Por Julio Alonso Asenjo ë El Habla de Sandoval de la Reina
El habla de Sandoval de la Reina (Burgos) (continuación)
II. MORFOSINTAXIS.
• Mantenimiento de la forma artículo determinado + sustantivo + adjetivo, con acentuación del adjetivo. Ej.: la mí madre; el mí pueblo, los mís zapatos..., como en el leonés y asturiano. • Uso del artículo determinado ante el nombre propio de las mujeres: la Ufe, la Conce, la Vitoria, la Ulalia, etc. • Forma antigua de plural en bueis (bueyes), leis (leyes). • Formas aglutinadas de preposición y artículo determinado, como en el castellano vulgar general: dar pal pelo; ir pal campo; está pol molino. • Formas de futuro y condicional con caída de vocal en infinitivo de verbo en -er (R. Menéndez Pidal, Manual de Gramática Histórica, 123. 2), que mantuvo plena actualidad en el castellano estándar hasta el siglo XVI (y aún hoy en formas como «valdría») y es, por tanto, un medievalismo (R. Lapesa, Historia de la lengua española, 95. 3): debría, soldría, doldría (aquí con epéntesis de d). • Forma del imperativo plural en -ay o -ey: hablay, por hablad; comey por comed... • Forma de hey o hay por «he»: hey hecho, hay hecho. • Formas regularizadas sobre el perfecto fuerte en la 3ª persona del plural: anduvon, dijon, vinon, hubon, trajon, hizon... • Mantenimiento de formas del presente de verbos en LY (como las formas latinas de valer o salir) con desarrollo de g, en suelgo, duelga (siguiendo a cuelgo y a valgo, salga...). • Refuerzo de un lexema débil como «ir» en dir y de ahí sus derivados: diendo (por yendo) o el mantenimiento de la lógica forma arcaica fuendo, a partir del pretérito de ser. • Uso del condicional en la prótesis de las oraciones subordinadas condicionales, en lugar del imperfecto de subjuntivo: «si haría buen tiempo, saldría»; por «si hiciera...», que comparte con todo el norte de Burgos, Navarra y País Vasco. También en frases subordinadas finales como: “para que no estorbaría para arar con...”, por “para que no estorbara...” • Mantenimiento, como en otras lenguas románicas (por ejemplo, la italiana) del antiguo orden de los pronombres personales antepuestos al verbo, especialmente el de primera y segunda persona ante se, como en “me se dijo”, “te se vio”. En la escuela se nos daba una fórmula, no desprovista de ironía, para inculcarnos la norma moderna: “se dice se me, pero me se olvida”. • Mantenimiento de formas antiguas, como aviespa (avispa), cuchar (cuchara), o de las en otros tiempos más extendidas: rede (red); troje (troj), berezo (brezo). • Mantenimiento, por arcaísmo, de géneros de varias palabras distinto al estándar. Así en la vinagre; la ensambre (enjambre); la alfiler, la maíz, la alambre. • Laísmo y leísmo. También loísmo, que aparece certificado en la letra del juego practicado en Sandoval, “Milano me voy”, recogida por María Jesús Pérez Renedo, en el sitio web: http://www.sandovaldelareina.com: «Milano me voy, / milano me vengo. / Los mis pollecitos / en casa los tengo. / Los doy pan. / Los doy queso. / Los doy con un canto / en mitad del coscorejo».
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