Sordillos
Recuerdos y añoranzas de un cura jubilado
Libro de Baldomero Martínez Gallego (1908 - 1991), publicado en 1984.
Baldomero, nacido en Sordillos, se jubiló en 1978.
Este libro es una rareza excepcional relatada en primera persona, llena de vivencias y anécdotas.
Por su interés para Sordillos, para Sandoval de la Reina y para la comarca, al recoger costumbres y formas de vivir de este territorio, algo de historia y formas de hablar, recogemos en nuestro sitio, adaptado, un extracto del libro.
También obra de Baldomero Martínez, se publicó en 1966 el libro Historia, leyenda y costumbres de la villa de Isar.
ISBN 13: 978-84-7239-155-0 ISBN 10: 84-7239-155-8 (índice del libro)
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Niñez A principios del siglo XX la población de aquellos pueblos era exuberante y había hombres y mujeres de todas las edades. Hoy los pueblos son esqueleto de lo que fueron. La pobreza con que se vivía entonces era tan grande, como no se pueden dar cuenta los de la época actual. El único ingreso que tenían los pueblos era una agricultura pobrísima, explotada muy rudimentariamente, con una producción bajísima, rebajada, un año sí y otro también, por las heladas y pedriscos. Vi escenas terribles de padres que lloraban amargamente al ver caer los granizos, a veces mayores que nueces. Hubo años en los que no se llegó a recolectar ni 100 fanegas de trigo. Su valor era irrisorio: 52 reales la fanega del trigo. Los abonos minerales no eran caros, pero sí de ínfima calidad, y muchas veces adulterados, por lo que apenas se distinguían los frutos que tenían mineral de los que no lo tenían. Los gastos se pagaban en septiembre y, a veces, los fiadores se equivocaban, a veces a su favor. Se pagaba en grano. El aceite que llevaban por las casas los aceiteros se pagaba con huevos.
El tío Chirín Fue guarda de Sordillos. Su hija dice que muchas noches se iban a la cama con la sola cena de unas sopas de aceite. Sus hijas iban a escavar cuando alguien les llamaba.
Los veladeros Los veladeros de invierno eran otro signo de hermandad; desde primeros de noviembre hasta primeros de marzo se tenía escuela nocturna, a la que asistían todos los mozos y, a veces, algún casado. Había varias casas en las que se reunían cuatro o seis familias. Primero se rezaba el rosario, durante el cual las mujeres no interrumpían su labor de coser, tejer o hilar la lana.
El tío Cantanovias Este pastor era célebre. Cuando al anochecer venía con las ovejas, juntaba el dedo pulgar y el índice de la mano derecha, lo introducía en la boca y producía un sonido fuerte y largo como el pitido de un tren, para que los amos saliesen a cerrar las ovejas.
La señora Amalia Era una señora viejuca que ayudaba gratuitamente a todo el que podía, velar a un enfermo, cuidar a niños porque sus madres tenían que hacer, despertar a alguien para ir al coche de línea (entonces no había línea de viajeros más que en los grandes pueblos). Al ir a recibir yo las Órdenes Menores, ya no se le pudo convencer para que me siguiera tratando de tú. Además, en mis vacaciones, me dijo que guardaba una botella de "tostadillo" para mi cantamisa.
La tía Petoldo Vivía en Villamayor, a 1 km de Sordillos. Se gustaba pescar con "remanga" y en Sordillos había un sitio muy bueno para pescar con ese aparejo.
Diversiones Los domingos y festivos las casadas jóvenes eran las primeras en preparar la partida de bolos. Nueve bolos y el "miche" o "cura" separado a la izquierda. Tirar el miche junto con algún bolo valía 5 veces más. Las que lo tiraban bailaban con gran jolgorio. Se jugaba por equipos y jugaban dos partidas o tres si empataban en las dos primeras. Las mozas se juntaban en una casa y jugaban a la brisca o al julepe. Si hacía bueno jugaban a la puerta. Los mozos y algún casado joven jugaban a la chana, cuerno o calba, de las tres maneras se llamaba. Colocaban dos cuernos de buey, plantados a quince o veinte metros de distancia el uno del otro, y tiraban con piedras en forma de rodillo, de dos o tres kilos de peso; si daban al cuerno sin tocar la tierra, era "calva" y valía más; si le daban después de tocar tierra o no le daban, entonces era "piedra", y la más próxima al cuerno era la que valía. Cuando los mozos terminaban la segunda o tercera partida ya las mozas habían terminado las suyas, y todos se reunían en la solana para empezar el baile de pandereta y canto, hasta la puesta del sol. Los chiquillos, al salir del rosario, soltaban a pacer los ganados de labranza, las mulas, con una traba que enganchaba la pata de atrás con la de delante, para que no pudieran correr, los bueyes sueltos. En primavera abundan los caracoles, los ricos cangrejos y barbos en el río y las setas de cardillo en las praderas. En el centro de la pradera grande se preparaban los hoyos para el juego de la "cancha": en el centro uno, y alrededor de él, a metro y medio de distancia, se hacen tantos hoyos como jugadores menos uno, que es el que lleva la cancha, piedra redonda del tamaño de un huevo. El que llevaba la cancha la daba con un palo, para meterla en el hoyo del centro; todos impedían que la metiera dando con su palo a la piedra, pero el que intentaba darla tenía que abandonar su hoyo, y cuando volvía se encontraba con otro que lo había ocupado, y se armaba un revuelo, del que se aprovechaba el que corría la cancha para coger hoyo. Esto producía mucha risa, pues a veces se movilizaban todos cambiando de lugar. Era un juego muy infantil y nos reíamos mucho. A la puesta del sol, a casa, a merendar un trozo de pan, que algunos acompañaban con un trozo de pimiento, cebolla o queso. Los chicos de catorce a dieciséis años jugaban a la tuta. Los hombres ya mayores iban a ver jugar a la chana o a la tuta. y algunos formaban grupo para jugar al mus en alguna casa. Nunca, o casi nunca, hubo taberna en el pueblo. Era pequeño, y casi todos tenían vino en sus bodegas, de la propia cosecha. El vino era de pocos grados, pero de un sabor muy agradable, sobre todo si estaba fresco y recién sacado de la cuba.
Los Avendaño ¡Carafe!, exclamó uno al ver a su hermano en una situación un poco embarazosa.
Entre los recuerdos gratos de mi infancia entra la matanza del cerdo. Se solía comprar en la feria del Pilar de Villadiego, de media cría; se hacía engorde intensivo, para matarlo en febrero. Había quienes mataban un cerdo entre dos, era el alimento para todo el año; otros, ni eso. Pero el día más importante era cuando se cocían las morcillas. El caldo en que se cocían, o calducho, se repartía entre todo el pueblo. A los pastores y guarda de campo se les daba una olla grande, para que tuvieran para varios días, y una morcilla. Este reparto se hacía por la tarde, al salir de la escuela. Todos los chiquillos íbamos a por una cazuela y una cuchara con sopas de pan, así el calducho estaba mucho más rico.
Era los días más simpáticos de todo el año. Solía durar una semana el vendimiar, pisar y prensar. Eran días de vacaciones. Si hacía sol, la alegría era desbordante: el tintineo de las esquilas de las mulas, el cántico de los vendimiadores, el trabajo de la vendimia -que no se consideraba pesado-, el mosto, la prensa y el encubado del vino... ¿Por qué habrán desaparecido las viñas? Con ellas han desaparecido los frutales. Antes, el mes de octubre era el más simpático del año. Cuando terminaban todos de vendimiar, el alguacil tocaba un esquilón de la torre para que saliera de rebusca todo el que quisiera: los niños los primeros, armados de cestas y navajas para cortar los racimos..., los pastores. Ya sabíamos dónde dejaban más racimos que en otros majuelos. Íbamos varios días y, los años en que las viñas tenían mucha hoja, se encontraban más racimos. Los tendíamos en el trigo o en la cebada y, si en una casa éramos varios hermanos, cada uno hacía su aparte, y los apartes se respetaban como cosa sagrada. Como eran de nuestra propiedad, los comíamos cuando queríamos; nos duraban más de un mes. Terminada de vendimiar la viña, se recogían las "chistas " -eran unas hierbas altas y fuertes, que ardían muy bien- para "chamuscar" el chino, ya muerto.
Era un vino generoso muy rico, podía competir con los de mucha categoría. Se hacía de la siguiente manera. Las antevísperas de las vendimias, las mujeres de cada casa iban a las viñas para recoger los racimos más selectos. Los extendían en el desván y, en Navidad o enero, cuando ya eran pasas, se llevaban a la prensa. El mosto se echaba en cubitas pequeñas de roble, bien envinadas, que había que rellenar de tiempo en tiempo. Había que esperar de tres a cinco años para que adquiriese el color dorado y el sabor tan agradable. Hasta hace unos cincuenta años se vendimiaba siempre del quince al veinte de septiembre; ahora hay que hacerlo un mes más tarde y, si en septiembre u octubre no hace calor, no maduran. No sabemos por qué motivo se han ido quitando las viñas, no sólo de esta provincia sino también de Palencia y León. Y al quitar las viñas, se quitaron los frutales.
El primer automóvil – La radio – Los aviones Debió de ser por los años 1911 ó 1912. No habíamos visto aún ningún automóvil. Nos anunciaron que iba a pasar uno por la carretera, el primero para viajeros. Los chiquillos, cuando nos dijeron que no tenía caballos no lo creíamos, pues no nos explicábamos cómo podría andar sin ellos, los llevaría metidos dentro. Era uno de los primeros días del año cuando nos dijeron que pasaría a las ocho de la mañana. Estuvimos toda la noche jugando para no dormirnos y, un poco antes de las ocho, ya estábamos en la carretera. La víspera, habíamos colocado en la carretera una hilera de piedrecitas, para comprobar a la mañana siguiente si había pasado o no. No, no había pasado, pues no había ninguna piedra desviada. Por fin, llegó. Todo nuestro afán era mirar las patas de los caballos; no nos explicábamos cómo podía ser aquello. Creo que empezó a hacer servicio de Villadiego a Burgos. La gente, en principio, no se atrevía a montar en él por la velocidad tan tremenda que llevaba, 20 km/hora. Hoy algunas fotos de aquella época serían para tumbar de risa. Los mayores, cuando este auto llegaba a los pueblos, cogían a los chicos para que no se aproximasen a menos de cuatro metros, pues si se echaba a andar aquel bicho a esa velocidad... Pero la gente perdió el miedo y montaban en él como antes en los coches. Una de las cosas que más impresionó a la gente fue la radio, eso de oír hablar a miles de kilómetros es cosa del diablo, decían. Los primeros aviones también causaron un efecto tremendo, y era para ello: no tenían cabina, sólo alas y motor, se le veía al piloto de cuerpo entero.
Las tormentas Otro de los recuerdos de la niñez que más me impresionó fueron las tormentas, por los rayos y el retumbar del trueno.
El río Odra El Odra es el río de mi pueblo. De sus aguas se aprovecharon los primeros pobladores de Castilla, cuya cuna fue la Peña Amaya. La "Yeguamea" echa el agua con intermitencias. Cae sobre una piedra, que las aguas, al caer, han ahondado, formando una especie de taza, en la que están danzando siempre piedrecitas que salieron de la montaña; el continuo movimiento las ha redondeado, como canicas, que la gente de allí llama "pites"; por este motivo la llaman también la "Meapites". A pocos kilómetros de su curso está el pueblecito de Congosto. A orillas del río hay varias cuevas, en las que medio vivieron unos padres cartujos, que tuvieron que abandonar su cartuja por el expolio que les hizo el ministro Mendizábal. Eran del pueblo, iban a pernoctar a casa de sus familiares y a tomar algo de cena los días que la Regla se lo permitía. Los cartujos tenían además de la Cuaresma de los cristianos otras dos Cuaresmas: por San Pedro la segunda, y la tercera por San Martín, noviembre. Durante todo este tiempo no tomaban nada como cena, sólo una comida al día. El día lo pasaban en las cuevas, entregados a la oración, penitencia y soledad.
El Puente El puente más importante de este río es el de Villamayor de Treviño. Es de piedra sillería y tiene siete ojos; está en la carretera Melgar-Villadiego. A un kilómetro al sur del puente está el Soto Mahallos. Es una zona verde de árboles y maleza, que está comprendido en una curva que hace el río y el cauce del molino de Sordillos. Al norte del puente, en su parte izquierda, muy próximo a él, está la tapia de la huerta de los Premostratenses. El río es la divisoria del terreno de Sordillos y Villamayor, que entonces era de los frailes. No sé en qué se apoyaban éstos para no dejar a los de Sordillos llevar sus ganados a pastar a aquel sitio, que era terreno comunal. Los de Sordillos acudieron a la Chancillería de Valladolid, que dictó sentencia favorable a Sordillos. Esta sentencia se halla en un libro de 200 folios timbrados que posee el Ayuntamiento de dicho pueblo.
Las Presas A un kilómetro del puente, en la parte norte, existe en jurisdicción de Sordillos el campo llamado Las Presas. Son cuatro las que hay, dos grandes y dos pequeñas. Las grandes tienen dos metros de altura y se encuentran en la confluencia del río y dos cauces molinares, el del molino de Sordillos, que allí empieza, y el de Villahizán, que allí termina. En invierno, por éstas baja tumultuosamente gran cantidad de agua, es un espectáculo interesante. El río divide la gran pradera que hay abajo de estas presas, dejando en el centro un pequeño bosque, que estuvo siempre poblado de pajarillos cantores: ruiseñores, jilgueros, pardillos y otras tres especies inferiores. Durante la primavera en el bosque abundaban los caracoles. En octubre, si venían las aguas tempranas, aparecían ricas setas de "cardillo". En los meses de mayo-junio el canto de las aves que he dicho, en especial el del ruiseñor, y el caer de las aguas de las presas convierten este paraje en un edén. También el martín pescador parece que quiere cooperar a esta belleza, pasando volando a ras de las aguas, lanzando su típico silbido como si quisiera llamar la atención para que todos admiren la belleza de sus plumas, de un intenso rojo y azul. Hasta la nutria con sus "chapuzones" parece que quiere se fijen en ella. También hacen interesante este soto los ricos cangrejos, los barbos, los cachos, las mermejas; y en el puente del molino caído, sólo allí, se pueblan sus aguas de ricas "lampreas".
Mis padres Mi segundo apellido es Gallego. En Mahallos leí muchas veces la lápida de una calle dedicada a don Matías Gallego, que fue coronel en la guerra de Cuba, y llegó a ser Gobernador de la isla. En Mahallos tenía una casa muy bonita, con todas las comodidades de aquella época; parecía nueva, y las veces que vi su interior me llamaban la atención dos habitaciones empapeladas de toros y toreros, con todos los lances del toreo antiguo y moderno.
Sigue con: Mi vocación Se lo tengo que agradecer a mis padres. A todos los hijos nos enseñaron a respetar, temer y amar a Dios. Nunca hicimos una comida sin que precediese la oración, que siempre hacía el padre. Nunca fuimos a la cama sin rezar el rosario, que rezaba siempre el padre. Siempre, de pequeñitos, al acostarnos rezábamos las oraciones, que nos enseñó la madre a viva voz mientras nos desnudaba. Cuando vi al reclutador de Lasalle recoger niños para llevarlos al convento, comencé por sentir deseos de ir también. Después pensé en los Paúles, donde tenía un primo. Me decidí a ir al seminario, donde ingresé en 1914. Aquí Baldomero relata algunas de sus vivencias en el seminario menor y mayor y en la Universidad Pontificia. Su experiencia con los latinos o latines. En este capítulo usa algunas palabras conocidas por nosotros como: Comía el pan con vino. ¡Endinos! ¡Qué hace aquí! – Endino, echa el aliento (los chavales habían estado bebiendo anís).
El sacerdocio El cantamisa todos lo hacíamos muy solemne, cantábamos una misa de Perosi a tres voces. Llevábamos seminaristas para las tres voces, y organista. Nuestros padres gozaban lo indecible, y para los pueblos aquello era nunca oído.
Mi primera parroquia En julio de 1926 me nombraron cura de tres pueblecillos (mi primera parroquia): San Miguel de Cornezuelo, Peñalba y Cueva de Manzanedo, al norte de la provincia de Burgos. Entre los tres tenían 315 habitantes. El mayor, donde residía, contaba con 175 habitantes. Aquí estuvo tres años y medio. Mi segunda parroquia En 1929 llegué a mi segunda parroquia, Villalbilla de Burgos. Aquí había mucha devoción al Corazón de Jesús. Varias veces hemos comentado entre los sacerdotes que hay una diferencia grande en los pueblos que tienen devoción al Corazón de Jesús y le dedican algún acto: como Primeros Viernes, Apostolado de la Oración, o celebran su fiesta. En los pueblos donde no hay esta devoción, salvo raras excepciones, hay más frialdad religiosa, se falta más a misa, se trabaja en esos días y se blasfema más. En este punto, Baldomero cuenta así los sucesos de Elicio, ocurridos en 1957 en Villamayor de Treviño:
La República La amenaza de la revolución se cernía hasta en los pueblos más insignificantes. Habiendo subido al poder los socialistas, destituyeron "democráticamente" a todos los ayuntamientos monárquicos, que eran la mayoría. Establecieron hasta en los pueblos más pequeños la Casa del Pueblo, y lo que llamaban la lucha de clases. La paz que hasta entonces había reinado en los pueblos se rompió, dice. En esta época se tuvo que hacer cargo de las parroquias de los pueblos de Villacienzo y San Mamés gratis et amore. El pronunciamiento militar de la Guerra Civil pilló a Baldomero en San Sebastián, a donde fue para los funerales de José Calvo Sotelo, asesinado en Madrid. Cuenta lo que allí vivió.
Catecismo La República suprimió el catecismo en las escuelas.
Ángel de la guarda El ciclista que me avisó que no pasara en aquel momento por las vías en Quintanilleja, y que me salvó la vida, tras pasar el tren había desaparecido.
Nota simpática Estando yo en la zona roja durante la Guerra Civil, D. Tomás llamó a los niños para que pidiesen por mí, para que no me sucediera nada, pues los rojos mataban a los sacerdotes todos los días. Al dar unas campanadas, los niños iban a la iglesia, hacían el Viacrucis, y después se quedaban un rato con los brazos en cruz, pidiendo por mí. Su oración fue escuchada. Que Dios se lo pague a todos.
Mi tercera parroquia Fue Isar, en 1941. Aquí estuve 37 años. En Hornillos tuve la ocasión de apreciar la devoción de franceses a nuestro Apóstol. Peregrinaban siempre a pie o a caballo. Un año tuve a cuatro maestras de Versalles, cada una con su macuto de 18 kilos. Me escribieron para que les buscase alojamiento; se lo di en mi casa. Fui a por ellas al pueblo en mi coche. En mi casa cenaron y durmieron. Quisieron abonarme estos gastos, y al no aceptarlos yo, me los dieron para la iglesia, para los pobres o para lo que quisiera. Al día siguiente oyeron misa, comulgaron, y después de desayunar, con mi coche las puse en camino. En Hornillos encontré la iglesia muy destartalada. Los días de lluvia tenían que abrir los paraguas para no mojarse; las paredes muy sucias a causa de las goteras, los ventanales todos rotos, el piso de tarima viejísima, llena de agujeros, toda la ropa muy gastada.
Fuente del Gallo Está en la plaza de Hornillos del Camino. Se debe a que unos soldados franceses robaron aquí un gallo, que cantó dentro de un tambor de un francés cuando el alcalde y el sargento francés acababan de registrar a los soldados no habiendo aparecido.
Vocaciones Isar y Hornillos del Camino eran cantera de vocaciones religiosas.
La casa rectoral La de Isar era señorial, magnífica. Al mecanizarse la agricultura, con una tercera parte del personal era suficiente para su explotación, con mayor producción. Vino la emigración. Como por otra parte los polos de promoción sembraron de fábricas las distintas regiones, hubo gran necesidad de brazos para las mismas, y el campo quedó en cuadro. De los 37 años que estuve en esta parroquia, en los doce últimos sus habitantes quedaron reducidos a menos de 200. De las cuatro escuelas, se cerraron tres. De 90 jóvenes de ambos sexos, quedaron seis. El campo de trabajo de los párrocos quedó reducido a la mínima expresión. Hasta aquella época y fecha habíamos tenido mucho culto en todas las parroquias. Todas tenían cura, y se tenía misa todos los días, rosario gran parte del año, novenas, procesiones, catequesis. Todos los sábados del año "sabatina" al caer de la tarde, o sea: confesiones, rosario y Salve cantada.
Panorámica de la parroquia Aquí, el autor relata una descripción de las dos parroquias de Isar, descripción datada en el siglo XVI.
Iglesias y ermitas Describe lo que hay y lo que hubo.
Fundaciones de Isar - Obra pía. - Arca de misericordia. - Tierra de la esquila: Los que cultivaban esta tierra tenían la obligación de, todos los días, al caer de la tarde, recorrer el pueblo en sus cuatro puntos cardinales y tocar la esquila, para que la gente saliese a las puertas y respondiese a las oraciones que hacía. La primera de estas oraciones era por los fieles difuntos. En las otras cuatro se recordaban las cuatro verdades eternas: muerte, juicio, infierno y gloria, a recordar para no pecar, pidiendo por la salvación de todos. - Pax tecum: costumbre de tiempo inmemorial en Isar, el día de Pascua de Navidad, el alcalde, por medio del alguacil, mandaba al sacristán dos cestitos de pan en pequeños trocitos; era pan bendecido en la misa; al salir, los mayordomos de las cofradías daban a besar un crucifijo, diciendo: Pax tecum (la Paz sea contigo), y se respondía: et cum spiritu tuo (y con tu espíritu), y todos tomaban del cesto un puñado de trocitos de pan. El pan bendito es un sacramental con el que se perdonan los pecados veniales; en segundo lugar, la paz del saludo representa la paz que el Niño de Belén vino a traer al mundo.
Misiones La más célebre en Isar. Fue la de los Padres Capuchinos de 1948.
Cofradías Comenta las que había y, especialmente, la de las Benditas Ánimas. A continuación comenta algunos actos que tuvieron lugar asociados al Congreso Eucarístico de Barcelona de 1950 y del Año Mariano [1953-1954, centenario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción]. Por citar uno de los actos del Año Mariano, aquí está lo que relata Baldomero del acto arciprestal:
Mis monaguillos En la fiesta del pueblo mis monaguillos iban muy "pinchos". Yo les preguntaba: "-¿Qué habéis estrenado hoy?"... "Nosotros -dijo uno- somos cuatro hermanos, y los cuatro empezamos con la U: Usebio. Ulogio. Uxiquio y Ufrasio."
Mi soledad A los que no tenemos vocación de cartujos, la soledad nos deprime y arruina. nos hace misántropos y seres raros. La situación actual para el cura de almas en los pueblos no puede ser más desastrosa. Al cumplir los setenta años, llevaba ya cinco solo (sin asistenta). Iba a comer donde un vecino, pero la dueña tuvo que marchar para atender a una hija. Ella misma buscó otra casa en la que me recibieran para comer durante los dos o tres meses que ella iba a estar ausente, pero no la encontró. Cuatro años atendí la parroquia desde la residencia [sacerdotal]. Iba, además de los domingos y festivos, por lo menos otros dos días a las escuelas, cuando podía y, todos los sábados, confesaba en las dos parroquias, después de decir las dos misas.
Archivo municipal Calles – Vecinos – Concejos Aquí Baldomero relata textos encontrados en los documentos consultados consultados:
Por lo que se recaudaba de diezmos podemos darnos cuenta de la suma pobreza en que vivían (ejemplo año 1804). Entonces se sembraba solamente lo de la Vega y los Valles, todo lo demás era monte de robles, hayas y carrasco. Pechía En todas las casas había un arca grande para meter grano. Pragmáticas reales Enrique IV ordena que a los blasfemos se les corte la lengua. Felipe II ordena que a los que canten cantares sucios se les den cien azotes. Carlos V manda que no se vistan vestidos costosos, porque algunos invierten en ellos lo que necesitan para comer. Se ordena que los alcaldes vayan siempre a caballo y con la vara en alto.
En el archivo municipal encontré este pleito fechado el 27 de julio de 1555. Felipe II cortó los abusos de los señores de "horca y cuchillo". Al conocerlo, los sacerdotes convocaron al pueblo (de Isar) presidido por alcalde, regidores y merinos para presentar la demanda al rey contra el marqués don Luis Fernández de Manrique, conde de Castañeda y canciller mayor de Castilla. En la sentencia, (1) condena al Marqués a que no les puede obligar a llevar a los mercados el trigo que le pagan, (2) condena al Marqués a que no les pueda exigir que le arreglen el torreón, (3) a que tampoco les puede obligar a llevar cartas o circulares, (4) en cuanto a la caza y pesca, ordena que se observen las leyes de estos reinos, (5) a que el agua que le sobre la ceda a estos vecinos y (6) a que no administre justicia ni lleve presos a los calabozos de su Torreón. La fecha de sentencia es del 15 de junio de 1557. En la contrademanda, que también ganan los vecinos, estos consiguen, además, que se les deje exentos de dar alojamiento y comida a los dependientes del conde y a sus caballos.
Mi jubilación Los obligados desplazamientos al pueblo para atender mis parroquias sin tener una compensación por los desplazamientos y con mi raquítica nómina me llevaron a pedir mi jubilación a la edad reglamentaria de los 70 años. En activo fui un esclavo de la parroquia, no me tomé nunca vacaciones ni dormí fuera de casa, excepto en ejercicios y peregrinaciones.
Mis viajes Tras la jubilación, pude satisfacer mis aficiones de viajar.
Mis trabajos pastorales en América y Andalucía En Méjico y en Andalucía.
Entierro de un excomunista Me comunicaron que iban a traer a enterrar desde París a un hijo del pueblo. Fue comunista, y el año 1936 marchó allá. Al ir a la casa del hermano. que sigue siendo comunista, a recoger el cadáver, vi que encima del ataúd iba una corona de rosas todas rojas. Era una profesión de fe comunista. Yo en la homilía haría una profesión de fe cristiana.
Mecanización del campo Los que hemos nacido a principios de este siglo [XX] nos hemos podido dar perfecta cuenta del abandono en que nuestros gobernantes tuvieron siempre a la agricultura. No se nos ha olvidado todavía la pobreza con que venían a la ciudad hasta los años 1950, con sus trajes de pana remendados, con las alforjas al hombro y el capazo en la mano. Yo tuve a la cátedra de la Sección Femenina 45 días. Llevó a cabo un trabajo intensivo. De mañana, empezaban con los niños, en secciones; les enseñaban cánticos, danzas, religión, amor a la Patria, etcétera. A continuación, mujeres y jóvenes; les enseñaban, entre otras cosas: cocina, bordado, pintura, preparación de pieles de conejo y de cordero, etc. No recuerdo durante cuánto tiempo las tenían. Les exigían puntualidad, y ellas la observaban. Por las tardes, iban los profesores de la capital, ingenieros, que les enseñaban algo de medicina y vendaje de heridas. Sobre lo que más trabajaron fue sobre el cooperativismo y la mecanización.
Esto lo concedían los primeros años para fomentar el cooperativismo, lo daban en concepto de "pequeño rendimiento".
La infanta, así pudo ser Cuenta cómo pudo ser el cambio del nombre de un término "Prao los Olmos", por "La "Infanta", un relato largo y por momentos tierno y dramático, que recoge una leyenda histórica sobre la hija del Señor de Isar.
Un sueño Sobre las autonomías y los gobernantes.
Apéndices Mi pueblo natal Sordillos se llama mi pueblo, y tiene como anejo a Mahallos, anejo como parroquia y como ayuntamiento, formando una parroquia y un solo ayuntamiento. Mahallos tuvo párroco hasta el 1882. Se llamó don Manuel Carpintero. Mahallos llegó a tener 30 vecinos, y Sordillos, 50. En Sordillos está la ermita de Santa Ana, grandota. En el año 1617 tenía ermitaño. Del Convento de Monjas Premonstratenses de San Pablo no queda más que una piedra grande. En este convento vivió Santa Radegundis, que murió el 29 de enero de 1152, según Croiset. Era muy pobre el convento, por lo que no entraba ninguna [monja] y, habiéndose quedado ella sola, fue a Roma para pedir al Papa autorización para hacer una celdilla adosada al exterior del convento premonstratense de San Miguel de Treviño, distante un kilómetro [de Sordillos], y se lo concedió. En la celda hizo una ventanilla que daba a la iglesia del convento, para oír misa y comulgar. Parece que los monjes no la llamaban por su nombre, sino "la monja paulina", por haber pertenecido al convento de San Pablo. Esto dio lugar a confusiones y jaleos. Hacia el año 1895 nombraron cura de Villamayor a don José de Diego. Era un cura muy serio y muy moreno, y algún año se opuso a la celebración de esta fiesta, pues decía que no era Santa Paulina, sino Santa Radegundia, y algún año no quiso decirles la misa ese día, y algunos del pueblo le apedrearon la casa. Yo era muy chico, pero me acuerdo bien. Murió en 1912. Más tarde se consultó a don Luciano Huidobro, y dijo que, en efecto, era Santa Paulina, virgen y mártir, cuyo cuerpo se trajo al convento en no sé qué fecha, y desde entonces se vino celebrando esta fecha con mucho acompañamiento y solemnidad. Libro de defunciones En recuerdo de los difuntos se cantaba In paradisum deducant te angeli. La iglesia estaba, y está, con losas numeradas, cada número es una sepultura. En las partidas de defunción se indica la fila y el número. En 1832, Mónica Guadilla manda que la entierren en el gran rumen, o grandes sepulturas, donde yacen sus padres. Manda que den a los pobres del lugar media fanega de pan y una caldera de titos cocidos. Esta costumbre de dar titos yo la conocí hasta bien acá; íbamos también los chicos con una cazuela y cuchara a comerlos, estaban muy ricos. Sacerdotes En 1837 se prohibió enterrar en el interior de las iglesias; enterraban en la ermita y en el exterior de la iglesia. En 1890 existía el apellido Pinto, pero si era mujer ponían Pinta. Arca de Misericordia Por el año 1690, un sacerdote de Mahallos fundó esta Arca con 52 fanegas de trigo, a repartir entre los 21 vecinos más pobres. En 1701 determinaron repartir sólo 26 fanegas cada año, y las otras 26 gastarlas en la reparación de la iglesia, que estaba muy ruinosa. Matrícula La casa [del coronel] la compró uno de Melgar, y comenzó a desmontarla el 29 de septiembre de 1914, día en que yo fui al Seminario. Al pasar por Mahallos para tomar el coche de caballos en Sasamón, era de noche y comenzaban a desmontarla. Con sus buenos materiales hizo una casa nueva en Melgar, enfrente de la del Padre Luis Martín, que fue General de los Jesuitas y le llamaban el Papa Negro. Mahallos, al desmontar esta casa que le daba prestancia e historia, lo perdió todo. Hoy sólo queda el profundo pozo de agua muy fresca, que está empedrado con piedra de sillería. La casa de los criados la ha convertido su propietario en un magnífico chalet con todas las comodidades, y sus hijas, que son buenas pianistas, alegran la soledad de este pueblecillo con arpegios y acordes de las notas del piano. Al fin, aunque no todo, volvió a la familia lejana del Coronel gran parte de sus bienes. ¡Qué lástima haber dejado llevar la casa donde vivió! Albilla Es el apellido de los de Mahallos, el primero, el segundo, o los dos. En 1880 había practicante en Mahallos, del que nació el que un día sería "Albilla", el famoso cura de Mahallos, que según sus condiscípulos era una inteligencia privilegiada. Excursión familiar Soy el mayor de los seis hermanos.
Mis viajes Quiero dejar una nota de este gran papa [Pío XII]. Iba a hacer sus estudios al Liceo Ennio Quirino Visconti, donde había profesores de la cáscara amarga.*
Boletines eclesiásticos En julio de 1866 se hace reclamación al Ministerio de las nóminas correspondientes a cuatro meses. En 1868 se hace 'Otra reclamación de seis meses. El Ministro contesta que las arcas del Estado están exhaustas; por eso el año anterior en la aprobación de cuentas se habían suprimido 124 parroquias, y en las demás diócesis un número equivalente. En Castrojeriz se suprimieron cuatro, en Espinosa de los Monteros tres, dos en Belorado, una en Villahizán, la de Mahallos, y en casi todos los pueblos que tenían dos, suprimieron una. Lo malo fue que para los curas de las parroquias suprimidas, estaban todas cubiertas, de qué iban a comer? El de Montuenga dijo que tenía 95 años, y no tenía nada que llevar a la boca. ... Nos dieron las vacaciones a los seminaristas y demás estudiantes el 6 de mayo, por causa de la gripe, que en un principio empezó benigna, pero desde fines de julio atizó fuerte. Se la llamó "el número 11", porque empezaba con uno y terminaba con uno. Fue terrible. Todas las mañanas, desde mi pueblo, oíamos tocar a muerto en los tres que lo rodean. Por fin, prohibieron tocar las campanas, para no asustar… A varios los enterramos sin ataúd, envueltos en una sábana y en unas andas que había en la iglesia para esos casos… Hubo no pocos matrimonios que se acostaron, al parecer, sanos y amanecieron los dos muertos. ... El arzobispo Segura (que tomó posesión en 1927) nombró vicario y secretario episcopales a dos canónigos que tenían siempre el morro torcido... y éstos encargaron a sacristanes y beatas que denunciasen a los curas a los que viesen entrar en los bares. No creo que fuese nadie a pasar allí el tiempo, pero si había sed, se tenía que beber en algún sitio. Cuando vino el Circo Krone, quitó las licencias a algunos sacerdotes que asistieron, y a algunos que no fueron más que a ver las fieras también los sancionó. ... También construyó la Residencia Sacerdotal. Ignoro quién fue el contratista y arquitecto que la hicieron. El que la hizo discurrió poco, si es que discurrió algo. Se destinaba para sacerdotes mayores de 80 años, y la llenaron de escaleras. Hay sacerdotes que no pueden salir a la calle, ni al jardín, por las escaleras; hay sacerdotes que no pueden bajar a la capilla por el mismo motivo. Otro defecto grave es el haber hecho la cocina un piso más bajo que el comedor. Por este motivo hay días que tenemos que esperar un cuarto de hora de un plato a otro. En cuanto al material en ella empleado, o lo metieron viejo o defectuoso. Las tuberías del piso bajo ha habido que ponerlas nuevas, pues todos los días había fugas de agua. También en los demás pisos ha habido este defecto, aunque no tanto.
Despedida Y así se despide el autor:
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