Libro de la Crónica de la Parroquia de Sandoval de la Reina
Crónica sexagésimo sexta
Rogativa solemne para pedir la lluvia, 1938
Crónica sexagésimo sexta (Fidel Díez Hidalgo) Rogativa solemne para pedir la lluvia Folio 52º [reverso] - Folio 58[anverso] Año de 1938 En el tiempo transcurrido durante este año no ha llovido, habiendo sido un invierno sin lluvias, y solo dos pequeñas nevadas, una a principio de año y otra a mediados de febrero, pero fue poca la nieve caída, y en las citadas épocas hubo durante varios días temperatura bajas, helando por el día y la noche. Efecto de esta escasez de aguas siéntese el efecto de la sequía. El Excmo. Señor Arzobispo ordenó se rezase la oración Ad petendam plubiam (sic) (1), y los pueblos de esa provincia hicieron peregrinaciones y rogativas en los santuarios de tradicional recuerdo religioso
[Folio 53 anverso] El día veintisiete del mes anterior hízose esta rogativa en el inmediato pueblo de Villusto, acudiendo once pueblos con sus insignias parroquiales, recorriendo, en procesión de unos cuatro kilómetros, una porción de sus campos, y después de ella pronunció elocuente y apropiado sermón a las circunstancias del acto y de los tiempos en la actual guerra Don Santiago Saiz Marcos, párroco de Villalmanzo y Arcipreste del distrito de Lerma. A esta acudió el infrascrito párroco, autoridades y varios afiliados a F.E.T de la J.O.N.S., con la mayoría de los feligreses, llevando sus dos pendones, tres pendonetas y cruz con ciriales, saliendo en procesión hasta el puente del Pobecillo. Desde allí se fue en grupos. A las dos de la tarde de este día veinticuatro y, celebrados allí los actos religiosos, regresaron a la caída de la tarde, y en el citado lugar se volvió a formar la procesión y se entró en el pueblo y en la iglesia cantando las preces Ad petendam plubiam.
Como continuase la sequía, la comisión gestora (2), en sesión celebrada el día uno de este mes, acordó celebrar rogativas con este fin en esta parroquia, y para ello se reunieron después de la sesión en la casa rectoral y, tratado en asunto con el párroco, se reunieron por la tarde en la sala de concejo con la mayor parte de los vecinos de ésta y se acordó celebrar la rogativa, quedando encargados del tiempo y modo el párroco con dicha comisión gestora de este municipio, acordándose que el párroco fuese a Burgos el próximo día tres para encargar sermón y agenciar lo relativo al acto.
Y, según lo convenido, el párroco habló con el Sr. Magistral (3) y convinieron que dicho señor viniera a predicar a esta parroquia el día quince, domingo, de este mes. Llegose después al Gobierno Civil de la provincia y allí [Folio 53 reverso] fue recibido por el Secretario particular del Excmo. Sr. Gobernador, quien le pidió solicitase a dicho Gobierno autorización para dicho acto, el cual elevaría dicha petición al Ministerio del Interior, todo lo cual realizó el párroco y recibió el día trece la oportuna autorización que conserva archivada. También se entrevistó ese mismo día el párroco con el muy Ilustre Señor Secretario de Cámara y Gobierno, no pudiendo tener audiencia con el Sr. Arzobispo por hallarse ausente, y le dio autorización y concesión de cien días de indulgencia, que concedió el prelado a cada uno de los fieles que acudiesen a dicha rogativa.
Previos estos requisitos, el domingo ocho de este mes, el párroco al ofertorio de la Misa anunció la rogativa y actos que en ella se celebrarían y exhortó a sus feligreses a celebrarla el día quince, domingo próximo venidero, y a que recibieran los Santos Sacramentos de la Penitencia y Comunión.
Durante la semana, desde el día ocho al quince, la comisión gestora nombrada poco ha por el Gobernador, con su alcalde Don Mariano Muñoz Franco y los otros cinco concejales con el infrascrito párroco, invitaron oficialmente a los pueblos limítrofes y se envió a los párrocos carteles de gran tamaño anunciando la fiesta para que fueran colocados en este centro, en el atrio, en las puertas de la casa rectoral, escuela de niños y taberna.
El sábado catorce por la tarde estuvieron administrando el sacramento de la Penitencia el infrascrito párroco, con Don Licesio Nebreda, cura regente de Villanueva de Odra, y Don Francisco Escribano, cura ecónomo de Guadilla de Villamar. Y por la mañana del día quince estuvieron igualmente administrando este sacramento dicho don Licesio, el párroco y el Sr. Magistral. Desde el día dos al once se celebró novena por la mañana, asistiendo todos los días el pueblo a la Santa Misa y preces de la novena. Y los días [Folio 54 anverso] doce, trece y catorce se celebró triduo, asistiendo igualmente todo el pueblo a Misa y oraciones del triduo. Y el día catorce por la noche al rezo del Santo Rosario y Salve cantada, que entonó el Sr. Magistral ante la efigie de Nuestra Señora del Rosario, que había sido bajada del camarín y colocada en andas sobre una mesa en el presbiterio. Fue también limpiada la iglesia, sus retablos, alhajas de metal y demás enseres por las jóvenes hijas de María y algunas otras piadosas, haciendo en ello una obra buena.
Hechos estos preparativos, se celebró este día quince la piadosa rogativa con mucho entusiasmo y piedad.
Por la mañana celebró la Misa de Comunión el Muy Ilustre Señor Doctor Don Félix Arrarás, Canónigo Magistral de la S.I.C.P.M de Burgos. Preparó a los fieles para la Comunión con piadoso fervorín, administró la Santa Comunión, acercándose casi todos los feligreses de ésta y pronunció después el Sr. Magistral palabras para excitar a los fieles el agradecimiento de los fieles. Durante la Comunión cantaron las jóvenes piadosas motetes apropiados al acto. A las diez de la mañana celebró el párroco Misa solemne, asistiendo a ella la totalidad del pueblo y, en ella, el Sr. Magistral pronunció elocuente sermón proponiendo a S. Isidro como modelo de labradores cristianos católicos y piadosos, haciendo resaltar cómo el trabajo del labrador no es despreciable, sino benemérito entre Dios y la sociedad, y más sano, moral, religiosa y físicamente que el trabajo de las grandes urbes, la sumisión a Dios y confianza en él. Fue un sermón que, con la elocuencia propia de un Magistral de la Catedral de Burgos, cautivó a esta feligresía.
[Folio 54 reverso] Llegada la hora de empezar la llegada de los pueblos limítrofes invitados para las tres de la tarde (oficial) al toque de campanas y reunidos a la entrada de la iglesia, sale el párroco con las autoridades e insignias, y son recibidos los pueblos a la entrada de ésta y, según van llegando con su párroco, autoridades e insignias, se va en procesión a la iglesia y, hecho este recibimiento de todos, reúnense en el templo y no pudiendo reunirse dentro de él por la gran concurrencia, quédanse gran número de fieles en el atrio y fuera de él. Se empieza con cántico de saludo de las jóvenes de esta a la Virgen. Luego, desde el púlpito, dirige el rezo del Santo Rosario el párroco de Sotresgudo y Arcipreste de este distrito de Campo. Después se canta con fervor y entusiasmo la Salve popular a la Virgen, alternando los falangistas formados en la nave principal y las jóvenes con el resto del pueblo, haciendo efecto impresionante el canto de tantas voces.
Luego se ordenó la solemne procesión, yendo los pueblos con sus insignias en el orden siguiente: Villusto, Palazuelos, Villavedón, Sotresgudo, Tapia de Villadiego, Guadilla de Villamar, Villanueva de Odra y Sandoval de la Reina. El recorrido de la procesión fue desde la iglesia, bajando la calle Real, calle de Santa María, por ésta entró en la carretera y llegados al alto de Mostelar se siguió por la carretera que va a Palazuelos, tomando después el camino que viene de [H]Azuela y por éste, y pasando por el puente de Sobrillo, y por éste camino atravesó el puente de las Bodegas, subió por el camino enfrente de las bodegas y pasó por la plazuela del Barrio de los Ricos, y se dirigió, por el lado del cementerio [Folio 55 anverso] y por el Torrejón, hasta la hermita de San Roque. Se llevaron en procesión la efigie de San Blas, San Miguel y la de Nuestra Señora del Rosario. Junto a la puerta de esta hermita habíase colocado una cruz de gran tamaño fijada en el suelo y, pendiente de ella, una gran corona de flores naturales, y pendiente de la pared un paño negro de terciopelo (que es lo que usa la cofradía de las ánimas de esta parroquia para cubrir el túmulo en los funerales). También fue colocado un púlpito traído de Peones de Amaya para el sermón y alocución patriótica religiosa por el párroco, como estaba anunciado en los carteles de anuncio de la fiesta.
Terminada la procesión y llegados todos los asistentes frente a la hermita, que se calculaba serían unos tres mil. Colocadas las andas de San Blas, San Miguel y en medio la efigie de Nuestra Señora del Rosario sobre mesas cubiertas con los frontales y adornos que posee esta iglesia para las procesiones de Nuestra Señora del Rosario, previamente colocados y en orden y simetría, los cincuenta escaños de la iglesia frente a la hermita, colocados en primer lugar los once sacerdotes que asistían con sus sobrepellices y capas moradas. Fijados a un lado de la hermita los estandartes, pendonetas, cruces parroquiales, ocupados los bancos en preferencia por los ayuntamientos de los pueblos y presidiendo las autoridades municipales, judicial y de Falange Española Tradicionalista de la J.O.N.S., y distribuidos todos los asistentes en la planicie inclinada frente a la hermita, y estando los niños de los pueblos ordenados en filas al lado izquierdo con sus maestros al frente, ofreciendo todo ello un aspecto portentoso, favoreciendo [Folio 55 reverso] además el estado atmosférico del día, poco viento, cielo cubierto y temperatura propia de este mes de mayo. En medio de la mayor expectación y silencio sube el púlpito el Sr. Magistral, el cual, por espacio de una hora, absorbe la atención del auditorio con una elocuencia, claridad en los conceptos y expresión tan varonil y fervorosa que merecía ser escrita y conservada como modelo de discursos de oratoria sagrada. Desarrolló como idea principal la providencia divina para con los hombres, sobre todo en lo concerniente a los productos de la tierra por medio de la agricultura, haciendo oportunas reflexiones para santificarse el labrador en sus trabajos. Arengó ardientemente a los labradores. Invocó la protección de la Santísima Virgen para que sus trabajos produzcan el sostén de sus necesidades. Invocó en sublime plegaria el auxilio de la Santísima Virgen del Rosario y, dada la aptitud arrogante de esta efigie, su colocación y disposición del auditorio, que todos podían fácilmente contemplar, arrancó del auditorio tiernos suspiros. Las lágrimas corrían por las mejillas de todos. Y los corazones y las lenguas se unían en unísona plegaria de la elocuencia arrebatadora del Sr. Magistral. Es el Sr. Magistral de Burgos una de las primeras figuras de la elocuencia sagrada en la nación española. Ha recorrido casi toda España, predicando sermones, triduos y novenarios. Posee con perfección todas las dotes de orador sagrado. Es elegante en la expresión, profundo en las ideas, claro en la expresión y con buena [folio56 anverso] frescura, potente y clara voz, grave y armonioso ademán. Domina con tal imán a los oyentes que arrebata con su elocuencia a las gentes. Únese a esto su vida austera, ejemplar y sencilla, que la hace amable y le da gran autoridad en el desempeño de importante magisterio.
Con el elocuente sermón, el Señor Magistral terminó el acto de la rogativa y empieza inmediatamente el acto religioso patriótico en favor de los caídos según estaba anunciado en el programa de la fiesta. Después de bajar el Sr. Magistral del púlpito, sube a él el infrascrito párroco, quien, con palabra fácil y en vibrantes párrafos, expone el glorioso movimiento nacional y la animación entusiasta con que empezó esta actual guerra desde el diez y ocho de julio de mil novecientos treinta y seis contra el nefando comunismo y los esfuerzos realizados por la masonería que se valió del judaísmo, sociedades secretas y prensa liberal e impía, aclarándolo con los fines que intentaba de destruir nuestra nación. Hace ver los estragos que ha producido donde ha logrado imponer su dominio, prueba cómo esta guerra hará época en nuestra historia, pudiéndose dar a los años sucesivos, primero, segundo Año Triunfal. Realza el prestigio del glorioso Caudillo Don Francisco Franco Bahamonde, de sus generales, jefes y del valeroso ejército nacional. Enaltece los triunfos y victorias obtenidas en esta guerra y recuerda el sacrificio de los que heroicamente han inmolado sus vidas y derramado su sangre por la salvación de la patria. Invita a recordar su memoria y elevar una oración por los caídos, y conclude (sic) probando y afirmando nuestra [folio 56 reverso] esperanza en la Victoria final, haciendo votos por que sea pronta, y termina con entusiastas vivas al Caudillo, al ejército nacional, a España con la triple exclamación de España Una, España Grande, España Libre, que contestan todos con el brazo en alto. Luego los sacerdotes cantan solemne responso por los caídos, rezando en público el Padre Nuestro. Acto seguido, los trescientos niños que estaban ordenadamente colocados a la izquierda del público en filas, con las banderas de sus escuelas, y cada uno con su banderita en la mano, presididos por los Señores Maestros de esta villa, Guadilla de Villamar, Villavedón y Sotresgudo, cantan los himnos patrióticos de Falange, Oriamendi, y por fin la marcha granadera o himno nacional que, todos descubiertos y con el brazo levantado, escuchan con respeto y atención, y el jefe de Falange de éste, termina el acto con varios y entusiastas vivas a España, al Caudillo, al Ejército Nacional, a los héroes de esta jornada, al clero, al Sr. Magistral, al infrascrito párroco que fue frenéticamente aplaudido al fin de su discurso, y con el mayor orden, entusiasmo y satisfacción universal, termináronse estos actos religiosos y patrióticos sin que hubiera que lamentar el menor incidente adverso.
Merecen alabanzas y son dignos de agradecimiento el Excmo. Señor Ministro del Interior y el Excelentísimo Señor Gobernador Civil de esta provincia por su [folio 57 anverso] benevolencia en la facultad que concedieron para la celebración de estos actos (el infrascrito párroco tuvo noticias particulares que oyó de personas, fidedignos de cómo estas dos autoridades aprobaron el programa que de estos actos les fue por él enviado y se alegraron de su celebración). El Muy Ilustre Señor Doctor Don Félix Arrarás, Canónigo Magistral de la S.J.M.B.M. de Burgos, quien [intervino] con la mejor voluntad y desinterés (no aceptó más que cien pesetas como gratificación de sus discursos que el infrascrito párroco le entregó de los fondos existentes en esta parroquia, de la postulación para el culto y alumbrado a Nuestra Señora del Rosario, y limosna de las tres urnas de la Visita Domiciliaria de la Milagrosa). Sr. Alcalde Presidente de esta Comisión Gestora, Mariano Muñoz Franco y los otros cuatro gestores, Eutimio Andrés, Juan Rodríguez, Feliciano Miguel y Julio Dehesa. El Sr. Juez Municipal, que es también jefe local de F.E.T de las J.O.N.S., don Emiliano Pérez González, los demás afiliados a F.E.T. de la J.O.N.S. que, con actividad y diligencia cooperaron a bajar y colocar la efigie de Nuestra Señora del Rosario y formación de escolta con armas a Nuestra Señora del Rosario.
Ocupaba la procesión y cubría todo el trayecto desde el cruce de la carretera con el camino que sale de las casas y va hacia Villanueva, hasta la subida al alto de Mostelar, cerca de un kilómetro. En el trayecto de la procesión cantaron los sacerdotes las preces del Ritual Ad petendam plubiam, el Ave-Manistela (sic) y el Magnificat. Y las hijas [folio 57 reverso] varios cánticos a la Virgen y ciertos versos alusivos al acto intercalados por el siguiente estribillo, que contestaba el pueblo: «En vos, Virgen del Rosario, tenemos la confianza, que nos has de conseguir, el agua para las plantas»
Concluidos todos los actos supradichos, se regresó desde la hermita de San Roque al atrio de la iglesia, siendo allí despedidos los pueblos con sus insignias. Después los sacerdotes bajaron a la casa rectoral donde fueron obsequiados por el párroco con una merienda.
El ayuntamiento obsequió a las autoridades y demás que habían llevado las insignias de los pueblos con pan, vino y pescado en conserva en la casa de ayuntamiento. Y después de ser así cumplimentados y atendidos, a las siete de la tarde regresaron los pueblos con sus párrocos e insignias parroquiales a sus lugares.
El día veintidós de mayo, domingo, quinto después de Pascua y una semana posterior a la rogativa hecha en Sandoval, acudió también a esta parroquia con el infrascrito párroco, autoridades y la mayor parte de los feligreses, con sus insignias al inmediato pueblo de Sotresgudo, correspondiendo a su atenta invitación, y se celebró también rogativa con asistencias de diez pueblos, a saber, Sotresgudo, Sandoval de la Reina, Villavedón, Peones, Amaya, Salazar, Cañizar de Amaya, Barrio San Felices, Quintanilla Riofresno, Salazar de Amaya y Guadilla de Villamar, todos con sus insignias parroquiales, se celebró procesión, cantando las preces oportunas Ad petendam plubiam y un calvario por España, compuesto para estos tiempos de Guerra y en la iglesia predicó el P. Bolinaga S.J.
Regresó este pueblo de Sandoval a la caída de la tarde y entró procesionalmente en la iglesia con repique de campanas, cantando la letanía lauretana.
[folio 58 anverso] El domingo siguiente, veintinueve de mayo, según acuerdo del Ayuntamiento con este párroco, se tuvo también procesión solemne con la efigie de Nra. Sra. del Rosario, acudiendo todo el pueblo con mucha devoción y orden, y la procesión descendiendo de la iglesia, y recorrió trayecto desde ésta, por el camino de Barrancal, entrando en la carretera, y el que va [de] Villanueva a la iglesia. En esta se cantó la Salve popular a la virgen y el infrascrito párroco terminó con una arenga, confiando en la protección divina e intercesión de la Santísima Virgen, animando a sus feligreses a esperar el remedio de las presentes necesidades, sobre todo de la actual guerra y constante sequía en el campo.
El día diez y seis de este mes, día seguido de la rogativa en ésta, se celebró en esta parroquia solemne funeral por los que gloriosamente han caído en esta guerra, singularmente por los caídos de esta parroquia y por las obligaciones de esta misma. Y para que conste, extiendo la presente acta con los detalles y circunstancias que me han parecido oportuno consignar en la misma, guardando en el archivo la autorización del Excmo. Señor Gobernador Civil de esta Provincia para la celebración de los actos arriba escritos y un ejemplar de los anuncios, en Sandoval de la Reina a treinta de mayo de mil novecientos treinta y ocho. Fidel Díez Hidalgo.
Sandoval 19 de mayo de 1938 Fidel Díaz Hidalgo
(1) Ad petendam pluviam (oración para pedir lluvia): Señor, en ti vivimos, nos movemos y existimos: concédenos la lluvia necesaria, a fin de que ayudados con los bienes de la tierra, anhelemos con más confianza los bienes del cielo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén Para que Dios Todopoderoso, en quien vivimos, nos movemos y existimos, nos conceda la lluvia necesaria, y así, ayudándonos con los bienes de la tierra, podamos aspirar confiadamente en los bienes del Cielo, Roguemos al Señor. (2) Nombrada en sustitución del ayuntamiento elegido durante la República. (3) Canónigo magistral: Es el predicador propio del cabildo.
Amonario que entonces tenía 9 años, recuerda (2011 y 2018) lo que cantaban los de Villusto: «Santo Cristo de la Heras, tenemos la confianza, que nos vas a proteger, con agua para las plantas.» |