¡Cómo se vivía antiguamente!
Después de misa, el día 12 de febrero de 2017, tomando un café en el teleclub con José Fuente, nos hizo este relato acordándose de los tiempos en que tanta gente había en Sandoval de la Reina y cuandó todavía se hacía el campo con la fuerza de las yuntas de vacas.
Estuvo con nosotros Santos Dehesa que fue haciendo algunos comentarios y preguntas a José.
José utilizó algunas expresiones propias del Habla del pueblo, tesoro local, lo que respetamos en el texto como testimonio de reminiscencias de tal forma de expresarse. Hoy José tiene 84 años.
Así nos lo contó:
¡Cómo se vivía antiguamente! (relatos y recuerdos) Con un chino para (pa) matar, una docena (una ocena) de gallinas y dos docenas de ovejas.
Y con lo que saqué de picar la piedra de aquí a Sotresgudo le compré las 20 corderas, que al año siguiente eran 20 ovejas bien buenas.
Al año siguiente, a hacer hoyos a Rioparaíso y a Palazuelos, a coger paja, ... Yo siempre tenía un duro. Cuando otros no tenían un duro, yo siempre lo tenía
Estábamos en Sotresgudo haciendo los hoyos para los palones de la luz. Va un señor, el padre de ... ¿cómo se llamaba aquel que venía aquí a hacer los papeles? Todavía tiene nietos ahí en eso [en Sotresgudo]. Silvano se llama y le llamaban "Monedero". Estábamos después de comer al remanso de un matorral, estaba medio lloviendo.
Era un hombre muy grande. Esta era la lindera (señala figuradamente cuál era), un poco más allá de donde teníamos que poner un poste, a dos metros. Y nos dice:
Me c. en s. d. Escapao lo hizo. Se fue y nos llevó media cántara de vino. Llenamos todas las botas de vino. Vinimos a casa con las botas de vino llenas.
Yo en invierno siempre tenía perras, siempre.
Yo cogía el carro y siempre la propina, siempre la propina.
A Rioparaíso a hacer hoyos íbamos a comer donde (ande) Dalmacio. Algún día que andaba medio lloviendo, nos dábamos prisa, ¿hacíamos cincuenta hoyos cada uno?, pues cincuenta hoyos. Después nos íbamos allí a comer y a jugar. No era un bar, era una casa particular, Dalmacio, el que se ha muerto ahora.
Pedro compraba lechazos. Le pagábamos el viaje de ida, de venir, el almuerzo y todo. Y Paciano y yo cogíamos paja y después, cuando venía él por la noche, juntábamos las perras. Y a repartir. Así se vivía. Yo siempre tenía un duro.
Íbamos a meter el grano y con cuatro que iríamos a meter el grano sobraba. Nosotros calculábamos para meter el trigo para un día, [pues] lo dejábamos para dos y así dos días comíamos pollo. Porque la abuela ponía pollo. Ibas a ... Marcelino tenía tres vacas y nosotros teníamos cinco. El día que teníamos nosotros tres parejas y él una, pues si no acaba la trilla [Marcelino], decía mi suegro: "José, coge el trillo más grande y [vete] a la era de Marcelino, que se ha atravesado en el camino." Y a trillar para él.
Entonces era aquello..., aquello era... Por navidades decía mi suegro: "José, antes de que cierren el bar tienes (tiés) que bajar a por una caja de galletas, una botella de moscatel y otra de orujo. Como si hay que hacer trampas, ¡eh!, pero que paguen las mujeres." En la casa de mi suegro [Aquilino] nos juntábamos hasta veinte rezando el rosario.
Los chavales de Emiliano Renedo pasaban coritos nevando a la cuadra del suegro José.
El tío Esteban que no salía del bar.
Cuando nos juntábamos en una casa jugábamos a las cartas. Las hacíamos trampas a las mujeres para que pagarían ellas la mistela, el orujo y las galletas. Daba igual, porque si yo perdía ganaba la mujer. Sí que se daban cuenta de que las hacíamos trampas.
Había que hacer las cuentas de las ovejas. Pues allá iba el tío Chorras y Castilla. Después de hacer las cuentas, a merendar y después a jugar. ¡Qué años aquellos!, ¡Qué años aquellos! (repite).
Teníamos que ir a espalar. Pedro, donde tiene la casa Grabiel, eso estaba explanado ... (simula un pregonero): "EEEE [de parte de] el señor alcadeeee, a las cuatro de la tardeeee, a espalar". Y aquí estamos, ¿verdad Santos? Y Pedro era un c.b..n (en tono jocoso). Había dos despachando vino y no habían acabado la ronda por los bancos y decía ... "¡Los dos más jóvenes que salgan a echar a beber otra vez!" Entonces es como se gozaba la cosa.
Por las letanías, a cada raya (límite entre ayuntamientos vecinos) teníamos que ir dos a tal hora para encontrarnos con los otros dos del otro pueblo para el mojón. Hasta que no aparecían, "quietos allí". Este, que era el mojón, para hacerle así, el redondel, ¿sabes? (era una ceremonia anual). EEmm diós. Es que entonces la gente era más sana que hoy ¿A que sí? ¡Calla, hombre calla! ¡Calla, calla, calla! (pensativo).
Llegaba por Navidad y todos los chiguitos, m.c.e.s.d. "¡Vamos donde esa fulana que esa nos da muchos caramelus! ¡Aquello era...!, ¡Aquello era vida! José María Fuente Gutiérrez Otro día nos contó esto: El señor Esteban subió del bar y entró a ver que hacíamos en la cuadra. Como vio que estabamos rezando el rosario se marchó a casa, coge la llave y la metió al revés en la puerta, como no abría pegó un puntapié, se rompió la puerta y se cayó el tabique y se rompieron todos los machones. José, al día siguiente a Villadiego, a comprar machones con el carro . La tía Quica, a la que le gustaba mucho hilar, le daba a José con el huso en la cabeza. Rafa decía que no le dolía. Le gustaba mucho ir a pescar cangrejos (¡los que cogía!, no sé qué echaba). El cobrador del coche de línea se los cogía y en Burgos salían a buscarles al coche. Personas citadas por José a lo largo de su relato:
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