Castilla y de esta comarca, una de las primeras en ser repobladas tras el inicio de la Reconquista, no en vano son observados por la siempre hierática Peña Amaya, primer bastión de la cordillera Cantábrica, en todos hay una riqueza artística primigenia y popular, además de evolutiva. Es también el caso de nuestro pueblo. Hay arte importado, estable, tradicional. Todo el continente y el contenido de la iglesia. Y lo que se fue, desapareció, de lo que no nos queda ni una imagen, como el San Martín de Tours, robado de la ermita de Castrorrubio el mismo día, o la misma noche, en que se expolió la ermita de la Magdalena de Villanueva de Odra, en septiembre de 1974. Y tantas cosas. No se puede describir en pocas palabras. Es mejor verlo y disfrutarlo: la iglesia de San Pedro, las ermitas de San Roque y Castrorrubio, los puentes de las Bodegas y el de un ojo del camino a Tapia, el Puente de la Carretera, moderno y de piedra. Y la arquitectura popular, especialmente en adobe, de una belleza estética sorprendente y camino de la extinción. Las carretas, el arte mueble popular y la ebanistería de andar por casa no dejan indiferente. Y también hay arte autóctono hecho por dos lugareños: Conocemos lo hecho por Bernardino Moradillo Ruiz, lo que permanece en Sandoval, en Guadilla de Villamar, Ordejón o en su casa de Tablada del Rudrón. Cultivó pintura, escultura, arquitectura y poesía. También la obra de Adel Alonso Asenjo como pintor, escenógrafo, autor de poesía experimental y escritor, diseñador gráfico y escultor. Es fundador de una revista sociocultural (con_margen). De antes de la Reconquista apenas queda nada. Unos restos de cerámica de época romana, tal vez algunas piedras de la base del puente de las Bodegas, algún hacha de sílex y poco más.
Y de su historia qué decir. Poco sabemos de la Prehistoria salvo algún resto arqueológico documentado en Fuente Bendita, de la Edad del Bronce antigua en Fuentemuriel, así como en la Granjería que también tiene recuerdos del Calcolítico. En Ojalba el Bronce antiguo. Roma nos dejó alguna cosa en el Alto del Mostelar, en la Granjería. La sigillata africana D hallada en el término de Sandoval, en el contexto de una ubicación de una antigua villa romana, nos lleva a citar las villas romanas del río Odra, villas romanas tardías de los siglos IV a V d.c., una época de expansión de las grandes haciendas, que absorben a otras menores, y nos habla de importación de piezas de cerámica asociada a la creciente importancia cerealística de la cuenca del Duero. Del momento del inicio de la Reconquista no sabemos nada. Es nuestra protohistoria. Distintas fuentes ponen como fecha de fundación de Sandoval anterior a 860, en 900, en 906 e incluso en 1111. Se dice que Sandoval es más antiguo que la Amaya refundada en 860. Del Medioevo, bajo y alto, hay más. Un recuerdo del Convento de San Vicente, en Olmos, así como en Ojalba, la Quintana, San Juan, San Millán, la Tejera, la Vega, el Torrejón, la propia iglesia de San Pedro. Un caso especial es el Puente de las Bodegas, que ya se citó más arriba; su atribución cultural es altoimperial, tardorromana, bajomedieval y moderna. Sobre la Cuesta de la Tala, hay varias hipótesis; para Javier Ortega tuvo una importancia prehistórica especial.
En 1164, Sandoval se llamaba Sandoval de Treviño. Sin querer llegar aburrir podemos citar un hito histórico: A principios del siglo XVIII el Licenciado D. Ángel Marcos Ruiz salvó a Sandoval de la Reina de la bancarrota y su posible subsiguiente desaparición. Don Ángel, nacido en Sandoval en 1678, tomó en sus manos el asunto de las tercias indebidamente cobradas por el señor de Melgosa, y consiguió que se levantase el embargo que pesaba, así como que el Sr. Sánchez de Valencia devolviese lo que malamente había cobrado durante cinco años y, además, que se repusiese el privilegio que tuvo con el fuero de villa y del que gozó desde 1714 a 1811. Por último, el hecho más crítico de nuestra historia vino a partir de los años 1970, agudizado en las décadas posteriores. Fue la diáspora y el despoblamiento, 1100 años después de su fundación y población. Se ha llegado a una situación en la que, durante todo el año, apenas duermen unas 20 personas, una población mayormente envejecida o célibe. Fenómeno que, desgraciadamente para todos nosotros, se repite en los pueblos de la comarca y de la provincia, de Castilla y de León, y de muchos pueblos de España.
La geografía local parecería anodina si no fuera por la riqueza lingüística del trabajo de Julio Alonso plasmado en su «Toponimia». No se limita a enumerar una serie de términos y accidentes geográficos, sino que, muchas veces, les da un contenido etimológico, amén ubicarlos en el término y dar otras informaciones. Eso aparte de la introducción. Arriba hablábamos de que no era moco de pavo el tema de los arrimados, aquellos que nos hemos casado con gente del pueblo y que luego el pueblo nos ha capturado. Y no es moco de pavo porque Sandoval es un pueblo abierto, a pesar de lo que decía la ordenanza 19ª ¿Cómo podemos probarlo? Simplemente yéndonos a las pirámides de edad y origen de 1922. Ese año, censados había 236 personas naturales de Sandoval y 104 personas (un 44 %) naturales de otras localidades. Vaya sorpresa. Y esas otras localidades eran ¡53 localidades distintas!
Hay más cosas que podríamos decir de Sandoval, pero no voy a cansar más. Antiguamente se decía, porque somos muy nuestros, como cada uno en su pueblo, vaya, que Villanueva de Odra estaba a un tiro de piedra de Sandoval. No en vano y con guasa, como diciendo que el término de Sandoval es muuuucho mayor que el de Villanueva. Y se decía por esto: si nos colocamos en la raya de Sandoval con Villanueva, una persona que tire fuerte, puede hacer llegar una piedra hasta las primeras casas de Villanueva. Este texto de arriba abajo me lo encargó el renacuajo del sur Miguel Ángel Cibrián, un ejemplo de esfuerzo y tesón en la dificultad. Un motivador, que está siendo capaz de ilusionar en su proyecto a la gente. El fin del encargo era dar contenido a la sección de los pueblos colindantes de su proyecto en la Red sobre Villanueva de Odra, en lo que a Sandoval de la Reina se refiere. http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com/2017/12/indice-del-serial-historiador-sobre.html Toda la información de este artículo se ha obtenido de la sitio en la Red sandovaldelareina.com Disculpadme en lo que me haya equivocado y por lo que me haya olvidado. Rafael Alonso de Motta.
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