Libro de la Crónica de la Parroquia de Sandoval de la Reina
Crónica quincuagésima
Traída de aguas y construcción de fuentes - 1933
Don Fidel, cura párroco de Sandoval de la Reina en 1933, describe con detalle la traída de las aguas y la construcción de las fuentes en 1933.
Fue testigo directo y sin duda atento y entusiasta de las
obras.
Para Sandoval de la Reina, la traída del agua fue un hecho trascendental que,
en 2011, todavía trae recuerdos en los mayores.
A los menos mayores nos han contado muchas veces la importancia de aquello,
presente hoy en las mismas fuentes y dos de los tres pilones.
Información de primera mano de la mano de Fidel.
Crónica quincuagésima (Fidel Díez Hidalgo)
Traída de aguas y construcción de fuentes
26 de noviembre de 1933
Año de 1933
Folio cuarenta reverso
Este año de mil novecientos treinta y tres se realizaron en esta villa las importantes y sanitarias obras de la traída de aguas y construcción de fuentes en el casco de la población.
El autor moral, a quien siempre debe estar reconocida esta villa por tan importante beneficio es Don Ángel García Vedoya (1), ingeniero puertos, canales y caminos de treinta y seis años de edad, natural de Rioparaíso, que durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923 – 1928) ocupó cerca de dos años el importante [folio 40 reverso] cargo de Alcalde de Burgos y en la actualidad es Diputado a Cortes, elegido por sufragio universal el tres del corriente año. Él fue quien levantó los primeros planos y estudió la obra, e intervino en toda la tramitación para que se hiciera cargo de ella la Confederación hidráulica del Duero, que tiene su residencia oficial en Valladolid.
Los detalles que aquí consigno son bastante aproximados, dados al infrascrito por el contratista de la obra, José María Izaguirre, asturiano (quien en los cuatro meses que residió en ésta no dio prueba alguna de religiosidad, nunca estuvo en la iglesia; por lo demás se portó como muy buen ciudadano, teniendo relaciones sociales con el párroco), quien las realizó con gran capacidad y solidez.
La obra de traída de aguas estaba anunciada en 46.000 pesetas y a dicho contratista se las ¿alagaron? en 40.000
Empezó las obras el 8 de junio de este año con unos quince obreros, y fue lo primero hacer la obra de captación que consiste en un cuadrado de cemento armado, incrustado la mayor parte en la tierra, el cual tiene de alto 2,8 metros, 4 metros por cada lado en el interior, siendo sus paredes de cuarenta centímetros de grueso. Empleó en su construcción mil kilos de hierro, cincuenta sacos de cemento de cincuenta kilos cada uno, calculando su peso e veinticinco mil kilos.
En el centro del cuadrado hay un cubo de 2,4 metros de alto de un metro de diámetro, cuyas paredes tienen treinta centímetros de espesor, cerrado en su parte superior, pero tiene una tapa cuadrada en el centro con su argolla que puede levantarse, después de descubierta quitada la tierra.
Tiene [en] la parte inferior orificios para la entrada del agua, la cual tenía este otoño una lámina de agua de setenta centímetros.
De esta parte inferior arranca la tubería que, pasando por la parte inferior, o sea, al sur del cuerpo de captación, va al depósito.
[Folio 41 anverso] Todo el interior de dicho cuerpo de captación está rellenado de piedra menuda en el fondo, después más gruesa, hasta la altura de unos dos metros y lo restante de tierra.
Esta obra está junto al camino que va de ésta [villa de Sandoval de la Reina] a Villavedón, cerca de la mojonera, en una pequeña isleta que ha ido haciendo este río llamado Odra, la cual en su mayoría es grava que ha dejado el río en su pequeña desviación.
Pocos metros al sur está el depósito de aguas, cuya capacidad es de dos metros y medio cúbicos. Sus cuatro paredes ataluradas en el exterior, tienen de grueso en el fondo setenta centímetros y en lo alto veinticinco, cubierto con una capa de cemento armado, la que en el ángulo del oeste tiene una cubierta cuadrada con su argolla para levantarla, para poder entrar una persona y poder hacer limpieza de dicho depósito; tiene esto al lado del este un tubo de desagüe a bastante altura cuya tubería es de gres o barro cocido.
Adherido al depósito está el depósito de llaves; es de reducidas dimensiones, las cuales son para pasar el agua al depósito o hacer que el agua baje por la tubería sin entrar en el depósito; en este caso se abre la de medio y cierran las de los lados; caso contrario, que es lo normal, pasa el agua por las de los lados, estando cerrada la del centro.
Del depósito sale la tubería casi en línea recta hasta el puente llamado de las Bodegas, tiene entre estos dos puntos tres ventosas con sus arquetas de cemento y al formar el ángulo, la tubería en este sitio tiene una arqueta con su llave, la cual cerrada impide que continúe la corriente y, en este caso, marcha el agua por una corta tubería al río inmediato, y debajo a dicho puente.
Desde este lugar sube por la calle Real en línea casi recta [folio 41 reverso] y frente a la casa rectoral y formando ángulo recto frente a la casa consistorial. Termina enchufada con la fuente citada. La tubería es de hierro fundido en Bilbao. Cada tubo tiene 1,80 de largo, de ocho centímetros de ancho en el interior, dos centímetros de grueso, desde el depósito hasta dicha fuente hay 2.400 (dos mil cuatrocientos) metros de tubería. El coste de la tubería en la fábrica de fundición fue a nueve pesetas metro.
Esta fue la obra contratada, porque el fin de la traída de aguas es que el pueblo tenga facilidad para servir de ellas y poderlas utilizar en lo que le sea más útil. Y el Ayuntamiento de esta villa acordó utilizarla para el servicio del pueblo con tres fuentes y tres abrevaderos.
Y para este fin, con el contratista arriba dicho y habiéndolo así obtenido de la Confederación del Duero, hizo convenio de que este señor por la cantidad de 2.100 (dos mil cien) pesetas, les construyera tres fuentes y otros tres abrevaderos, cada cual con corriente independiente, o sea, que son seis salidas de agua. Para ello empleó noventa y seis metros de tubería, también de hierro fundido de cinco centímetros de diámetro, que unen las dos fuentes del Este con la tubería general (la fuente del lado oeste junto a la casa Consistorial está al terminar la tubería general). La que está en la calle Real dista cinco metros, poco más o menos, de la tubería general, y seguidamente, en línea recta, va la tubería a la [fuente] que está en la calle Santa María.
De la tubería peculiar de cada fuente, e inmediato a ellas, arranca la tubería de muy poco calibre, unos dos centímetros, que va a cada abrevadero, el cual tiene un pequeño desagüe de tubería gres (o barro cocido), que se ve a simple vista, excepto el que está en la calle de Santa María que, atravesando toda la calle frente a [folio 41 bis anverso] la fuente desagua a unos diez metros junto a la fuente de la calle real, junto al pequeño arroyo llamado Jarama.
Las fuentes son de hierro fundido rellenas de cemento en el interior. Su importe en la fábrica de fundición (Bilbao) fue de ciento ochenta y cinco pesetas, y los abrevaderos son de hormigón, o sea, de grava, arena y cemento, habiéndose empleado trece sacos de cemento en cada abrevadero, y el coste de cada uno es de cinco pesetas, cada saco de cincuenta kilos marca El Cangrejo.
La obra de la traída de aguas se empezó el ocho de junio y se terminó el veintisiete de agosto. Y la construcción de lo tocante a las fuentes se empezó al día siguiente, veintiocho de agosto y se terminó el catorce de septiembre de este año de mil novecientos treinta y tres.
Es de advertir que desde la salida del agua del depósito hasta la llave o paso de aguas en la arqueta que está junto al Puente de las Bodegas solo hay seis metros de desnivel o caída, y entre el primer punto es de y el tubo de la fuente junto a la casa rectoral, llamada desde hoy de Vedoya, son cuatro metros algo escasos; por eso no es de extrañar y en ello han de fijarse sus sucesores que habiendo tan poco desnivel desde el depósito a las fuentes, háyanse construido éstas en lo más hondo del pueblo y no se hayan podido construir más fuentes ni en otros lugares de este poblado.
En la fuente junto a la Casa Consistorial se puso una placa que dice “Fuente de Vedoya” (2).
En la escuela de niños se colocó otra placa de porcelana (3) como la anterior que dice “Plaza de Don Ángel García Vedoya” y en la casa consistorial fue colocada otra placa de bronce con esta dedicatoria hecha a cincel que dice:
En honor de Don Ángel García Vedoya, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Hijo adoptivo y bienhechor de este pueblo, autor y alma del proyecto para abastecimiento de agua de esta localidad, dedica este recuerdo. Sandoval de la Reina.
El importe de la construcción de las fuentes, o sea, dos mil cien pesetas lo pagó el ayuntamiento terminadas las obras, más el 10 % pagó de las obras de la traída de aguas, que debía pagar según estipulado, y que importó cuatro mil pesetas; todo ello seis mil ciento, las cuales tenía este municipio en arcas municipales, sin tener otros ingresos que el repartimiento vecinal para cubrir su presupuesto, que estaba estos años entre nueve y diez mil pesetas, habiéndose de reconocer la buena, sólida, recta y económica administración municipal, que durante los años que el infrascrito rige esta parroquia es modelo de administración, mereciendo por ello mucha alabanza.
Las tres placas citadas costaron doscientas pesetas, y se costearon por suscripción popular.
Todo lo cual, aunque nada se refiere con lo tocante a actos religiosos, consigno en este libro de crónicas de la parroquia para que pueda ser leído y recordado en lo futuro.
Y por ser verdad, por haber sido testigo de lo arriba escrito y haberlo visto y presenciado, autorizo y firmo la presente crónica en Sandoval de la Reina a cuatro de diciembre de 1933.
Fidel Díez Hidalgo.
(1) Ángel García Vedoya es hijo adoptivo de Sandoval de la Reina.
(2) y (3) Desconocemos donde se encuentran hoy (febrero/2011) estas dos placas ni como se perdieron.
De “El Castellano” Sandoval de la Reina Construcción de fuentes Ya posee este importante pueblo ese elemento tan esencial en la vida; agua potable. Ya han sido recibidas provisionalmente por don José González Vázquez, ingeniero jefe de la 3ª sección, delegado por el señor Director de Obras Hidráulicas de la Cuenca del Duero, don Gonzalo H. Jaudenes [Gonzalo Hernández Jaudenes], ingeniero encargado de las obras y don Carlos Barrio y Mier, delegado de la Intervención del Estado en los Servicios Hidráulicos del Duero, las obras para surtir de agua a esta localidad, realizadas por José María Izaguirre, como contratista. Ya funcionan sin interrupción desde hace dos meses tres fuentes y tres abrevaderos. Orgulloso puede estar este pueblo con obra tan necesaria y tan útil. Hace tiempo que los honrados vecinos de esta localidad anhelaban sustituir los insalubres pozos por fuentes higiénicas; pero su buena voluntad fracasaba ante la realidad. La situación topográfica del pueblo presentaba insuperables dificultades para llevar a él las aguas de las distintas fuentes que brotan en este término municipal. Pero he aquí que un hombre, que podemos llamar providencial, convencido de la obligación moral que todos tenemos de hacer cuanto podamos a favor de nuestros semejantes, y que a su desinteresado altruismo la.a el título de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, conocedor de los fervientes deseos de este vecindario, se presenta, un feliz día, a los señores del Ayuntamiento y secretario y les dice: “Estoy dispuesto a satisfacer los justificados deseos de ustedes. Con poco dinero pueden tener fuentes. Tengo ganas de hacer aquí una cosa buena”. Ayuntamiento y secretario siguieron en un todo las indicaciones de ese buen señor, y ya tenemos tres hermosas fuentes y otros tantos abrevaderos. Las fuentes son de hierro fundido y los abrevaderos de cemento. Las aguas, que han sido analizadas en el Laboratorio municipal de Burgos, son excelentes. ¡Qué bien cuecen toda clase de legumbres! ¡Qué suave se pone la piel lavándose con ella! ¡Qué comodidad tan grande tener agua buena y abundante a la puerta de casa! Pero … ¿quién es ese hombre que tanto bien ha proporcionado a este pueblo? A los habitantes de toda esta región no necesito decir quién es, porque no es este solo el pueblo que ha sentido los efectos de su incansable actividad; pero para que en todas partes sea conocido y por todos, en la medida de sus fuerzas, imitado, lo diré: se llama don Ángel García Vedoya. Pronto será un hecho el proyectado pantano de los “Piscárdanos” en el río Odra que tantos perjuicios ha de evitar impidiendo las inundaciones. Y tantos beneficios ha de reportar proporcionando riego a este y a otros 16 pueblos de la ribera del Odra; pues también es obra de don Ángel en combinación con don Victorino Simón, de Sasamón. También tienen en estudio estos dos señores un pantano en Río Urbel. ¡Cuánto beneficiaría a los pueblos de todo el valle, principalmente a Pedrosa, Las Quintanillas, Tardajos, Rabé y Frandovínez! Para corresponder de algún modo a los inmensos beneficios recibidos de dicho señor, Sandoval de la Reina, y en su nombre y representación el actual Ayuntamiento, ha tomado por unanimidad los siguientes acuerdos: 1º Nombrar a don Ángel García Vedoya “Hijo adoptivo y bienhechor de este pueblo”. 2º Denominar la plaza principal del pueblo “Plaza de Don Ángel García Vedoya”. 3º Designar con el nombre de “Fuente de Vedoya”, la instalada en dicha plaza. 4º Adquirir por medio de suscripción popular una placa que se colocará al exterior de la Casa Consistorial con la siguiente inscripción:
Hoy se está procediendo a la colocación de las placas que dan el nombre que dan el nombre de don Ángel a la plaza Mayor y a la fuente principal, y mañana se colocará la otra, cuyo texto está aquí transcrito y con la que se quiere perpetuar su memoria en esta localidad. De esta manera corresponde este pueblo a su bienhechor, ¡ Aún hay pueblos agradecidos ¡ Mil plácemes merecen estos vecinos por la importante mejora de que han empezado a disfrutar, y el Ayuntamiento que, interpretando fielmente el unánime sentir de todos, ha demostrado estar reconocido. El corresponsal Sandoval de la Reina 13-11-33
Notas del transcriptor:
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Fuente de Vedoya:
La Fuente de Vedoya originalmente estaba
más abajo en la calle y en una posición más elevada.
Si tienes alguna o algunas fotos de la Fuente de Vedoya cuando era como la recuerda Guadalupe y nos las mandas las pondremos aquí. |
(para indicar que hay dos folios con la numeración 41)
Y la crónica en "El Castellano"
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Don Fidel, en su crónica, cita la marca del cemento: El Cangrejo o usado para hacer las fuentes.
Misma crónica publicada en El Castellano, publicada en el Diario de Burgos
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ver también los costes de la traída de las aguas